02 abril 2023

Lo que la Prensa nos contó (Nº 26). TODO NO VALE POR CONSEGUIR EL SELLO QUE NOS FALTA

 

 

Lo que la prensa nos contó… (26)

PROHIBIDO COLECCIONAR SELLOS

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

En esto de reescribir la historia de la Filatelia en España, ya dijimos en cierta ocasión, que a los mahoneses se les había privado de estar en el listado de las primeras sociedades filatélicas que existieron y funcionaron en España. Ningún manual los menciona, y ya desde 1897 (1), se sabe que en esta ciudad balear, existió asociacionismo filatélico. Luego queda por demostrar si la actual, la que está funcionando hoy en día, es la misma que la de entonces, y convertirse en la decana de la filatelia española. Pero eso ya les tocará a ellos investigarlo.

Este encabezamiento viene a cuento de que, un diario mahonés, El Liberal de fecha 19 de agosto de 1896, un año antes de que también la prensa balear nos pusiera sobre la pista de esos comienzos filatélicos asociativos en Mahón, hablaba a sus lectores de “Filatelia”. Puede que resultase extraño que el coleccionismo de sellos fuese noticia de interés en la prensa de la época, pero de tanto ojear rotativos de muy diversa procedencia, uno se da cuenta que realmente la filatelia era noticia, sobre todo allá donde existía cierta afición al sello postal.

El contenido de este artículo de hoy, sin título destacable, viene a tratar un asunto que aunque tiene como escenario las oficinas de Correos de Bélgica, bien podría haber sucedido en cualquiera de las de España. Nada más y nada menos que la prohibición de coleccionar sellos.

Dicho así puede parecer una determinación cuanto menos dictatorial, pero la sangre no iba a llegar al rio.

El artículo arranca diciendo que la pasión por el coleccionismo de sellos había irrumpido con fuerza en las oficinas de correos, y parece que fue así. Hace mención a ciertas quejas que el público lanza sobre ciertas actuaciones de funcionarios del correo que al parecer en su “afán coleccionista”, o tal vez por indicación de filatelistas externos al ente postal, se quedan con los sellos que lleva la correspondencia, entregando esta sin sello alguno. Cuanto más raros sean, más parece les gusta lo de desprender el sello de la carta.

Curioso el dato que aporta el breve de la prensa mahonesa, al indicar que no solo sucede esto en Bélgica, sino que incluso en España se están dando estas situaciones y quejas.

La situación llegó a tal extremo que el Sr. Vandenpeereboon (este español no parece que sea), posiblemente Administrador Jefe del Correo Belga, ha remitido una circular a todas las oficinas de Bélgica, donde indica que queda prohibido coleccionar ó recoger sellos anulados, hacer comercio de ellos, avisando que cualquier infracción al respecto será severamente castigada, llegando incluso a separar a los infractores de la administración postal.

La fiebre del sello a finales del Siglo XIX, parece que era palpable. Y el periodista opina que esta medida iba a enfurecer a los filatelistas que se veían privados de una fuente de ingresos (de sellos) que les aportaba pingues beneficios.

Uno recapacita cuando lee estas noticias y es verdad que todo no vale con el fin de llenar el álbum de “faltas” filatélicas. Pero creo que desde que el coleccionismo de sellos irrumpió en la sociedad, la persecución que sufrieron nuestros ancestros filatélicos, fue más que evidente.

 


Notas:

 

1.    http://ifacfilatelico.blogspot.com/2021/02/reescribiendo-la-historia-filatelica-en.html

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