UN
CUADRO QUE INSPIRÓ UNA CANCIÓN…Y MUCHOS SELLOS
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
Si os preguntan alguna vez o os piden que definas como
somos los filatelistas, nada como decirles que somos gente curiosa. Al menos
eso me pasa a mí cuando algo que desconozco se me cruza por la cabeza. En esta
ocasión, el asunto o tema nada a priori iba a decirme que tendría tanto que ver
con la filatelia como al final ha sido.
Seamos o no fans de esos certámenes de la canción, que
en los últimos años España no ha dado pie con bola, la pre-selección de la
canción que este año 2022 va a representar a España en Eurovisión, no ha pasado
desapercibida ni para quienes no vimos la final del “BenidormFest”. La prensa
se ocupó de hablar tanto de la canción ganadora, como de las finalistas entre
las que se encontraba la que hoy nos trae aquí. Y lo que nos lleva a iniciar
este artículo es más que la canción, la curiosidad de la letra y lo que en ella
nos dice una de sus estrofas.
La intérprete de la canción es Rigoberta Bandini, y el título “Ay
mamá”, y cuando conoces su letra, encontramos que nos traslada a 1830 y
hace referencia a un cuadro, una óleo sobre lienzo del francés Eugène
Delacroix, de hecho le menciona en su estribillo cuando dice: “…mamá, mamá, mamá. Paremos la ciudad
sacando un pecho fuera al puro estilo Delacroix…”. Seguramente mucha gente
que ha tarareado o cantado este éxito, ni saben a qué se refiere al
mencionarlo. Y muchos filatelistas no se percataron, entre ellos yo, que esa
referencia tiene mucho de filatélica.
La cita hace referencia a esta obra pictórica que se
conserva en el Museo del Louvre de París, y que se conoce como “La
libertad guiando al pueblo”, y simboliza la Revolución de 1830, una
escena en la que se ve al pueblo alzarse contra su Rey, Carlos X de Francia.
Aquellos disturbios acaecidos en los conocidos como “Las 3 jornadas gloriosas”,
fueron la culminación a una serie de protestas por la pérdida de derechos que
la ciudadanía gozaba, entre ellas la libertad de prensa, y donde la
insurrección parisina puso fin al reinado del terror que se vivía con Carlos X.
El cuadro con el tiempo se ha convertido en un icono mundial
de la Libertad. De hecho Delacroix sitúa en primer línea del cuadro a una mujer
semidesnuda, mostrando un pecho como destaca la canción, con el gorro frigio
característico de los esclavos romanos liberados, y que fue muy popular durante
la Revolución Francesa, empuñando una bayoneta con la mano izquierda y con la
derecha la propia bandera francesa, en una posición de liderar aquella revuelta
y donde el pueblo se siente con el deber de seguirla.
Y esa mujer que representa esa “Libertad” que Delacroix plasmo en este lienzo, no es otra que La Marianne, símbolo nacional francés creado en la Revolución de 1789, la misma Marianne que en tantos y tantos sellos franceses aparece y que como filatelistas seguramente hemos tenido en la mano en alguna que otra ocasión.
Con el francés François Mitterrand como Presidente de la República Francesa en 1981, y elegido el diseño por él mismo, al año siguiente se pone en circulación una nueva serie básica en el correo galo. En esta ocasión la imagen se renueva y se utiliza por primera vez dentro de las emisiones de sellos francesas, el rostro de La Marianne del cuadro de 1830 de Delacroix, sellos que fueron diseñados por Pierre Gandon. Desde aquel instante, La Marianne de Delacroix, estará presente en diferentes formatos y diseños, como serie básica del correo francés. Con anterioridad, el correo francés había utilizado desde 1945 diversos diseños diferentes de “La Marianne”. Cada Presidente que ha gobernado Francia, ha querido darle un modelo nuevo a esta serie básica mundialmente conocida y coleccionada.
Pero la filatelia mundial también se ha hecho eco de
este icónico cuadro. Han sido muchos los países que lo han filatelizado, total
o parcialmente. El listado sería interminable, y las posibilidades que todo
este material ofrece al curioso filatelista es enorme, tanto para incluirlos en
alguna temática, como para realizar estudios más profundos de estas series, que
aunque sean de las llamadas “básicas” ofrece una amplia gama de colores, tonos,
errores, variedades, carnets, etc.
Cabe la posibilidad con toda seguridad de que ni la
canción “ay mamá”, ni mucho menos su intérprete, Rigoberta, aparecerán nunca en
algún sello postal. Pero la figura de La
Marianne, ó el cuadro La Libertad guiando al pueblo, volverán
a ser motivo de muchos sellos, sea en Francia o en cualquier país del mundo
donde la libertad sea un valor en alza, y a su vez sirva para recordar que la
gente, “el pueblo”, debe vivir libremente.
Ahora ya sabemos dos cosas más. Los filatelistas somos
curiosos y eso nos llevar a elevar la filatelia a la categoría de ciencia del
conocimiento, y que viene bien que algunos episodios de la vida se conviertan
en “noticia” para que nos entre la curiosidad por saber más.
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