04 mayo 2024

Apuntes Filatélicos: LA INVIOLABILIDAD DEL CORREO EN LA COMARCA CON EL FRANQUISMO.

 

 

Apuntes Filatélicos

LA CENSURA DEL CORREO EN LA COMARCA

Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico

La fidelidad o secreto, como base fundamental de las comunicaciones 
ó pensamientos privados del individuo, es un bien indefinible;
pero también puede servir de lo contrario, si por desgracia llega
a faltar en Correos tan esencial principio.
 
Andrés Ponce González
“Diccionario Geográfico de Correos”. 1855


Una de las características universales del correo es la inviolabilidad de este, detalle que le confiere esa privacidad que tienen remitente y destinatario. Aunque hay que decir que no siempre ha sido así. La importancia de este medio de comunicación en ciertos episodios de la historia, y su control, ha dado lugar a que la inviolabilidad no estuviese garantizada. Hablamos por ejemplo de tiempos de guerra o de conflictos bélicos, y en el caso que hoy nos ocupa, incluso en tiempos de post-guerra.


En España, como en tantas otras partes del mundo, la censura postal existió. La hubo en tiempos de guerra – de aquella incivil guerra -, y la hubo en ambas partes, tanto por parte del gobierno de la República Española, como del bando que propinó el “alzamiento militar”. Pero terminada la guerra, con el franquismo ya en el poder, la censura prosiguió.

Una circular de fecha 2 de junio de 1939, dictaba las nuevas normas a seguir tras la guerra civil“…al reducirse las necesidades de guerra…”. Con esto se establece que la censura postal, continuaría en 1939 dependiendo de las autoridades militares.

La censura durante el franquismo en España, podemos decir que continuó. El único cambio fue de quién ejercería esa censura postal, que paso en abril de 1940 a manos de la Dirección General de Orden Público (o de Seguridad), la cual realizaría una especie de “cartilla del censor”, con las correspondientes instrucciones a tener en cuenta por el censor y que sería “…absolutamente desconocido para toda persona ajena al Servicio de Censura…”. Igualmente se asignó una plantilla de personal, por provincia, que en el caso de la de Alicante, estuvo al frente de la misma Isidro Camuñas Rodríguez.


Filatélicamente hablando, el coleccionista en la mayoría de las ocasiones, se ha centrado especialmente en conocer y estudiar todas esas marcas estampadas en la correspondencia, que hacían referencia al hecho de que esos sobres, o incluso tarjetas postales, habían pasado por la mano del censor. Pocas veces son las que al filatelista le ha interesado el contenido de la carta, bien porque no se suele tener acceso a ellas – los sobres siempre llegan a manos del coleccionista, vacios -, o bien porque ese contenido nada o poco tiene que ver con el correo.

Pero durante la post-guerra en España, ese contenido fue motivo de vigilancia exhaustiva por parte del gobierno franquista. El régimen, recientemente instaurado, no quería una “mala propaganda” de cara al exterior, por lo que se controlaba mucho que pudiera decir en sus cartas la ciudadanía, así como la propaganda en contra del régimen franquista que pudiera enviarse en el interior de esta correspondencia.

En  1940, era un promedio de unas 800 cartas diarias, las que se revisaban en la provincia de Alicante, y en 1945 se llegaba a las 500 diarias. De entre toda esa correspondencia “violada” y controlada, conocemos casos muy concretos que afectaron a familias de esta comarca. En agosto de 1944, la censura de Madrid retenía una carta sospechosa, enviada por José Seguí Palmer, vecino de Patró  (Vall de La Gallinera), que iba dirigida a su hermano en Argel. El remitente había estado preso por su militancia comunista y cuando envío la carta, disfrutaba de la libertad condicional. El contenido de la misiva no gustó al censor, al leer comentarios sobre la evolución de la 2ª Guerra Mundial, de racionamientos, salarios, etc., incluyendo frases como “... ahora ya no hablan tanto, ni gritan, ni tienen el gesto de jactarse, se ve que tienen las de perder…” (AHPA. Legajo 3027).


Ese mismo año, la Guardia Civil acudió a la vivienda del vecino de Setla y Mirarrosa, Jaime Aguilar Moncho, al que interrogó acerca del contenido de una carta interceptada que dirigió a su hermano que estaba en Argentina, en la que le comentaba “…la miseria reinante en España y el escaso valor del dinero…”. Este sincero comentario entre hermanos, le valió su encarcelamiento por orden del Gobernador Civil de Alicante, siendo conducido al Reformatorio de Alicante (AHPA. Legajos 910 y 953).

Son solo 2 de los cientos de ejemplos que hay, hoy en archivos de toda España, y que nos vienen a demostrar que la inviolabilidad de la correspondencia fue un arma muy productiva, que sirve a los regímenes autoritarios para ejercer un control sin límites contra una democracia inexistente.

Incluso, el franquismo se toma muy en serio el que las cartas circulasen sin remitente, por lo que dicta una norma en la que pone sobre aviso a todo el personal correspondiente para que “…toda carta que no lleve debidamente, el nombre del remitente, su dirección y residencia, sea destruida…” (Circular de Correos Nº 44, de 27.06.1941), aunque son muchos los casos en los que esta norma no se llegó a cumplir.

Durante la Guerra Civil, cada bando “censuraba” la correspondencia para evitar que, si cayeran en manos del enemigo, esta correspondencia no pudiera dar información más allá de los datos que una escritura epistolar pudiera aportar. Pero finalizada esta, los “vencedores” ejercerían sobre los “vencidos”, un control postal mucho más despiadado, para realizar las depuraciones franquistas que se dieron.

El 18 de julio de 1945, el artículo 13 de los Fueros de los Españoles, decía que “…dentro del territorio nacional el Estado garantiza la libertad y el secreto de la correspondencia…”. Pero una cosa debió ser lo que decía la ley, y otra muy distinta si se llegó a aplicar.

El correo, sea en la época que sea, siempre será fiel testigo de la historia, y en ciertos momentos, tan importante que su control se convirtió en algo prioritario para quienes gobernasen.

Bibliografía y fuentes consultadas:

·        Archivo Histórico Provincial de Alicante.

·        “La Censura en la Europa del S. XX”. Jesús García Sánchez. Universidad de Salamanca. 2009.

·        San Filatelio. AFINET.

·        “Las Cartas en la Guerra Civil Española”. Javier Cervera Gil. Hispana Nova. Revista de Historia Contemporánea. 2016.

·        Catálogo “Guerra Civil y Memoria Histórica en Alicante”. Archivo Histórico Provincial de Alicante. Noviembre 2016-Junio 2017.

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