04 diciembre 2024

Sección SELLOS DE PAÍSES QUE YA NO EXISTEN. Por Rafael E. Pérez Gómez

 

SELLOS DE PAISES QUE YA NO EXISTEN (XII)

Por Rafael Eduardo Pérez Gómez

 

TIERRA DE FUEGO 1891.

Situada en el extremo sur del continente americano, fue llamada Tierra de Humos por Fernando de Magallanes, por las hogueras que los nativos encendían en las playas. Tras el hallazgo de oro en el siglo XIX comenzó un largo conflicto entre Chile y Argentina, aunque Tierra de Fuego nunca fue independiente.

En 1886 llego a la zona Julius Popper, judío de origen rumano nacido en Bucarest y formado como ingeniero en Paris, encontró mucho oro y se puso al frente de la Compañía de Lavaderos de Oro del Sur. Argentina le cedió los derechos de todos los yacimientos. Fundó un imperio con base en Punta Arenas.

Los colonos británicos criaron grandes rebaños de ovejas, pero los indios pensaron que eran de propiedad colectiva e iniciaron su cacería. Así se originó el genocidio impulsado por los granjeros. Los que no fueron asesinados murieron de enfermedades infecciosas con lo que fueron exterminados.

En esa época Julius Popper presentó su único sello, el Diez Oro, de diez centigramos de polvo de oro. El sello mostraba el equipamiento básico de los buscadores de oro: maza, pico y cedazo rodeando la P de Popper. No se conocen matasellados. Argentina nunca dio validez a estos sellos y exigía un franqueo adicional para darles curso.

 

MAFEKING 1899-1900

Era una pequeña ciudad, fundada en 1860, cercana a la estación de tren de Mafeking, en la colonia británica del cabo de Buena Esperanza, cerca de la frontera de la república boer de Transvaal. Los británicos declararon la guerra a los Boers en 1899 que habían rodeado la ciudad unos días antes.

En Mafeking había un barrio de blancos y otro de negros, en un radio de 10 km. En el primero residían algo más de 1.700 hombres mujeres y niños, incluidas las tropas del coronel Robert Baden Powel. El barrio negro alojaba a unos 7.500 nativos de la tribu barolong. A pesar de estar sitiados por 6.000 boers y con dificultades por la falta de alimentos, sobre todo los nativos, la ciudad seguía su curso. Los Boers no salían de su asombro.

Sobre todo, cuando vieron que los británicos emitieron sellos para su comunicación interna. Para los británicos una sociedad bien organizada debe disponer de sellos. La calidad era casi perfecta, tanto la perforación como el pegamento. Los imprimieron en Towsend & Son, en la plaza, con un procedimiento fotográfico: los negativos se colocaban en contacto directo con las hojas, impregnadas de sustancias químicas reactivas a la luz producidas de ferro gallate (tinta ferrogálica) sustancia extraída de la savia de las acacias. Los sellos en blanco y azul eran de una precisión impresionante.

El ejemplar adjunto, en mal estado, muestra a un chico en bicicleta, basado en una fotografía del muchacho Warner Goodyear, que estaba al frente de la tropa de cadetes de la ciudad. Su trabajo era, entre otros, repartir el correo.


Nota:

Bibliografía consultada: “Países de Nunca Jamás. 50 estados que la historia ha borrado”. Bjorn Berge (2024). 

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