Apuntes Filatélicos
UNA
“CARTERA” EN SENIJA EN 1893
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
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Recreación con I.A., de una mujer ejerciendo de "cartera" y ambientada a finales del Siglo XIX |
Estamos hablando del periódico “El Alicantino” que en su edición del
sábado 15 de abril de 1893, dentro del contenido de la página 2, encontramos
una noticia en forma de queja en la que al parecer los lectores de este
rotativo alicantino manifiestan su queja, a lo que el periódico formula la
misma expresando que “…los vecinos de Senija se quejan que
reparte la correspondencia una mujer…”. Pero la queja más allá de un
acto machista o no – entendamos esto como un machismo establecido a finales del
Siglo XIX – tal vez lo sea porque esta, “…no sabe leer ni escribir…”.
Para quienes estudiamos la historia del correo en esta comarca, el
detalle de que quién ostenta el cargo de cartero, peatón-conductor, etc., no
sepa leer ni escribir, no nos es tan relevante como el poder afirmar que esta
noticia en la prensa alicantina de 1893, es la primera en la que se hace
referencia a una mujer ocupando un cargo postal. Tenemos constancia de muchos
hombres a los que se les cesó en su cargo por esta misma razón. Lógicamente
esto tendrá que tener sus matizaciones.
El Reglamento de Carteros de fecha 24 de junio de 1864 (R.O. de 09
de julio), en su artículo 9º, deja muy claro que para obtener el nombramiento
de cartero, es indispensable el saber leer y escribir correctamente. Este mismo
artículo continua diciendo que “…serán
preferidos los licenciados del ejército que reúnan dichas condiciones…”
Y es aquí donde surgen las dudas al respecto de la mujer cartera de
Senija de 1893. ¿Quién fue? Es difícil dar respuesta a esta pregunta, aunque si
podemos hacer conjeturas al respecto de su papel como cartero en la localidad.
De entrada, y según nos consta, en 1893, tanto Senija como muchas otras
localidades de la comarca, no disponían de cartero oficial. Esto significa que
quién ejercía esta función, si la había en la localidad, debía ser pagado por
el propio consistorio y dependiente en todo momento del Ayuntamiento.
Entonces nuestra protagonista de hoy, ¿fue cartera a cargo del
Ayuntamiento de Senija? Tampoco tiene porque ser así. En la segunda mitad del
Siglo XIX, tenemos numerosos ejemplos de carteros que lo fueron con cargo
municipal, pero que declinaban sus funciones en algún que otro familiar
mientras estos ejercían otros trabajos. El sueldo municipal de cartero en el
siglo XIX, no daba para mucho. Por citar un ejemplo cercano, tenemos el caso de
Benissa, donde en 1882 la prensa se hacía eco de que un niño de 12 años era el
que se encargaba de repartir la correspondencia. Resultó ser que el pequeño
benissero, era el nieto del Sr. cartero, del que tampoco sabemos de momento su
nombre, pero si estaba bajo la batuta del alcalde de Benissa de por entonces.
En la Benissa del caciquismo, esta práctica era de lo más habitual.
Del correo en Senija se tienen muy pocas y escasas noticias – de
momento -. A finales del siglo XIX, además de la noticia que hoy comentamos,
conocemos que el correo le llegaba desde Alicante vía Benissa, sin que tuviese
– como ya hemos indicado – cartero oficial. Ya con el siglo XX iniciado, en el
año 1903, se crea la figura del cartero peatón-conductor de la correspondencia,
con el haber anual de 600 pesetas, unirá la cartería de Benissa con las
poblaciones de Senija, Lliber, Jalón, Alcalalí y Llosa de Camacho.
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Detalle de la noticia publicada en el periódico "El Alicantino" en su edición del 15 de abril de 1893 |
Si nos ponemos a buscar referencias sobre la primera mujer cartero
en España, los datos que encontramos son más bien confusos. Hay cierta
referencia a que en el año 1648 y en la ciudad vasca de Portugalete, ya hubo
una mujer ejerciendo el papel de “cartera”. A partir de 1830 y en ciertas
ciudades se repiten noticias al respecto de este papel ejercido por mujeres, pero
la que oficialmente ostenta ese galardón de haber sido la “Primera” cartera en
España reconocida oficialmente por el organismo postal, fue Josefina
Vicente Alcaráz, quién un 3 de marzo de 1971 preguntó casi
inocentemente si podía ser cartera, y la respuesta fue más que elocuente: ¿por
qué no? Esta murciana de Los Garres nació el 20 de septiembre de 1936, en plena
guerra civil, y ya llevaba lo del ambiente postal en la sangre: su padre era
cartero. Con ella se iniciaría una nueva etapa en Correos donde la
incorporación de la mujer a puestos relevantes y trascendentes de esta
profesión, fue creciendo con los años.
Nuestra particular “Josefina”, de Senija, seguramente fue también
una mujer dispuesta a lo que fuese por ayudar a la familia, por aportar su granito
de arena ayudando a su marido o tal vez a su padre, en el reparto de la
correspondencia por la localidad, sin importarle en absoluto si sabía o no leer
y escribir.
Cabe que de nuestra protagonista de hoy no lleguemos a tener más
noticias, o que los datos que nos podrían ser relevantes como su nombre y
apellidos, o cual fue realmente su cometido, no logremos desvelarlos, pero es
más que evidente que forma parte de la historia del correo en la comarca y como
tal tenemos que tenerlo en cuenta. A finales del Siglo XIX y en los primeros
años del XX, esta comarca vivió episodios en torno al correo dignos de la mejor
novela de acción que se haya escrito. La importancia del correo y de su entrega
en forma y tiempo, fue la tónica diaria, y la tardanza en su entrega o incluso
la perdida según quien fuese el remitente y a quién fuese dirigida la misiva,
dio lugar a numerosas quejas, muchas de las cuales nos llegan hoy a través de
las hemerotecas.
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