17 julio 2024

Lo que la prensa nos contó (59): LA CARTA DEVUELTA, QUE NO DIÓ LUGAR A LA INVENCIÓN DEL SELLO POSTAL.

 

 

Lo que la prensa nos contó… (59)

¡…Y SI ROWLAND HILL HUBIERA SIDO ESPAÑOL!

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

¿Os habéis preguntado alguna vez, que hubiera pasado si Rowland Hill hubiera sido español? Más que este británico hasta la médula, español, ¿Qué hubiera pasado si la historia ó leyenda de la invención del primer sello del mundo, hubiera ocurrido en tierras españolas? La repuesta es difícil y requiere de mucha imaginación, pero dejadme deciros que tuvimos los ingredientes necesarios para que así fuese: hubo un remitente y un destinatario, y una carta que nadie quería pagar por ella, una historia muy parecida a la de la posadera y el cartero que dieron lugar al sello postal, pero con ciertos años de diferencia, en el caso español.

Detalle de la noticia aparecida en la prensa
Periódico "El Bien Público" 21.08.1850

El periódico catalán “El Bien Público” del 21 de agosto de 1850, lleva en su interior – página 3 -, una curiosa historia que de no ser que habían pasado más de 10 años desde la que dio lugar a la “invención” del sello postal, bien podríamos decir aquello de que se asemejan y bastante. Este rotativo catalán, cuenta que cierto señor muy limitado en ingresos y bienes, había recibido recientemente una sustancial herencia de algún familiar que residía en tierra cubana. Pero la historia arrancaba 1 año antes, cuando en España todavía no existía el sello de correos como forma de pago previo en el envío de la correspondencia.

Detalle de un cartero entregando carta
a su destinataria

Según este periódico, el susodicho destinatario de la herencia, “…hace un año le trajeron una carta de La Habana, que no quiso tomar  por no pagar el porte del correo, y al efecto negó su nombre…”. ¿Os sueña de algo esta historia? Pues la cosa no quedó ahí. Meses más tarde, el mismo cartero regresó de nuevo, con otra misiva, que igualmente rehusó, y por la misma razón. Pero la insistencia del cartero, hizo que a la tercera fuese la vencida. En la fecha del 20 de agosto de 1850, la carta fue ya recibida, que aunque la prensa dice que fue por la tenacidad del cartero, que al parecer insistió y se la dejó a una vecina, cabe que fuese porque ya en agosto de 1850, las cartas podrían llegar desde Ultramar a España, franqueadas, y como ya no tenía que hacerse cargo del pago del envío, que desde La Habana a España, no sería nada barato para la época, esta vez pudo leer el contenido satisfactorio de la carta. ¡Y encima no sabía leer!

Debió de ser una gran cantidad, las cartas y misivas que, en época “pre” sello postal, se devolvieran por aquello de que si tengo que pagar yo, yo no pago porque no puedo, ni tengo como hacerlo. Aunque, ese sistema de pagar quién recibiera, estaba tan arraigado en la sociedad, que hay voces de la época que tildaban de “mala compostura” ó “malos modales”, remitir una carta ya franqueada.

Boceto Original del 1er sello
del mundo

Suele decirse que la picaresca española era muy superior a la británica. Como ejemplo de ello, la literatura nos ha puesto a protagonistas como El Lazarillo  ó Rinconete y Cortadillo, claro ejemplo de una España que sobrevivía como bien podía.

Al menos, vemos que al contrario de lo que le sucedió a Sir Rowland Hill, que vio como la picaresca inglesa, engañaba al correo para estar en contacto con la familia, en el caso que nos ocupa, el destinatario simplemente desconocía que tuviera tal familiar en Cuba, y no estaba dispuesto a pagar por una carta que ni tan siquiera iba a saber leer.

Lo que está claro es que, del mismo modo que la posadera inglesa, devolvió aquella misiva que su familia le envió – siempre que la leyenda que nos ha llegado, sea cierta -, nuestro protagonista también la devolvió en sendas ocasiones, y de haber estado presente en el momento preciso, ante este nuevo rico español, este inglés de pro, seguramente hubiera pensado que era necesario una reforma para que estos episodios no se repitieran.

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