14 junio 2025

EL PECULIAR JUEGO DEL AJEDREZ CON MOVIMIENTOS A TRAVÉS DE LAS TARJETAS POSTALES

 

Apuntes Filatélicos

JAQUE MATE POSTAL

Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico

 

El correo ha servido desde sus inicios como medio de comunicación “escrita”, y a través de él, se ha transmitido y recibido tanto ideas como pensamientos, a la vez que se han comunicado noticias, buenas y malas. Incluso ha servido, según el momento, en arma de guerra en conflictos bélicos. Ha sido durante muchas centurias, la forma fundamental de comunicación humana, y a medida que nos adentramos en su estudio, los documentos que este correo postal nos han deparado y que se ha salvado de su destrucción y desinterés, vamos conociendo usos no tan generalizados del correo. Y uno de esos usos que puede sorprender de forma especial al poco docto en materia postal, es el de servir de transmisión de movimientos para el juego del ajedrez.

El ajedrez postal o ajedrez por correspondencia, es una modalidad de este juego centenario, que consiste principalmente en que sus jugadores trasmiten sus movimientos a través del correo.  Movimiento a movimiento, cada uno de los jugadores, irá indicando cual quiere que sea su siguiente movimiento, usando para ello la comunicación postal, y más concretamente el envío de estos datos a través de tarjetas postales. Lógicamente estas partidas tienen una duración mucho mayor que las partidas convencionales, pero en contraposición, otorgan al jugador más tiempo para pensar su siguiente movimiento, y le da al juego una mayor dosis de paciencia al jugarlo.

Y aunque pueda parecer que es algo establecido por jugadores, nada más lejos de la realidad, al estar reconocido por la Federación Internacional de Ajedrez, y a su vez cuenta con su propia federación, la ICCF ó Federación Internacional de Ajedrez Postal, la cual regula las normativas en este tipo de juego y organiza campeonatos a nivel mundial.

Detalle de la Tarjeta Postal circulada entre ambas ciudades alemanas, en la que se anotó el movimiento que deseaba hacer el remitente de la misiva. 

Y todo viene a alocución al encontrar una tarjeta postal circulada entre Nurnberg y Erlangen, 2 ciudades alemanas que distan la una de la otra no más de 25 km. La tarjeta postal se envío 1882, y lo interesante o desconcertante de la misma, es el texto que escribe el remitente al destinatario: “4. D.d4-l3”. Visto así parece un mensaje en clave, pero resultó ser un movimiento en una partida de ajedrez, una partida de ajedrez postal. Lo interesante es ver que la tarjeta postal se remitió el día 13 de noviembre de 1882, y ese mismo día se recibió, como atestiguan los fechadores de salida y llegada.

El origen del ajedrez postal crea cierta discrepancia en quienes lo han estudiado a fondo, sin poder determinar cuándo, cómo y dónde surgió la iniciativa. Si nos remitimos a las fuentes, algunas ya hablan de cierta partida de ajedrez que jugaron el Rey de Inglaterra Enrique I, y su homónimo francés el Rey Luis VI, quienes enviaban sus movimientos a través del Canal de la Mancha. Incluso se habla de que el primer torneo de ajedrez postal entre clubes lo llevaron a cabo en 1824 el de Edimburgo y el de Londres, finalizando la partida 4 años después. Se sabe que el primer torneo de ajedrez postal organizado, tuvo lugar en 1893 – aunque algunas empresas comerciales habían establecido torneos de menos importancia años antes -.

Pero fue con la introducción de la tarjeta postal como medio de comunicación escrita en 1869 y establecida como válida posteriormente por la propia Unión Postal Universal, cuando este formato ajedrecista tomó más auge. El hecho de que las tarjetas postales tuvieran un precio más económico frente a envíos normalizados, hizo que estos ajedrecistas se pudieran permitir remitir sus jugadas a través del correo con un coste menor.

España no se mantuvo ajena a esta fiebre del juego del Ajedrez Postal. Adentrase en sus orígenes también resulta difícil por la escasez de fuentes dignas de tener en cuenta. Las investigaciones llevadas a cabo por el historiador, ajedrecista y periodista, Pablo Moran, sitúan la primera partida de Ajedrez Postal jugada en España en el año 1863, partida jugada entre los casinos de Gijón y Oviedo, siendo los directores de la partida los ajedrecistas Dionisio Acebal y Gregorio Menéndez por parte de los de Gijón, y por parte de los ovetenses, su Director fue Fulgencio Palacios. Posteriormente, hay constancia de que entre 1880 y 1890 se organizó el 1er Campeonato de España de Ajedrez por Correspondencia, al que se suscribieron un total de 7 jugadores – por entonces en España el auge del ajedrez estaba en sus comienzos -, pero de los cuales tan solo 4 tuvieron la paciencia suficiente para acabar la partida.

Algunos ejemplos de tarjetas preparadas para la ocasión en el juego del "Ajedrez Postal".

Con el siglo XX, España vería un aumento de este tipo de ajedrez entre sus aficionados, siendo una de las modalidades del juego más practicada. Fruto de toda esta correspondencia generada en las partidas, son muchos los libros y publicaciones que se han hecho, y numeroso material postal el que se ha recuperado, formando parte todo ello de un coleccionismo, que aun siendo minoritario, tiene esa connotación especial al compaginar 2 pasiones: el ajedrez y el coleccionismo, y la connotación historia que todo documento genera al ser recuperado.

Filatélicamente estas piezas, estas tarjetas postales que sirvieron como soporte para indicar un movimiento en un tablero de ajedrez, podría no considerarse material filatélico al uso – siempre según los reglamentos F.I.P. -, pero en ocasiones, y en función de la importancia histórica o rareza de la tarjeta postal, podría incluirse como “material límite”.

De una u otra forma, el ajedrez postal y todo aquello que ha generado su juego, vuelve a demostrarnos que el correo, a lo largo de los tiempos, ha sido un motor importante, ya no en aspectos cotidianos de nuestra vida, sino que además de enlace y comunicación, también a través del deporte del ajedrez, se ha realizado esa unión entre las personas que tenían, en este caso, una pasión común: el juego del ajedrez, y si además unimos este a la filatelia, la colección resultante puede ser todo un mundo por descubrir. La actualidad es muy distinta. Se sigue jugando a este tipo de ajedrez, pero ya las nuevas tecnologías, como el internet, se han encargado de cambiar la tarjeta postal por el correo electrónico.

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