Apuntes
Filatélicos
ESCRIBIENDO
LA HISTORIA DEL CORREO EN LA COMARCA
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
Andamos enfrascados en un proyecto, necesario a mi
juicio, de escribir la historia del correo en nuestra comarca, historia de la
cual los datos que se encuentran son pocos y en ocasiones esparcidos por demasiados
archivos que vamos a tener que cotejar uno a uno, en la medida de lo posible.
Lo que tildar el proyecto como necesario, no es algo que lo digamos ahora. Es
mucho el tiempo que hace que sabemos que, aunque la historia del correo a
grandes líneas ya está escrita, la local, la que corresponde a nuestra comarca,
por tratarse tal vez de una historia menor, todavía no se ha escrito. Y ya va
siendo hora.
Esto que hoy es un simple proyecto y del que vamos
recabando datos que configuran como fueron aquellos correos de antaño, nos va
dando una información muy valiosa y precisa para situarnos en épocas
pretéritas, donde el transporte de la correspondencia por caminos en ocasiones
sinuosos y peligrosos, no debieron hacer en absoluto fácil la tarea de aquellos
conductores de la correspondencia.
Por situarnos en una época concreta, la medieval fue un
periodo de histórico en el que el Correo tuvo su importancia. De hecho a lo
largo de la historia, el Correo siempre ha sido un asunto de suma importancia
para el buen desarrollo de la sociedad. Si bien no sería algo al alcance de
todo el mundo, existió un complejo sistema postal donde los monarcas y
familiares de cada uno de los Reinos existentes en la que después sería España,
disponían de sus propios “correos”, quienes la mayoría de las veces llevarían
noticias y misivas “a pie” de un punto a otro, y viajarían allá donde el
monarca o señor al que sirviesen, estuviese.
Cuadro del pintor Vicente Mostre titulado "La Expulsión en el Puerto de Dénia" (1613)
(Fuente: Dénia.com)
Dénia en aquella época, Siglo XIII-XIV, formaba parte
de los extensos terrenos pertenecientes a la Corona de Aragón, y como tal
estaba sujeto a sus leyes, entre ellas las concernientes al Correo. La mayoría
de los datos que encontramos sobre el correo en esta época, tendrán su
epicentro en Valencia, donde ya existían unas normas que los “Troters de Bustia”, o como se les
llamaba a los Correos en la época del Rey Pedro III El Grande (Julio
1276-noviembre 1285), debían cumplir. Una de ellas por ejemplo les obligaba a “…ir y regresar a jornades dretes, y más
pronto aun si eran enviados per cosa cuytosa (urgente)…”. Estos carteros
medievales, no podían pedir ninguna prestación por el servicio dado, aunque se
sabe que si aceptaban aquellas gratificaciones que se les ofrecían sin ser
solicitadas.
Las normas más antiguas sobre los correos valencianos,
las encontramos en El Llibre dels fets
de Jaime I, en cuyo interior encontraremos la primera referencia sobre un
“correo” ejerciendo su trabajo.
Dentro de la organización postal medieval valenciana,
tenemos como primer “Hoste” o Jefe de
Correos, a D. Bernardo Sala al que se le otorga el título de regidor y
administrador de Correos. Este primer Hoste valenciano, viene citado en los
documentos que redacta el escribano Bartolome Villalba, en los que ya lo
menciona como Hoste de Correus en la
fecha del 13 de abril de 1371. Bernardo Sala recibiría sus últimos salarios
como Hoste valenciano entre los meses de enero y marzo de 1382, sucediéndole en
el cargo D. Juan Martí, alias “Corretger”.
A principios del Siglo XVI, además de los Correos de la
Curia Real, la Reina y los infantes tenían los suyos particulares (correos o
troters), como también los tenían los grandes señores, los municipios, los
mercaderes, etc.
Estos “carteros medievales” recibían sus salarios a
razón del tiempo empleado en su cometido. Así sabemos que “…pagábase a los correos, según los días empleados en una misión, a
razón de ocho o diez dineros por día, y a veces se les abonaba, además del
sueldo, 16 dineros al mes por zapatos…”. Pensemos que en aquellos tiempos,
muchos de estos carteros realizaban sus cometidos “a pie”, por caminos de una
comodidad casi inexistente, lo que hacía a estos mensajeros, personas muy
valiosas y reconocidas, que contaban con la confianza total de quienes les
mandaban “correr la posta”. Si por razones injustificadas, estos “correus” se
demoraban más de 1 día en la entrega de las misivas o noticias, podían llegar a
perder la “merced real”.
Carta firmada por el Rey Felipe III, fechada en Dénia
en enero de 1604
(Fuente: Dénia.com)
El uso de estos carteros por parte de particulares, no
está datada hasta bien entrado el Siglo XIV en Cataluña. Estos “Hostalers”, que
solían regentar hostales, recogían las cartas de los particulares para
entregarlas a los correos, quienes las llevarían a sus destinos. Algunos
autores por el contrario, fijan este uso del correo por los particulares en el
Siglo XVI, con el nacimiento del Correo de Estafetas, que no era otra cosa que correos
a caballo que corrían la posta, pero a diferencia de los de cometido real u
oficial, estos lo hacían por tramos o relevos, entregando el mensaje o carta a
la estafeta siguiente la cual haría lo mismo, hasta que la carta llegase a su
destino.
De esta época antigua en la que el Correo en la comarca
era llevado en mano y su precio variaría en función de varios factores como
pudiera ser la distancia o el tiempo empleado en entregarla, encontraremos
varios ejemplos de ellas, en una artículo que la Revista Aguaits, números 43 y
44 (IECMA 2021), publicó bajo el título de ““Lletres de Costa. Avís de presencia de
moros i vaixells enemics a les costes de la Marina. Segle XV”, y que
firma el historiador D. Joan Ivars Cervera, el cual estudia una serie de cartas
enviadas o recibidas en diferentes poblaciones de la Comarca durante el Siglo
XV, en las cuales se dan cuenta desde el Consell de la ciudad de Valencia de
ciertos peligros que amenazaban a nuestras cosas. Estas misivas son un claro
ejemplo de que el estudio de estas nos darán los datos necesarios para conocer
mejor como fue el correo en la comarca.
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