LA POSTAL LIBRITO
(Artículo publicado en la revista Filatélica “RF” de EDFIL. Junio
2025)
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Desde que la tarjeta postal irrumpiera en la sociedad para
convertirse en uno de los soportes para el envío de correspondencia más
popular, muchos han sido los diferentes formatos que esta ha tomado a lo largo
de los años. La primera de ellas, la “Correspondenz-Karte” que puso en
circulación el correo austriaco el 1 de octubre de 1869 (1), fue el inicio de una forma de trasmitir cualquier noticia o
comunicado, muy distinto a lo que hasta entonces se conocía. Diferentes
publicaciones que han hablado de ellas, de las primeras tarjetas postales, las
llegaron a definir como “cartas sin sobre”, y tuvieron sus ventajas para los
usuarios que vieron en ocasiones que la tarifa al enviarlas, era inferior al de
una carta convencional.
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Primera postal de la historia, emitida en el año 1869 por el Correo austriaco.
España tardaría en adoptarlas como tales, y no lo hizo oficialmente
hasta diciembre de 1873, a pesar de existir una Real Orden de mayo de 1871,
firmado por el propio Práxedes Mateo Sagasta (2). Entre tanto, y dado el interés que las tarjetas postales
habían despertado, surgieron algunas de iniciativa privada, pero todas ellas
con un similar formado. El uso de estas tarjetas postales entre países, fue
autorizado por la Unión Postal Universal en el año 1878, acordado un tamaño – 9
x 14 cm. -, que se hizo universal.
Pero las tarjetas postales han ido evolucionando y eso les ha ido
cambiando su aspecto. Hoy soy muchas las que se siguen usando diariamente, y
muchos los formatos que la historia de este objeto nos ha dejado a los
coleccionistas. Si las primeras se emitieron sin imagen alguna, con el tiempo
la imagen se fue imponiendo en las tarjetas postales, y harían de ellas un
verdadero escaparate que las empresas supieron aprovechar. Un reclamo que hizo
valer aquello de que “una imagen vale más que mil palabras”. Quienes se
adentran en su coleccionismo, saben a ciencia cierta que se trata de un pozo
sin fondo que hace de su coleccionismo una verdadera ciencia. No hace mucho,
revisando alguna de esas cajas, pude contemplar una postal que su formado no me
dejó indiferente: era un libro en miniatura.
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Detalle de la “Postal Librito” con su interior. Uno de los muchos ejemplares editados. Fuente: Archivo de la Comunidad de Madrid. Publicación descriptiva de la exposición virtual sobre tarjetas postales.
Según la definición en la que se publicitaba esta tarjeta postal, se
trataba de una “Postal-Librito”. Ya el nombre que el empresario que las ideó le dió,
nos da una idea de lo que tenemos entre manos. Ojeando el Diario de Comunicaciones de fecha 30 de enero de 1932 (Nº 2217),
podemos encontrar que D. Daniel de Basaldúa y Manidabeitia,
ha promovido por medio de una instancia, “…que
sea autorizada la circulación por el correo de un objeto especial denominado
Postal-Librito…”. Según la descripción que se acompaña a la instancia, se
trata de “…se trata de un pequeño
fascículo con ilustraciones en la cara inferior de la cubierta, y que por
disposición especial de esta, permite plegar la solapa cierre a la parte
superior del anverso destinado a contener la dirección del envío, y las
indicaciones epistolares cuando así convengan…” (3). En resumidas cuentas, se trata de un libro de contenido
variado, que plegado se queda en forma de tarjeta postal y que el Sr. de
Basaldúa y Manidabeitia, pretende comercializar con el beneplácito del ente
postal español, bajo las siglas comerciales de POSTAL LIBRO S.A., empresa
radicada en Madrid, y que en la fecha del 22 de enero de 1932 (4) obtendría la correspondiente
autorización para ello.
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Detalle de la autorización que la Dirección General de Comunicaciones. D.O.C. 30.01.1932.
Estas peculiares postales, además de alguna que otra imagen,
llevarán también texto de diferentes índoles. Fueron muchas las que se
emitieron y el coleccionista encontrará en ellas, una amplia variedad de modelos
diferentes el uno del otro, con temas tan variados como Turismo, Gastronomía y
Cocina, historia, personajes, etc. La publicidad que de esta tarjeta realizaba
la empresa y que solía aparecer en revistas de la época, venía a decir de ella
que “…era el medio más eficaz para
difundir cultura para todas las clases sociales en las ciudades y en los
campos…”. Por esta publicidad podemos saber que fueron más de 25 los
modelos diferentes que se sacaron al mercado, siendo los 4 primeros dedicados a
“Cervantes”. En definitiva una original forma de acercar la cultura en general
a toda la población.
Este tipo de postales pueden llegar a despertar interés no solamente
para los cartófilos (5), sino
también a los filatelistas, especialmente porque su autorización ocasionó
ciertas dudas a la hora de aplicar las tarifas de la época en lo que respecta a
envíos de tarjetas postales. El solicitante expresa en la solicitud o instancia
el hecho de que se trata de acercar este “Libro” en forma de postal a la
población más alejada de los centros urbanos, para lo que solicita que se pueda
aplicar una tarifa especial para su envío. La resolución es clara al autorizar
su uso, dando como válido que puedan circular como “IMPRESOS”, siempre y cuando
este tipo peculiar de postal vaya abierta sin cerrarse, ó como tarjeta postal
si el remitente cierra ambas caras visibles de la misma, y siempre para envíos
dentro del territorio nacional, y que para aquellos ejemplares que viajen en
modo “Certificado”, se les aplique una tarifa adicional, de acuerdo a tarifa,
de 0,30 ptas. añadidas. Algunas de ellas llevan claramente esta explicación en
el anverso, donde el remitente ha de situar el sello postal correspondiente,
indicando que ha de usarse un sello de 15 cts. – tarifa para tarjeta postal – ó
de 2 cts. – tarifa para impresos – (6),
así como una pequeña explicación de su uso en función de cómo se quiera
remitir: “…como tarjeta postal con
escritura libre…. Como impreso pudiendo escribir a mano (sin noticias) una
dedicatoria, la firma y si quiere la profesión y domicilio del remitente…”.
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Diversos anuncios publicados en la revista “Hispanidad” de Madrid, aludiendo a la “Postal-Librito”.
En el mercado estas “Postales Librito” hay llegado generalmente
conservando únicamente la parte postal, o incluso ambas caras separadas la una
de la otra, y es muy difícil encontrar toda la colección existente, conservada
con la totalidad de las 12 hojas que solían tener, detalle que las hace mucho
más interesantes de cara al coleccionista.
Con el tiempo, la tarjeta postal ha sobrevivido a la modernidad y a
las nuevas tecnologías, y para los nostálgicos se ha convertido en un auténtico
elemento coleccionable, cuyas imágenes son verdaderos testigos del paso del
tiempo. ¡Larga vida a la Tarjeta Postal!
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Ejemplo de una de las muchas postales editadas en el formato “Postal-Librito”, con los detalles mencionados.
Notas:
1. La idea surgió
para ofrecer una sistema de comunicación , rápido, accesible y económico para
la población, fruto de las propuestas de Heinrich von Stephan y Emmanuel
Hermman
2. Práxedes
Mateo-Sagasta y Escolar (Torrecilla en Cameros 21.07.1825 – Madrid 05.01.1903).
Fue Presidente del Gobierno en 7 ocasiones entre 1870 y 1902.
3. Descripción
literal que aparece en la instancian presentada a Correos para el uso de este
tipo de tarjetas postales.
4. Ministerio de
Comunicaciones. D.O.C. 30.01.1932.
5. La Cartofilia o
Deltiología, es el estudio y coleccionismo de postales.
6. Tarifa en vigor
a partir del 1 de agosto de 1931.
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