12 julio 2025

Apuntes Filatélicos: GATOS CARTEROS. ¿REALIDAD O LEYENDA?

 

Apuntes Filatélicos

FELINOS BELGAS AL SERVICIO DE CORREOS

Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico

 

Adentrarse en conocer la historia del correo, es una aventura que nos llevará a descubrir un sinfín de curiosidades, algunas en forma de leyenda, y otras muchas constatadas y verídicas, algunas tan fascinantes que tienen a los animales como protagonistas, porque aunque pueda sorprender, han sido muchos los animales que, de una u otra forma, han sido utilizados como “carteros” para el buen funcionamiento del sistema postal en numerosas partes del mundo.

Si nos paramos a pensar un poco, seguramente nos vendrá a la mente el uso que del caballo – o sus semejantes -, se ha hecho durante siglos para que el transporte de la correspondencia fuese más rápido y eficaz. Basta con echar un vistazo a las condiciones expuestas para la subasta del transporte del correo entre Alicante y Dénia de 1856, donde en el punto 4º se especifica que “…para el buen desempeño de esta conducción deberá tener el contratista el número necesario de caballerías mayores situadas en los puntos que se crean más convenientes (…) y situadas en los que al efecto marque el Administrador Principal de Correos de Alicante…”.

También el correo por palomas, es todo un mundo por estudiar y descubrir. Se suele decir que el primer mensaje volado que se realizó, aunque sea de manera alegórica, fue aquella ramita de olivo que la paloma entregó a Noé, indicándole a este el final del Diluvio Universal, pasaje que nos narra la Biblia. O el uso que se hizo de estas en tantas guerras, como verdaderos carteros, entregando mensajes cruciales que salvaron muchas vidas.

Pero la historia del correo nos aporta otros animales que han servido para la causa. Conocidos son los “canes carteros” que en alguna zona han sido utilizados para el transporte del correo. En España, conocemos la historia de un sacerdote que, según la prensa de la época – La Crónica (Huesca) del 20.05.1887 -, tenía un perro adiestrado al que le hacía llevar su correo para la familia casi diariamente. El trayecto era de unos 12 km, que son los que separan las localidades de La Alcudia de Guadix y La Calahorra, ambas en la provincia de Granada.

Pero lo que hoy nos ocupa en esta sección, no son ni las palomas, ni los equinos, y mucho menos los perros, todos ellos animales adorables que forman parte de la historia del correo. Hoy vamos a conocer una singular historia de cartas y correspondencia con unos pequeños gatos como protagonistas.

Estamos en la ciudad belga de Lieja y corría el año 1879. La Sociedad Belga de elevación del Gato Doméstico, consideró que el sentido natural de orientación de estos animales, podría ser de utilidad para el correo, y con tal fin se propuso la utilización de estos animales domésticos en sustitución de las palomas mensajeras. Un total de 37 gatos fueron adiestrados para que, provistos de una especie de bolsa hermética sujeta al cuello, pudieran ir de un punto a otro de la ciudad, e incluso a localidades limítrofes con Lieja.

Y aunque el tema puede resultar hoy en día inverosímil y casi poco creíble, el propio periódico neoyorkino “New York Times”, publicó en su día – 04.03.1876 -, un artículo titulado “gatos carteros”, en el que daba cuenta de que se trataba de un experimento al que las propias autoridades locales accedieron al ver viable el proyecto. Los 37 felinos fueron llevados a un extremo de la ciudad sobre las 14 horas, indicándoles que debían regresar a su punto de origen, siendo las 18, 48 horas cuando el primero de ellos regreso con el paquete postal que llevaba sujeto al cuello. El periodista que firma el artículo del New York Times, Williams L. Alden, llega a afirmar que “…aquellas personas que tengan trato íntimo con los gatos se preguntaran porqué no se ha intentado desarrollar sus poderes intelectuales. No cabe duda de que el gato posee una inteligencia tan poderosa como sutil, además de la capacidad de utilizarla por el bien de la humanidad…”.

Pero aquella propuesta, no pasó de ser un mero experimento que estuvo solamente un tiempo en funcionamiento, dado el carácter poco fiable de estos animales en acometer aquellas acciones por las que se les entrenaba. Uno de ellos si logró entregar el correo en menos de 5 horas, pero el resto se tomó casi un día completo para tal fin; y porque además, deambular por las calles de la ciudad y en caminos vecinos, entrañaba el peligro añadido de encontrarse con algún perro, por naturaleza enemigo número uno de los gatos. El propio periódico neoyorkino bromeaba diciendo que “…a menos que los perros intenten atacar y robar a los gatos correo, los mensajes se entregarán de forma rápida y segura…”.

Este pasaje de la historia del correo que definitivamente no pasó a establecerse como servicio postal si quedó en el anecdotario, y suscitó un sinfín de historias, así como el libro infantil de Gretchen Lamont, titulado “The mail-carrier cats of Liège”. Pero actualmente una nueva hipótesis esta generando cierta controversia entre la opinión pública. Son muchos los artículos que al respecto se pueden ver en internet, que afirman que la historia de estos 37 gatos belgas, y que la prensa americana dio como noticia, resultó no ser cierta del todo, y si uno de los “fakes” del Siglo XIX. No podemos afirmarlo o desmentirlo, pero si sabemos que el coleccionismo belga, quiso rememorar la historia y en 1979 se editó un sello-viñeta muy simpático, y del que se tiene muy poca información.

Sea o no real la historia que acabamos de conocer, lo que sí es evidente y la historia así nos lo ha contado, es que el progreso en la trasmisión de noticias por correo, en cierta medida ha sido posible y gracias a animales que se usaron para ese fin. El correo en burro en localidades de alta montaña, los trineos-correo de perros en la zona de Alaska, caballerías montadas o tirando de carruajes hace siglos, las palomas mensajeras en tiempos de guerra y también de paz, etc., son claros ejemplo de ello, y le trasfieren a la historia del correo una especial singularidad.

Animales carteros es una asignatura en la que tocará profundizar para desvelar todas esas curiosidades que envuelven al correo y su estudio.

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