APUNTES FILATÉLICOS (Artículo publicado en el Semanario Canfali Marina Alta 21.11.2020)
LOS
“FAKES” TAMBIÉN EXISTEN EN EL COLECCIONISMO
La
supuesta falsa cartilla de racionamiento de Jávea
Por José Ivars Ivars / Divulgador e Investigador Filatélico
Qué
difícil resulta ser coleccionista y no derrumbarse en el intento, sobre todo
cuando toca saber si lo que tenemos entre manos es o no real, verídico, o no
fruto de las mentes avispadas en busca de engañar por el placer del beneficio. Es
habitual ver todo tipo de material “antiguo” que coleccionistas de varios
sectores buscan con pasión para incorporar a sus colecciones, y observar que
mucho de ese material puede resultar falso, pero ya porque los falsificadores
supieron hacer copias idénticas, sino que incluso los desaprensivos de la
falsedad, se los inventaron como si hubieran existido algún día.
Bloque de
cupones de fantasía de una cartilla de racionamiento de Jávea de dudosa
validez. (Archivo Ifac Filatélico)
Un
ejemplo de ello lo tenemos en los cupones de racionamiento, un coleccionismo
muy atractivo, muy interesante incluso para historiadores, pero del que existe
mucho material del que hemos de estar atentos a su posible poca credibilidad.
Muchos serán falsos o simples fantasías. Y de Jávea (Alicante) tenemos un claro
ejemplo.
Y
hay una época en la que los “fakes” esos que ahora tanto están de moda, generó
cierto material que podríamos catalogar como dudoso; material que con mucha seguridad
casi podemos afirmar se realizó en años posteriores, cuando el coleccionismo de
todo lo relacionado con la Guerra Civil Española empezó un auge que iba a la
alza.
De
las Cartillas
de Racionamiento se suele decir que surgen por la Orden Ministerial del 14 de mayo de 1939, aunque en realidad en
España ya se estaban usando años antes. Esta Orden indica en su Artículo 1º que
“…las provincias en que ya esté
implantado, lo conservarán, acomodándolo a lo que se dispone en la presente
Orden…”. Efectivamente un Decreto de 5 de marzo de 1937 publicado por el
Gobierno de la República presidido por D. Francisco Largo Caballero, lo
implanta en España y donde su primer artículo lo anuncia como “…tarjeta de racionamiento familiar…”.
Tenían una muy concreta normativa de uso que su no aplicación llevaba aparejada
fuertes sanciones para quien incumplía la normativa.
Ejemplar original y válido de una Cartilla de Racionamiento y detalle de los cupones. Sencillos y funcionales. Sin adornos |
Consistía
pues en una forma de control hacía las familias ante la escasez de alimentos de
primera necesidad y su reparto, concedidas por la Comisaría General de Abastos
y Transportes (CGAT). Cuando se implantaron, estas cartillas eran de uso
individual pero fue en 1943 cuando pasaron a tener un uso familiar. Cada
familia tenía asignada un establecimiento donde adquirir los productos y era
este el que cuñaba, según la normativa, las propias cartillas.
Este
sistema de control alimentario en España estuvo en vigor hasta el 1 de junio de
1952, y durante los años que las familias lo usaron se pudo comprobar que no
fue del todo eficaz el sistema, llevando a mucha gente a usar el “estraperlo”,
la “venta ilegal” y el “engaño”. El escritor e historiador Juan Bta. Codina Bas, en su artículo titulado “Els temps de renda” (xabia.com 2020), cuenta como el uso de estas
cartillas de racionamiento llevaron a las familias de Jávea (y de toda la
comarca) a ser más sobrios y moderados en su quehacer diario.
Normativa en
el uso de las Cartillas de Racionamiento. Solía ir impresa en cada una de
ellas en la contraportada
Y
es curioso como ese engaño que surgió con las Cartillas de Racionamiento, luego
lo vamos a encontrar con su coleccionismo. En los 15 años que estuvo presente
entre las familias españolas, fueron muchos los tipos de cartillas que se
pueden encontrar. Por lo general se trataba de una especie de libreta que
contenía los cupones o raciones, que se iban entregando diariamente o
semanalmente según el alimento que se iba a recoger, siendo estos “cupones” muy
sencillos y funcionales en cuanto a su diseño.
Imagen de una cola de personas esperando su turno para recoger los productos básicos para la alimentación familiar |
Pero la picaresca existe, y hay quien les ha querido dar una mayor visibilidad haciéndolos atractivos a la vista del coleccionista. El “Cupón Dudoso” que vemos en este artículo, dice ser usado en Jávea en el año 1936, todo ello con una decoración no propia de una época de carencia hasta en las imprentas, y que a la venta además llega con las correspondientes manchas por su uso o deterioro. Todo un “Fake” para hacer que el coleccionista reaccione. El diseñador de este tipo de engaños, se cuida bien de introducir aquellos elementos que en los verdaderos es fácil de ver, como son los alimentos por lo que se debían canjear estos cupones javienses: harina, pan, garbanzos, etc.
Ni
tan siquiera como elemento histórico tendría validez puesto que no hay
constancia de que los usados en Jávea fuesen así. Su gran tamaño frente al
reducido de los originales también es una característica que suele destacar, y
que en su impresión se usase tinta de color ya despierta la alerta más grande
al coleccionista.
Fue
una época difícil época de la historia de España que queda ya en el recuerdo,
pero con cierta cercanía en el tiempo. Es bueno conocer que existió este
reparto controlado de los alimentos, pero también es bueno conocer que no todo
este tipo de material, debe tenerse en cuenta.
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