Apuntes Filatélicos
EL
CATÁLOGO DE SELLOS
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Va siendo hora ya, que en esta sección vayamos describiendo los
elementos que van a ser imprescindibles en la vida de todo filatelista, y entre
estos elementos se encuentra uno, que será la “Biblia” para el coleccionista de
sellos: me refiero al Catálogo de sellos, ese libro – hoy en día también en
formato on line -, que le va a dar todos los detalles necesarios para conocer
el sello que tiene entre manos, o cuáles son los que no tiene y por ello ha de
buscar.
Dentro de la literatura filatélica, que en todo el mundo es muy
amplia y variada, la consulta de los diferentes catálogos de sellos que
existen, se hace tarea imprescindible, bien para conocer simplemente esas
características del sello, o bien para conocer el valor del mismo, e incluso
ponerle un número que servirá de referencia a la hora de confeccionar
mancolistas de sellos, o lista de los sellos que faltan en la colección.
Si el coleccionismo de sellos arranca – según que fuentes
consultemos -, allá por la década de los años 60 del Siglo XIX, la catalogación
de estos primeros sellos del mundo, casi que nace a la par del coleccionismo de
sellos, en parte por la necesidad de conocer los que se habían emitido. Así
tenemos que se da como válido que el 1er Catálogo de sellos editado, es el
conocido como Catálogo Potiquet, y lo situamos en diciembre de 1861, aunque
como todo lo concerniente a la filatelia de entonces, de la 2ª mitad del Siglo
XIX, ser el primero en algo resultaba a veces difícil cuando se observaba muy
mucho que solían hacer los demás.
Portada del Catálogo "POTIQUET·", 2ª edición de 1863
En este aspecto, este primer catálogo del mundo no era otra cosa que
una copia casi idéntica de una lista que el comerciante Oscar Berger-Levrault (1926-1903) redactó para enviar a sus amigos,
conteniendo los 973 sellos y enteros postales que según él se habían puesto en
circulación hasta la fecha. Esta lista fue redactada y enviada en septiembre de
1862 con lo cual, tiene 2 meses menos que le considerado primogénito de los
catálogos de sellos en el mundo. Tal vez al tratarse, esta última, de un
listado redactado para amigos con unas pocas copias y sin ilustración alguna de
los sellos mencionados, al contrario del Catálogo Potiquet, hizo que nunca fuese
considerado como el primero de los muchos catálogos de sellos que a lo largo de
los tiempos han ido apareciendo.
En este sentido, y si nos centramos en los catálogos de sellos
editados en España, el primero aparece en 1864 de la mano del catalán José
Mª Vergés de Cardona, al que tituló como “Manual del coleccionista de sellos de Correos”. Lógicamente estos
catálogos eran todos de ámbito mundial, por la poca cantidad que se habían
puesto en circulación. Por ejemplo España en 1864, tan solo había emitido algo
menos de 64 sellos, y unos pocos más para el uso en las colonias de Ultramar.
El siguiente en la lista será un catálogo que se editó en 1874 por
Plácido Ramón de Torres, tanto en Madrid como en Livorno (Italia), y con un
título en italiano: Catálogo prezzo
corrente di tutti franco-bolli creati de 1840 al 1874. Y el primer catálogo
realizado exclusivamente con sellos españoles, donde se incluían las colonias
también, fue obra de los ingleses. En 1878, la prestigiosa The Philatelic Society de
Londres, editaba el catalogo “Catalogue Postage Stamps, Stampes envelopes
and Post-cards, Spain and colonies”.
Desde entonces, la filatelia se ha nutrido de infinidad de catálogos
de una marca u otra, con contenidos genéricos como pueden ser los Yvert et
Tellier o los Michell actuales, o contenidos muy específicos o especializados,
a gusto siempre del consumidor final que es el filatelista. Todos los catálogos
editados en España durante el Siglo XIX, lo fueron por comerciantes, que
necesitaban rentabilizar el comercio de sellos y hacer llegar esos listados a
sus clientes potenciales: los coleccionistas de sellos. Los editores de
catálogos de todo el mundo, se congregan en la asociación conocida como ASCAT,
en la que llevan una especie de defensa de sus intereses comerciales, frente a
publicaciones de catálogos de modo altruista, por filatelistas privados e
incluso asociaciones filatélicas, que suplen con su esfuerzo y trabajo, ese
tipo de catalogaciones que no resulta del todo comercial para el profesional de
la filatelia.
Su importancia radica esencialmente en que, sin saber manejarlos y
consultarlos, difícilmente se puede llegar a ser un gran filatelista. Y esa
premisa es la que se suele adoptar para cuando se trabaja con los jóvenes y
futuros filatelistas, enseñándoles su manejo, a entenderlos y a saber agilizar
su búsqueda entre miles y miles de sellos publicados.
A medida que las nuevas técnicas de imprenta fueron avanzando, la calidad de los catálogos fue aumentando, llegando a ejemplares con mucho color, sellos muy vistosos, y una información que lógicamente mejoraba a m edida que los filatelistas más expertos iban dando a conocer sus descubrimientos. Cotejar un catálogo de sellos del Siglo XIX y otro de mitad del XX, nos puede aportar muchas diferencias en sellos que se han ido conociendo a medida que la investigación filatélica avanzaba.
También las portadas han ido evolucionando con los años. Y en alguna
de ellas, la comarca fue protagonista. El Catálogo de sellos ANFIL – Asociación
Nacional de Empresarios de la Filatelia – (editado por MANFIL S.A.) de 2004,
lleva en su portada la imagen del sello que en 2003 Correos puso en circulación
dedicado a la hoy Basílica Menor de la Puríssima Xiqueta, y unos años más
adelante, en 2008, FILABO – empresa por entonces puntera en la filatelia
española -, editaba su Catálogo Especializado de España 1850-2008, y en el
centro de la portada, tuvieron a bien incluir el sello personalizado –TU SELLO
-, que se solicitó a Correos para conmemorar la Exposición Hispano-Alemana
CALPE 2007. El hecho de que FILABO usará para ilustrar la portada de su más
prestigioso catálogo, un sello personalizado, fue algo inusual, al no ser un
sello postal de tirada nacional.
Ahora ya sabemos que tan imprescindible como puedan ser para le
filatelista las pinzas, también lo será el catálogo. Nos ayudará a conocer el
sello que queremos estudiar antes de colocarlo en la hoja del álbum, del
clasificador o de la colección que estemos preparando.
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