Apuntes
Filatélicos
CARTAS
AL MÁS ALLÁ
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
Suele decirse que uno no muere del todo mientras no se
le olvida. Esta afirmación se vuelve más viral estos días de Todos los Santos,
en los que los creyentes y no creyentes, suelen visitar al menos una vez al
año, esos cementerios donde reposan los restos de familiares y amigos, e
incluso de aquellos personajes de la historia que por una u otra razón,
sentimos admiración.
La admiración, aviva el recuerdo, incluso hacía quienes
nunca hemos conocido, pero de los que parece que sabemos todo, y nos sentimos
con la necesidad de, incluso sabiendo que ya no están entre nosotros, el poder
enviarles una carta, un escrito, una misiva, que nos acercará a ellos como si
de un familiar se tratase. El poder de una carta, en estos casos se manifiesta
como poderosa, y cercana a la vez. Tal vez nos pueda sorprender que personajes
de la historia, de nuestra historia como puedan ser Miguel Hernández o Antonio
Machado, sigan hoy en día, décadas después de su fallecimiento, recibiendo
cartas casi a diario. Y no son casos aislados.
Detalle de la lápida de Antonio Machado en Collioure (Francia) y su buzón al que están depositando una carta ó tarjeta |
Son cartas escritas al más allá, o sin saber a donde la
escribes pero si a quién, y que el remitente la dirige a unos curiosos buzones
que hay situados al lado de la sepultura de estos dos universales poetas. En el
caso de Antonio Machado fallecido el 22 de febrero de 1939 y enterrado en la
localidad francesa de Collioure,
donde desde 1959 reposa en su mausoleo desde el que recibe todavía, a día de hoy miles
de visitas de españoles y no españoles, que visitan la última morada del poeta,
del refugiado de la Guerra Civil, del nunca olvidado, y que desde los años 80
del siglo pasado, le llegan cartas y escritos que son depositados en un pequeño
buzón situado a los pies de su tumba. Pero incluso y a través del correo
convencional, son miles las cartas que el correo francés deposita a sus pies,
misivas llegadas de todas las partes del mundo y que gracias al personal de la Fundación Antonio Machado, todas esta
correspondencia es archivada y estudiada, y pudiéndose consultar a través del
ayuntamiento de la localidad. La carta o documento más antiguo recibido en este
singular buzón, data de 1976.
Un caso similar le sucede al inmortal Miguel Hernández.
El oriolano que tanto y tanto sufrió tras la Guerra Civil, está enterrado en el
cementerio de Alicante, y a sus pies también existe un pequeño buzón, un buzón
al que llegan muchas cartas, que al igual que en el caso de Machado, no conocen
frontera alguna. Miguel Hernández, no solo sigue vivo por su literatura, sino
que su lucha, su ideología, su sencillez, es hoy motivación para quienes no lo
llegaron a conocer, pero sienten su cercanía. Y que mejor forma de demostrárselo,
que escribirle, de usar la palabra como tantas veces hiciese él para trasmitir
una idea, un pensamiento, un mensaje de admiración.
Al igual que sucede con Machado, también estas muestras
epistolares hacía Miguel Hernández, son recogidas y archivadas, en este caso
formando parte del amplio archivo con los fondos del poeta, que actualmente
están bajo custodia de la Diputación de Jaén, cartas que son recogidas periódicamente
por su nuera, Lucía Izquierdo.
Cementerio de Alicante. Tumba del escritor y poeta Miguel Hernández Detalle del pequeño buzón en el que se reciben numerosas cartas de todo el mundo |
Pero estos dos casos de buzones ubicados en
camposantos, son casos únicos. Seguramente hay más en todo el mundo, que nos
demuestran que incluso en la era de lo digital, ese papel escrito a mano o a
máquina, pero redactado desde la parte más personal, sigue teniendo sus
defensores. El 20 de abril de 2017, en Madrid se inauguraba El Jardín de los combatientes, acto que
estuvo presidido por las alcaldesas de Madrid y Paris, por entonces, Manuela
Carmena y Anne Hidalgo, respectivamente. Un Jardín, situado en la zona de
Ciudad Lineal de la capital, en homenaje aquel grupo de combatientes españoles
republicanos que lucharon contra el fascismo y consiguieron liberar Paris de
sus invasores en agosto de 1944, y que popularmente se les conoce como “Los de
la Nueve”. Este jardín nacido para el homenaje y recuerdo, nace ya con la
intención de que, como en el caso de nuestros poetas españoles, la gente de
todo el mundo, pueda remitir sus misivas y ser depositadas en una pequeño buzón
que forma parte del jardín y de la decoración. Este buzón surge como iniciativa
de una de las historiadoras que más ha estudiado a este grupo de republicanos, Evelyn Mezquida, autora del libro
titulado “La Nueve”, y familiares de algunos de los miembros de esta compañía que
luchó por la libertad y contra el fascismo.
Este buzón de forma oficial, cuenta con el reconocimiento
de su existencia por parte de Correos, y las cartas que allí llegan, a la
dirección Jardín de los Combatientes de
La Nueve, Calle Hermanos Noblejas 128, 28037 Madrid, serán custodiadas por
el Archivo de la Memoria Histórica de Madrid, para que de esta forma quienes
escriban a estos luchadores por la libertad, sepan que sus palabras llegarán al
más allá, y se perpetuarán en el tiempo. Da igual si el buzón está situado a los
pies de una tumba, o en medio de un jardín que eternice su memoria. Lo seguro
es que las cartas llegan.
Buzón en homenaje a "La Nueve" Jardín del Combatiente. Ciudad Lineal (Madrid) |
Son muchos los casos en los que podemos ver que la
iniciativa de crear buzones en los cementerios para depositar en ellos el “último
adiós”, cada vez son más frecuentes. Basta con echar un vistazo a los medios
para comprobar que es así. No todos estos buzones ejercerán como tales, es
decir no en todos, el servicio de correos llevará allí las cartas con el
respeto que ello requiere por lo especial de a quienes van dirigidas las
misivas.
Nunca se muere del todo, si el recuerdo sigue vivo, y
que mejor forma de hacerlo que usando la correspondencia epistolar para ello.
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