Apuntes Filatélicos
LAS
TARJETAS POSTALES, MODA DE NUEVO
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
En la calle está el debate: ¿Se escriben y mandan ahora más o menos
cartas y tarjetas postales que antes? ¿Se ha perdido el arte y la tradición de
la correspondencia epistolar? Seguramente si se compara con épocas anteriores,
la respuesta será evidente: ahora, con las nuevas e inmediatas tecnologías, la
comunicación es de otro tipo, ya no es tan postal como antes. Pero hay una
tendencia que pretende revertir esta situación.
En lo de fomentar la escritura epistolar, la filatelia benissera
lleva años de continuo posicionamiento. No hay actividad filatélica en la que
no se fomente este hábito, especialmente entre los más jóvenes, algunos de los
cuales se enfrentan a su primera vez frente a una tarjeta postal, donde han de
poner un texto, e incluso una dirección para que esta llegue, bien sea a algún
familiar o amigo. Del sello y de que Correos la haga circular, ya se encargan
los filatelistas de Benissa.
Pero a nivel mundial hay una iniciativa portuguesa que arrancó en el
año 2005 y que ya es toda una moda, tanto para coleccionistas de sellos y
postales, como para simplemente nostálgicos que quieren que esto de escribirnos
postalmente no se acabé, y nunca llegue a ser una práctica en desuso e incluso
olvidada. Se conoce mundialmente como “Postcrossing”, y consiste principalmente en una forma de
recibir y enviar postales, con el añadido de que nunca sabes a quién realmente
le estas escribiendo. Una forma casi anónima de fomentar el hábito de la
escritura y comunicación postal, que surge de la inquietud de Paulo Magalhàes,
y de su gusto por recibir correspondencia, especialmente tarjetas postales.
Todo se basa en una página web en la que – seguramente a estas
alturas de moda ya habrá muchas más -, te registras y con unas normas y
condiciones, vas escribiendo tarjetas postales para enviar por el correo,
sabiendo que este gesto será recíproco y en poco tiempo, el cartero te llevará
a casa muchas de estas. Hay quién lo define como “…una red social en la que se
escribe a mano, y la comunicación es postal…”. Es una interesante
incongruencia, ver que a través de una plataforma virtual se hace un
llamamiento a la comunicación postal.
La tarjeta postal tiene el añadido de que es un soporte ilustrado en
la mayoría de las ocasiones, y que visualmente es muy atractivo, pudiendo con
ello hacer una verdadera colección de todo el mundo, con paisajes, monumentos,
costumbres etc. Aquí la gracia es que nunca sabes de donde llegará la siguiente
tarjeta postal.
El proyecto que arrancó en 2005, ya mueve cifras tan sorprendentes
como que ya son más de 700.000 los inscritos en la web (https://www.postcrossing.com/), con más de
50 millones de tarjetas enviadas y recibidas en los más de 200 países en los
que el Postcrossing ya es una realidad. Y los usuarios de esta modalidad se
autobautizan como “postcrossers” – vaya nombrecitos -. Afirman que cuando te
pones a ello, esto de mandar postales es como una droga, no puedes parar,
quieres más.
Y la cosa es que no tiene pinta de parar. Ya vemos incluso emisiones
postales dedicadas al “Postcrossing”, como por ejemplo el sello puesto en
circulación por el correo austriaco en el año 2014, u otros como Bielorrusia
(2021), o la colonia británica de Guernesey, Alemania, etc., que también han
filatelizado este tema. España todavía no se animó a la fiesta, aunque en el
año 2014, si dedicó un sello al coleccionismo de tarjetas postales. Y no solo
la filatelia se ha ocupado de resaltar esta moda de escribir de nuevo tarjetas
postales; hay incluso un ranking por países en el que se puede ver el número
total de tarjetas postales circuladas por este sistema: a fecha de 14 de enero
de 2025, las cifras de 2024 son de escándalo. Alemania encabeza este listado
con 1.194.000 tarjetas postales enviadas; Estados Unidos la sigue de cerca con
algo menos de 1 millón puestas en correos. España que se sumó tarde a la moda,
y como siempre nos cuesta mucho de aceptar lo que llega de otros países, ocupa
la posición 20ª con tan solo 45.000 postales enviadas y contabilizadas, siempre
con cifras oficiales que nos llega de la propia web del Postcrossing. Y esta
misma web, en una reciente comprobación de datos, nos dice que en España hay
registrados un total de 7.582 miembros, que han remitido un total de 777.000
tarjetas, recibiendo la misma cantidad. Casualmente, el record lo tiene una
súbdita rusa –omitimos nombre -, que vive o reside en la Costa del Sol y que
ella sola ha enviado y recibido más de 16.00 tarjetas postales.
Lógicamente el precio en el envío de una tarjeta postal, que no es
el mismo en un país que en otro, hace que este detalle haga más viable o no,
sumarse a este sistema. Por citar un ejemplo que en las redes sociales se suele
comentar mucho: mientras en España enviar una tarjeta postal a Alemania le
cuesta al remitente 1,85 €, si el remitente es alemán, le costará hacer llegar
la tarjeta postal a España, tan solo 0,95 €.
Lo bonito de esta iniciativa es que hay entidades filatélicas que la
están potenciando al máximo. Cito por especial a la Sociedad Filatélica de
Logroño, de la que varios de sus miembros son activos participantes y mes a mes
dan a conocer las tarjetas postales que van recibiendo, creándose de esta forma
una especial conexión ó vinculo epistolar, hasta ahora no visto.
Este año se han cumplido los primeros 20 años del Postcrossing –
empezó el 14 de julio de 2005 -, y para conmemorarlo, se convocó a los usuarios
de todo el mundo, una especie de concurso fotográfico con el que hacer un gran
collage, donde se consiguieron cerca de 400 fotografías de todo el mundo.
La tarjeta postal nació en el año 1869 gracias al servicio postal
austriaco, y poco a poco se fue introduciendo de los países que la adoptarían
como una forma de comunicación escrita distinta a la tradición carta. A España
esta moda de utilizar una tarjeta en el correo, llegó en 1873 pero muy a
regañadientes. Establecida ya en todo el mundo, las nuevas tecnologías
peligraron seriamente su existencia hasta que apareció el “Postcrossing”, y a
España le sigue faltando ese empujón necesario para que esta moda, no pasajera,
sea más conocida, más popular; volver a escribir a mano una tarjeta postal,
debería de ser una asignatura en colegios e institutos. ¿A qué esperamos para
sumarnos a esta saludable manía de escribir y a través de una tarjeta, mostrar
al mundo todo lo bueno que nos rodea…?
No hay comentarios:
Publicar un comentario