Apuntes Filatélicos
BARROETA
Y JIMÉNEZ, JEFE DE CORREOS
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
A lo largo de los tiempos, la historia siempre nos ha presentado a
hombres y mujeres excepcionales, personajes dignos de formar parte de este
electo de celebridades. Y en la historia del correo, este mismo hecho, nos ha
puesto sobre la pista de personas con nombre y apellidos, que por sus gestos,
hechos y buen hacer, han contribuido a que el correo haya ido mejorando con el
paso de los años. Muchos de estos cambios fueron tan significativos que la
huella de quién los llevo a cabo, todavía resuena; y si no fueron tan notables
como para recordarlos, seguro que hablar de ellos, los pone de nuevo en el mapa
de la historia.
El personaje de hoy, es uno de esos. Todo un Jefe de Correos, al que la historia le dio el placer de que su
impronta postal, lo hiciera mucho mejor persona, y un profesional de los que
todavía resuenan los gestos. Si además, su vinculación con Benissa y la
comarca, fue por emparentar con la alta sociedad de la época, con más motivo
debemos conocerlo más y mejor. D. José
Barroeta Jiménez, fue el Administrador Jefe de Correos de la provincia de
Alicante. Sustituiría a D. José Bermúdez de la Corte, otro gran personaje para
el correo en la provincia de Alicante. No podemos con exactitud situarlo ya en
su puesto, pero tenemos plena constancia que convivencia en Alicante lo fue a
partir de 1882, procedente de Salamanca y Badajoz, donde ejercía igualmente de
Aministrador Jefe de Correos de aquellas provincias.
Estuvo pues al frente del correo en esta provincia durante varias
décadas, y ejerció como tal con una profesionalidad que se gana la admiración,
no solo de los alicantinos de la capital a lo que ofreció grandes mejoras, sino
también a toda una prensa – editores y periodistas -, que vieron en su persona,
el poder ser atendidos independientemente del signo editorial de la
publicación.
Por citar algunas de aquellas reformas que el Sr. Barroeta consiguió
para la ciudad de Alicante, está la instalación de los primeros buzones
“callejeros” con que contaría la ciudad. El periódico “El Constitucional” de
fecha 19 de febrero de 1886, da cuenta detallada de la ubicación de estos
primeros 6 buzones, que al parecer y por no estar la gente muy puesta a tener
estos “obstaculos” en medio de las aceras, los alicantinos tropezarían con
ellos más frecuentemente de lo que se esperaba.
Pero su gran logro, si así lo podemos tildar, lo consiguió con su
iniciativa de emitir unos sellos en abril de 1898 – los primeros con esta
finalidad que se hacían en España -, de
“Suscripción Voluntaria”, donde lo racudado fuese directamente para el fondo
que el gobierno creó para ayudar a los combatientes de las últimas guerras en
las que se vió inmersa España a finales del Siglo XIX. Estos 12.000 sellos, que
en realidad no tenían poder de franqueo, lo que los convierten en más bien
viñetas, se vendieron en diversos puntos por toda la provincia de Alicante,
especialmente en los de venta de tabaco, etc., y que en la comarca tenemos
datos de que se pudieron adquirir en puntos de Dénia, Pego y Jávea.
Un sello que tuvo tan buena acogida que los 12.000 iniciales, al
final fueron bastantes más lo emitidos, y que hoy constituyen –al menos en
carta – verdaderas joyas de la filatelia alicantina, y que daría pie a los
muchos “Sellos Patrióticos” que le precedieron, en numerosas ciudades
españolas, siempre a iniciativa privada, aunque en esta ocasión fuese por
iniciativa de una Jefe de Correos Provincial.
En el año 1905, es ascendido y ocuparía la Jefatura Principal de Correos de Barcelona, para años despues regresar a tierras valencianas, y ocuparse de manera muy efímera, de la Oficina Principal de Correos de Valencia, en el año 1909, regresando a Barcelona hasta su fallecimiento en marzo de 1914 a causa de una bronco-neumonía. Quienes le trataron, llegaron a afirmar que fue un Administrador-Jefe ejemplar, consiguiendo las más altas estimas allá donde ejerció su labor.
Pero su vinculación directa con esta comarca, la encontramos en la
localidad de Benissa. D. José Barroeta y Jiménez, tuvo una vida familiar muy
prolífera, aunque no cargada de buenafortuna. En 1886, se anunciaba su boda con
la señorita Dña. Teresa Ruiz Carratalá, hermana de un conocido banquero
alicantino de la época. Pero la dichosa pareja no tuvo una larga vida
matrimonial: la Sra. Ruiz Carratalá de Barroeta, fallecería en el mes de
diciembre del año 1887.
Casó en 2ª nupcias con Dña.
Matilde de Loma, hija de D. Blas de Loma y Corradi, Director de la Escuela de
Comercio de Alicante, la cual fallecería en octubre de 1890. Y finalmente
casaría con la IV Condesa de Montesclaros
de Sapán, la benissera Dña. Paulina Feliú y Palacio de Azaña (Madrid
1864-Benissa 1938), titulo que le fue otorgado el 7 de abril de 1905, al
fallecer el abuelo de la benissera, D. Fernando Palacio de Araña, en virtud de
lo cual, su marido, nuestro protagonista de hoy, además de ostentar igualmente
dicho título nobiliario, paso a ser nombrado como “Excelentísimo Sr.”. Este
título nobiliario español, fue creado por el Rey Carlos III, en el año 1765.
Si de los anteriores matrimonios, no hay constancia de que D. José
Barroeta tuviera descendientes, con su último matrimonio si se sabe que hubo 2
hijos, de los cuales solo la hija vivió largo y tendido tiempo. Fruto del
matrimonio, nacería el primogénito D. José Barroeta Feliu, y también naceria
Dña. María Barroeta Feliú, un personaje también para la historia de Benissa,
persona activa y muy relacionada con sus convecinos, que viviría en Benissa
hasta ya entrado el Siglo XX.
Dejar huella y formar parte de la historia del correo, es siempre
cosa de prohombres que tuvieron en mente el buen hacer, viendo la necesidad
imperiosa de que aquel servicio esencial para la población, como lo fue la
trasmisión de la correspondencia, se llevase a cabo de la manera más eficaz y
eficiente posible.


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