17 julio 2021

Filatelia Temática: PROFUNDIZAR EN LOS CONOCIMIENTOS PARA DESARROLLAR UN TEMA.

 

Filatélia Temática

BOLAS PARA SALVAR A LOS ELEFANTES

 

Por José Ivars Ivars / Divulgador e Investigador Filatélico

 

El filatelista temático está siempre en continuo aprendizaje. Al elegir cualquier tema, el que sea, el que nos apasione, el temático nunca dejará de aprender. Tirar del hilo como coloquialmente se dice, le llevará a descubrir nuevos enfoques para su colección, aunque de entrada nos pueda parecer que poco o nada tienen que ver con el tema que filatélicamente estamos llevando a cabo.

USA Postage. Sendos sellos personalizados (2012). Imagen de las bolas de billar

A quién se le diga que la preservación de la fauna y el juego del billar están relacionados, de entrada nos puede parecer chocante. Y no son pocas las colecciones que a nivel mundial tocan directa o indirectamente el tema “fauna” desde su perspectiva de salvaguarda, preservación o protección. En ambientes filatélicos juveniles las hemos visto y se ha hablado mucho de ellas.

Efectivamente, la historia del juego (ó deporte según se mire) del billar en todas sus modalidades, nos lleva a preguntarnos si cierto material filatélico-postal dedicado a este juego de salón, se podría usar en una colección temática que trate sobre la “Protección de la Fauna”, concretamente la salvaguarda de los Elefantes.

Emisión sello de Costa Rica. Año 1923. Jugador de Billar golpeando la bola blanca

Cuentan algunos estudiosos que ya en las culturas griegas y egipcias era practicado, pero no fue hasta el siglo XVIII cuando se estableció en Europa con su práctica, consistente en la introducción de una o varias bolas, según modalidad,  impulsadas por un taco que el jugador maneja con mucha precisión y maestría, y con una reglamentación muy estricta.

Bélgica 2007. Hoja Bloque
dedicada a varios jugadores
de Billar famosos.

Y serán estas bolas las que le dieron su nombre, puesto que el vocablo “Billar” proviene del nombre francés “Bille” cuya traducción es bola. A pesar de que la historia ya habla de este juego en la Grecia antigua o en el Egipto faraónico, tal vez no con la exactitud de juego como el actual, se suele decir que su creación actual es debida a un artesano francés de nombre Henry Devigne, artesano en la Corte del Rey Luis XV, que lo hizo muy popular entre la aristocracia francesa. Por otra parte, los ingleses se atribuyen a ellos mismos el invento de este juego que tanto asiduos tiene en Gran Bretaña.

En realidad lo que el francés Devigne introdujo en este juego, simplemente fue la mesa de billar, allá por el año 1510, haciendo que su práctica fuese más cómoda para la gente acomodada de la Europa renacentista.

Pero lo que hoy nos interesa conocer es uno de sus elementos principales: la bola de billar, elemento que como imagen de un sello o documento postal, vamos a utilizar, no solo en colecciones de tema “Juegos” ó “Deportes”, sino también en colecciones cuyo tema o subtema trate la protección del Elefante y de su tan estimado y deseado “Marfil”.

Tarjeta Máxima. Emisión Guinea Española con fechador de Santa Isabel (Fernando Poo). 
Uso autorizado de esos sellos en la colonia española de Fernando Poo.
Colección / Archivo Ifac Filatélico.

La popularización de este juego a partir de la segunda mitad del Siglo XIX, hizo que se buscase el más adecuado material para fabricar las bolas que se usaban en el billar. Fue un 10 de octubre de 1865 cuando los estadounidenses John e Issac Hyatt (1) obtuvieron la patente para la fabricación de estas bolas usando polvo de marfil. Pero el marfil de los colmillos de los Elefantes, ya era usado para fabricar estas pequeñas bolas de entre 156 y 170 gramos de peso, desde bien antiguo (mitad del Siglo XVII), junto a otros materiales como hueso de buey, arcilla o incluso madera. Pero el resultado obtenido con el polvo de marfil, no era comparado a ningún otro resultado.

República del Congo. Sello con alusión a la caza
de Elefantes.

De un simple colmillo de elefante, tan solo se podían construir, a lo sumo, 3 ó 4 bolas de billar, en un largo proceso que resultaba caro, dado el alto precio que el marfil ha ido alcanzando con el tiempo. El mismo John Hyatt que a mitad del Siglo XIX conseguía la patente para sus bolas de polvo de marfil, se dio cuenta que ese no era el material más adecuado. Unido eso, a las altas tasas de elefantes que se mataban por el codiciado marfil, le hizo idear un nuevo material que resultase más ventajoso y económico, y con ello evitar que el Elefante sucumbiera en su estado natural. Y el material se llamó “nitrocelulosa”.

Entero Postal del África Oriental Alemana (Región de los Grandes Lagos), con la
ilustración representando la caza de varios elefantes.

Este nuevo material para la práctica de este juego, convertía el billar en un deporte de riesgo. Al mezclar la nitrocelulosa con alcohol, se conseguía un material plástico que abarataba el coste de la fabricación de las bolas de billar, pero este material era como la pólvora: un simple golpeo podía hacer estallar la bola. ¿A qué os suena más el nombre de Celuloide? Pues ese fue el nombre que se le dio comercialmente a este nuevo plástico surgido de la necesidad de modificar la forma de fabricar las bolas de billar, y que tan gran papel hizo en el cine y en la fotografía.

Dos franqueos mecánicos del correo alemán donde el motivo principal es el Elefante.

Este plástico “explosivo” participó en el concurso ideado por el fabricante de bolas de billar, Phellan and Collander (2) buscando nuevas alternativas a los materiales que en aquellos años se usaban, principalmente el marfil, y que tuvo un premio de 10.000 $ (suma muy generosa en torno a 1860-70). No está del todo constatado que fuese el celuloide el material que ganó aquel concurso.

Tras 50 años de usar “bolas explosivas de celuloide”, el norteamericano Leo Baeckeland (1863-1944), descubre la baquelita, una resina que hoy en día se usa para fabricar la casi totalidad de las bolas de billar que se usan en este juego.

Correo de la República de Costa de Marfil. Boceto del sello dedicado a la fauna local.

Ahora ya conocemos un poco más de este elemento imprescindible para el juego del billar, de su relación con el marfil, y ha de ser el filatelista el que sepa usar el variado y amplio material que existe tanto de un tema como del otro. Lo que queda claro y que ya dijimos al inicio es que el filatelista temático ha de estar siempre renovando sus conocimientos, perfeccionando sus estudios, y no dejando de buscar al final de ese hilo que tirando de él, le hará llevar su colección a niveles novedosos y enfoques distintos a los de sus contrincantes.

En Filatélia Temática, un elemento nos puede llevar a otro, ó viceversa.
No dejemos nunca de investigar.


Notas:

1.      Fuente: Annual Report of the Commissioner of Patents for the Year 1865. Vol II. Washington, Government Printing Office, 1867.

2.      Fuente: Juan Martí Ros. Todo Embalaje.

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