Apuntes Filatélicos
LA
FLOR DE PASCUA Y LA NAVIDAD
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
La Navidad es esa festividad que tiene tantas versiones, como
personas hay en el mundo. Bueno, tal vez no tantas, pero es una festividad recurrente
que no en todas partes se celebra del mismo modo, además de que cuenta con una
tradición histórica que nos daría pie a muchas interpretraciones. Y eso
precisamente es lo que el filatelista busca a la hora de elegir un buen tema
para desarrollar su colección de sellos temáticos. Y la Navidad es sin duda
alguna, la reina de las colecciones temáticas.
Pero hoy nos vamos a centrar en su parte más floral. Cada mes de
diciembre, quienes celebran la Navidad en alguna de sus formas – cristiana ó
pagana -, al llegar a la parte decorativa de esta festividad, siempre buscará
esas plantas o flores que la caracterizan, en especial algunas que dicen no
puede faltar nunca como podría ser el abeto
- Abis en cualquier de sus variedades -, el muérdago – Viscum album -, o
sin duda la de más colorido de todas: La Poinsettia ó Flor de Pascua – Euphorbia pulcherrima -.
Esta planta de origen méxicano – y zonas limítrofes -, que ya se
produce en gran parte del mundo, incluso en la comarca de la Marina Alta, es ya
una habitual de las fiestas navideñas, y como no, también de la filatelia
mundial. Aunque no sea una planta ó flor muy navideña históricamente hablando,
que digamos, su uso en estas fechas se le debe precisamente a su descubridor o
exaltador, Joel Roberts Poninsett – al que debe su nombre -, el cual
introdujo en estas fiestas la costumbre de regalar y decorar con Poinsettias,
al tener el detalle de regalar una de estas plantas, a la primera dama de los
Estados Unidos de América, Sra. Louis Adams, esposa del
Presidente de los Estados Unidos, John Quincy Adams.
Desde entonces, se dice que esa tradición se estableció en
norteamérica e incluso se declaró el día 12 de diciembre de cada año como “Día de la Poinsettia”, en homenaje a quién
le dio popularidad, fallecido el 12 de diciembre de 1851.
La “voz populli” se encargó de hacer el resto, ya que se empezó a
hablar de un regalo navideño que milagrosamente se convirtió en una flor
brillante. Y con el tiempo, la leyenda traspasó el océano y se estableció en
toda Europa. Su origen en tierras méxicanas, podría hacernos pensar que los
franciscanos españoles con su evangelización de “Nueva España”, y sabiendo que
empezaron a usarla como elemento decorativo, incluso ya en el Siglo XVI al
llegar a estas fechas tan entrañables como son las Navidades fueron los que la
introdujeron como elemento navideño – en Nueva España no había la flora que se
encontraba en España para usar en Navidad -. Pero no fue hasta bien entrado el
siglo XIX cuando el botánico, médico y político estadounidénse, y primer
embajador americano en México, quién se encargaría de estudiar este arbusto y
de expandir su cultivo por todo el mundo, allá por el año 1825.
Este arbusto americano, la Euphorbia
pulcherrima, puede llegar a medir cerca de los 4 metros. Su nombre original
en la lengua “nauthal” de los azthecas, era cuetlaxóchitl, que
significaba “la flor que se marchita”. En realidad, las frondosas flores rojas
que destacan en este tipo de planta, no son sus flores, sino que realmente son
hojas que a diferencia de las demás, adquieren por lo general un rojo intenso.
Esta coloración tan intensa y peculiar, coincide con las fechas navideñas, lo
que la hace muy especial para decoración en fechas navideñas.
Los azthecas incluso la llegaron a usar más allá de las ofrendas a
sus dioses, como planta curativa, donde su savia lechosa al parecer tenía
ciertas propiedades que aquellos primitivos méxicanos, supieron aprovechar.
Son muchos los simbolismos que podemos encontrar en torno a la Flor
de Pascua. Entre ellos, hay quién llega a afirmar que las hojas rojizas de la
planta, simbolizan o representan la sangre de cristo, pero en cambio las hojas
verdes representan la esperanza y la vida eterna, esencias sin duda de la
Navidad.
Hoy los filatelistas encontramos esta flor – ó planta según se mire
-, en miles de sellos de todo el mundo, convirtiéndose en un elemento para el
coleccionista temático, tanto en colecciones navideñas, como en aquellas otras
que por el motivo elegido, tengan cabida en una colección de flora por ejemplo.
España no ha sido muy prolífera a filatelizar este arbusto, aunque tenga mucha
relación directo o indirecta con la historia española en tierras americanas, y
tan solo en el año 2006, emitió un único sello en el que la Euphorbia pulcherrima, fue motivo del
sello. Un sello sin mucho trabajo artístico detrás, sencillo en su ejecución y
especialmente pensado para el uso cotidiano en la correspondencia, en un
formato tipo carnet con 10 sellos, todos ellos autoadhesivos, y con un valor
facial de 0,29 €.
La Navidad es esa época del año en el que nos llenamos de tradición,
unas veces tradición propia, otras con tradición importada, traida de otros
lugares en los que las fiestas navideñas tienen otro concepto. Año tras año,
esta planta decorativa llegará a nuestras casas, bien para decoración ó bien
como regalo para familiares y amigos. Y la filatelia nos seguirá aportando esos
sellos en los que esta ancestral flor, será la protagonista para que el
filatelista temático busque su hueco en la colección.
Y llegados a esta altura del año, desde esta sección filatélica que
únicamente pretende dar a conocer el coleccionismo de sellos como algo más que
un simple coleccionismo, donde cultura e historia se unen, desear a todos los
lectores de CANFALI MARINA ALTA, unas Felices y entrañables Navidades, y que
2026 sea un año donde lo que nos llegue sea lo mejor para todos.
BON NADAL A TOTS…



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