Apuntes
Filatélicos
LA EPIDEMIA QUE DETUVO EL CORREO EN LA COMARCA
José Ivars Ivars / Divulgador e Investigador Filatélico
Puede
que esta situación que estamos viviendo a día de hoy con el Covid-19, parezca
algo nuevo. En realidad lo es, pero para muchos de nosotros que nunca hubiéramos
podido imaginar, ni por asomo, que nos veríamos inmersos en una situación de
pandemia, con unos efectos dramáticos y un cambio en nuestra cotidiana vida,
que nos está costando acostumbrarnos.
Pero
estas situaciones de cambios sociales y restricciones a consecuencia de
pandemias y epidemias (o viceversa), no es algo nuevo. A lo largo de la
historia tenemos ejemplos muy parecidos a los que hoy en día nos ha tocado
vivir, tal vez con otras circunstancias pero con una analogía muy patente. Y
uno de esos ejemplos lo tenemos en la epidemia de cólera morbo que sufrió España
en el año 1885, que incluso llegó a detener el correo que se despachaba desde
Denia procedente de toda la comarca.
Uno
de los servicios esenciales para la sociedad que se vio interrumpido a causa de
esta epidemia, fue la única línea de ferrocarril con que contaba la comarca por
aquel entonces: la Carcagente – Dénia, y con ello el correo que a través de
esta línea y procedente de toda la comarca, se cursaba para todo el mundo. El
problema radicaba principalmente a que la línea transcurría entre las
provincias de Valencia y Alicante, y entre ambas existía lo que hoy hemos
conocido como “confinamiento perimetral provincial”. El periódico “El
Constitucional” de Alicante, daba cumplida cobertura a la situación que vivía
la gente de La Marina.
Esta
línea férrea que gestionaba la Compañía de Ferrocarriles de Almansa, Valencia y
Tarragona (AVT), empezó a servir como ambulante ferroviario justo un año antes,
por Real Orden de fecha 30 de marzo de 1884, una vez concluida la totalidad de
la línea. Con anterioridad a esta disposición, el correo tan solo podía
circular a bordo del ferrocarril entre las estaciones de Gandía y Carcagente
(Real Orden de fecha 29.02.1879), a la espera de que Dénia por fin viese llegar
su ansiado ferrocarril. Esta mejora en el servicio postal de la comarca, creó
además una conducción “a caballo” entre las localidades de Oliva, parada del
ferrocarril, y la estafeta de Pego, con lo que esta última población pudo sin
duda beneficiarse enormemente del servicio.
La
historia nos demuestra una vez más que los ciclos se repiten y seguramente se
volverán a repetir. Lo que hoy nos tiene a todo el mundo en jaque, ya a lo
largo del Siglo XIX lo vivieron nuestros antepasados. El correo se detuvo a
causa de una terrible enfermedad que se llevo por delante a numerosas víctimas.
Hoy nos está tocando vivir algo similar, con restricciones de otra índole, y
con la esperanza de que entre todos, esta pandemia un día será historia.
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