CUANDO
LA EPIDEMIA DE 1834 NO AFECTÓ AL CORREO
José Ivars Ivars
Agrupación Filatélica de Calp/Ifac
Filatélico
Estos
días en los que una invisible amenaza bautizada como COVID-19 tiene a la
humanidad en “jaque”, y a los filatelistas haciendo horas extras para que el
confinamiento nos sea más leve, tenemos esa sensación de que esto es algo nuevo
para lo que no nos habían preparado. Efectivamente nuevo es, pero nuevo para
nosotros. Estas pandemias, virus y enfermedades que asolan el mundo sin tener
en cuenta fronteras, las ha habido y muchas a lo largo de la historia de la
humanidad.
En
toda esta situación, tal vez uno de los colectivos que más han puesto el grito
en el cielo, defendiendo o denunciando una situación que consideraban injusta,
ha sido el colectivo de los funcionarios y trabajadores de Correos. Y esta
situación no es nueva. Ya pasó en 1834.
Tirando
de archivo y de hemeroteca, leemos la Real Orden 1 de julio de 1834 en la que
se “…manda
a todos los empleados permanezcan en sus
puestos durante la epidemia reinante…” ¡Esto nos suena y mucho de la
situación actual! La circular la firma D. Santiago Usoz y Mozi (1),
y va dirigida a todos los Administradores de Correos que tenía España aquel
año.
La
Real Orden que remite el Subsecretario de Estado por mandato de la Reina Isabel
II al Director General de Correos y que este trasmite a todas las
administraciones, es muy tajante en su contenido. Leemos pues la necesidad
imperativa de que los trabajadores del ramo acudan a sus puestos de trabajo “…en
aquellos en que sus servicios puedan contribuir a la conservación de la vida
(….) de sus conciudadanos, se convierte este deber en una obligación sagrada…” Y
prosigue la Orden indicando que la Reina Gobernante (sic), “Manda” que todos
los empleados sin distinción de jerarquía en Correos, se queden en las
poblaciones donde desempeñan su función, sin posibilidad de movimiento, aunque
esta epidemia que estaba asolando España provincia a provincia les llegue. Duro
mensaje… que llevaba además de las penas propias de la desobediencia de una
Orden como esta, la posible pérdida de su puesto de trabajo. En definitiva un
Estado de Alarma como el que estamos viviendo estos días.
La
epidemia que se cita en la Orden, se trata de la de Cólera que vivió nuestro
país en 1834, agravada tal vez por una situación política que no ayudaba en
esta situación extrema. La muerte del Rey Fernando VII, y las discusiones
generadas por su sucesión en el trono, llevaron al país a un situación en el
verano de 1834 no muy propicia y tranquila para asimilar la situación. En
Madrid los primeros casos de la Epidemia de Cólera se registraron en Julio de
ese año, y a la zona de Valencia llegó en agosto (2). Se dice que el cólera
aparece en la India en 1817 y lentamente va recorriendo todo el mundo. A España
se introduce por Vigo a través de Portugal en 1833, y su expansión fue
imparable, castigando con mayor virulencia a las clases menos favorecidas.
Una
epidemia que como vemos no detuvo a los funcionarios de Correos, que aunque
bajo amenazas de sanciones, multas, tal vez presidió, y su pérdida del trabajo,
sobrellevaron la situación de la mejor manera que se pudo.
La
historia se repite casi 100 años después. A todos ellos y ellas, al colectivo
de funcionarios de Correos, el mayor reconocimiento posible para esa labor que
llevan a cabo con el COVID-19 como amenaza invisible.
Notas:
1. Santiago Usoz y Mozí (1781-1858). Fue
un Diplomático español, nombrado Director de Correos General de Correos el 21
de diciembre de 1829. Tuvo una conexión importante con la población alicantina
de Aspe.
2. Dato registrado en la ciudad de
Requena
Fuentes:
· Anales
de Correos (1834)
· Menoría
histórica de Requena. Ayuntamiento de Requena
· Vidal
Galache, Florentina. “La Epidemia de
Cólera de 1834 en Madrid. Asistencia y
represión en las Clases Populares”. Espacio , Tiempo y Forma. Historia
Contemporánea. 1989.
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