LA
PRENSA DE MENORCA PREOCUPADA POR EL REVERSO DE LOS SELLOS
Por José Ivars Ivars / Divulgador e Investigador Filatélico
Detalle del artículo publicado en EL BUEN PÚBLICO (14.08.1875) |
No fue poca la prensa de la época
que desde que apareciese el primer sello en España en 1850, se ocupó de dar
cumplida información al respecto de su uso y características, para con ello ir
habituando a la ciudadanía en su uso, que si bien no fue obligatorio en los
primeros años para el envío de cartas y documentos por correos, si lo sería ya
a partir del 1 de julio de 1856.
Pero no solo se preocupó la prensa
de que se supiera qué hacer con un sello frente a donde colocarlo en una carta
(pliego), de las tarifas que iban modificándose casi año tras año, etc., sino
que algunos periódicos de la época le dieron la vuelta al sello y buscaron que
había en esa cola o pegamento que hacía que con humedecerlos con saliva se
adhirieran casi por obra de magia al sobre, sin desprenderse en todo el
trayecto.
Así tenemos, y por poner un ejemplo
de los muchos que las hemerotecas nos ofrecen, que el rotativo mahonés El
Bien Público (1873-1939), en su edición de fecha 14 de agosto de 1875
(página 4), inserta un interesante artículo en el que advierte al lector del
peligro que encierra la goma en el reverso de los sellos.
Estudio del reverso del sello de 0,10 Ptas., emisión Alfonso XII de 1875. (fuente FILAPOSTA) |
Concretamente hace referencia a “…los nuevos sellos de correo que con el
busto del rey don Alfonso XII acaban de emitirse en primero de agosto de 1875…”,
primeros sellos del reinado de Alfonso XIII (Edifil 162-171), y que según el
artículo además de llevar una numeración de posición del sello dentro del
pliego de 100 sellos en el reverso para
evitar su falsificación, su reverso puede ser peligroso para la salud.
Postguerra en Alemania. Niños dispuestos a humedecer los sellos de la máquina, por 5 Pfenning |
Los sellos en cuestión se realizaron en un papel azulado que al parecer la mezcla de este tinte con el mucilago producido por la goma al humedecerla, producía (tal vez sigue produciéndolo 146 años después) “…un germen de un tóxico…”. Es de imaginar que la noticia, que como bien indica el rotativo mahonés fue publicada en diferentes medios escritos, causase cierta preocupación entre los usuarios del correo. Aunque al menos no ha trascendido que por usar estos sellos, nadie resultará perjudicado de salud. Lo que si hace el periódico es aconsejar no humedecer los sellos con la lengua, algo que hoy en día parece que ya asimilado también y más tras la situación COVID-19 que estamos viviendo.
Y para matizar esta antihigiénica
práctica a la hora de pegar los sellos en las cartas, el periódico hace
referencia al Dr. Thebussem y su trabajo sobre “Los Pegamentos en los Timbres”, dando algunos consejos que el
propio gaditano ya menciona, y donde uno de ellos aconseja “…que lo más higiénico es mojar el dedo en agua (…) y de esta forma
humedecer la parte que se vaya a adherir del timbre…”.
Emisión 1875 Alfonso XII Papel azul |
Para ilustrar aun mejor el artículo, se citan varios ejemplos sobre el reverso de los sellos y las gomas o pegamentos utilizados por entonces, algunas de las cuales han causado ciertos problemas de salud entre los usuarios. Así tenemos el caso de Suecia que a con sus primeros sellos decidió añadir acíbar (sustancia muy amarga) a la goma en los sellos, para que su mal sabor hiciera imposible el uso de la lengua para humedecer los sellos.
O por el contario, el hecho de que
en Dinamarca lo que se añadiera a la goma fuese “azúcar candi” que daba un
mejor sabor a la goma, lo que hacía que muchos niños se comieran los sellos
como golosinas. ¡No hay mal que por bien no venga!
Existen otros casos no citados en el
periódico que nos hacen entender lo preocupante del tema. Se conoce un caso en
Gran Bretaña, donde en 1872 en la ciudad de Nottingham un buen doctor recibe
una consulta médica por vía postal, donde el supuesto paciente le incluye dos
sellos para que su respuesta no le costase al doctor penique alguno. Pero
resultó que los sellos, llevaban cierta sustancia en su reverso que al
humedecerlo con la lengua le produjo cierto malestar. El sello no usado, fue
puesto a disposición de la policía británica que determinó un posible intento
de asesinato contra el doctor.
Como vemos, hasta el reverso de los
sellos hace que esta ciencia llamada filatelia, sea un pozo sin fondo de
curiosidades que la prensa de la época se ocupó de ir contándonos para deleite
de los que hoy gustamos de mirar las hemerotecas.
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