Apuntes Filatélicos
CARTAS
VOLADAS AL ESPACIO
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Sello ruso conmemorativo
del Satélite Artificial
lanzado el 4 de octubre
de 1957
Hay que decir que para poder adentrarse de una manera correcta en
cualquiera de las modalidades filatélicas que la Federación Internacional de
Filatelia – F.I.P. -, admite, es muy conveniente conocer tanto los reglamentos
como el concepto de cada una de las “clases de filatelia” que hay. Muchas veces
el filatelista confunde los términos y eso hace que su coleccionismo no lleve
el camino adecuado, aunque ya sabemos que en filatelia todo es coleccionable y
todo es aceptable.
Según la propia F.I.P., la más adecuada definición de lo que es la
Astrofilatelia es diciendo que “…es el estudio de los vuelos espaciales y
los eventos relacionados con el espacio, mediante el uso de material
filatélico…”. La propia F.I.P., matiza que es un estudio filatélico de
los avances históricos, técnicos y científicos en materia espacial, tanto desde
el estudio de la estratosfera, como el desarrollo de cohetes y propulsores, o
incluso todos los proyectos relevantes, eventos y los propios programas
espaciales que conocemos.
Dicho así seguramente quién no está muy metido en materia, pueda
llegar a confundir la “Astrofilatelia” con una colección temática dedicada al
espacio o a la carrera espacial. ¡Nada que ver las merinas con las morunas!
Para poder saber con certeza si lo que tenemos entre manos – material
filatélico-postal -, tiene cabida en una de estas colecciones, nada como cuando
haya ocasión visualizar una de estas en cualquier exposición. Pero para que nos
hagamos una idea de ello, la relación de material que se admite es muy limitada
y variada a la vez. Tenemos por ejemplo el material postal astro-filatélico,
que sería aquellos documentos en forma de sobres, cartas, etc., que conmemoran
un evento y han pasado por el correo. También todo el material astro-filatélico
“volado en cohetes”, piezas con carácter postal, con sello y matasellos
alusivo, o incluso marcas autorizadas dedicadas a la misión, y que
obligatoriamente han tenido que haber volado a bordo de la nave o naves de las
diferentes misiones espaciales conocidas. Aquí el listado de material válido es
inmenso, y abarca desde correo militar específico, sobres, telegramas, enteros-postales,
correo marítimo relacionado con las misiones, etc.
Los expertos en esta materia afirman que son los matasellos los que
determinan la importancia de cada pieza a exponer, puesto que son estos los que
determinan el lugar y la fecha concreta en la que tuvo lugar un lanzamiento, un
evento, una prueba, y cualquier momento relacionado con la carrera espacial que
los seres humanos llevan a la práctica. Y ha de ser el estudio de los
reglamentos los que determinen la validez o no del material a coleccionar.
Carta de la Colección Rigo. 19.08.l960. Vilnius. Lanzamiento desde Baikonur del
Sputnik V con las perritas Belka (blanquita9 y Strelka (flechita)
Uno de los máximos exponentes de esta modalidad filatélica, D. José
M. Grandela Durán, lo define muy bien: “…un vuelo espacial es un hecho real, sujeto
a datos precisos en espacio y tiempo, y una colección de Astrofilatelia es
justamente la constatación de ese evento histórico, y como tal ha de ceñirse a
una secuencia cronológica…”.
Cabe decir que esta modalidad filatélica, practicada en todo el
mundo y en la que España no es una potencia a destacar, es bastante nueva en
comparación a otras modalidades, si bien el material que se dispone desde que
los rusos lanzaran al espacio al “Sputnik I” – primer satélite artificial de la
historia -, en octubre de 1957, no puede tener la misma antigüedad que cartas
circuladas en los Siglos XVII al XIX. Una modalidad reciente, que como bien la
definen los propios astrofilatélicos, “…es otra forma de coleccionar…”.
La propia Federación Española de Sociedades Filatélicas – FESOFI -,
cuenta con su propia Comisión de Astrofilatelia, que actualmente la preside el
astrofilatélico D. Antoni Rigo Aguiló, y dentro de la provincia de Alicante,
tan solo un coleccionista se apasionó por estas cartas voladas al espacio. Se
trata del Presidente de la Sociedad Filatélica de Alicante, D. José Miguel
Esteban de la Osada, que cuenta en su haber con varias colecciones de esta
modalidad, y que ha expuesto en la comarca en diferentes ocasiones, tanto en
Benissa como en Calpe, donde además, sus charlas han despertado la curiosidad
de quienes participaron en ellas.
Podemos pensar que todo este material necesario para llevar a cabo
el desarrollo de una colección de Astrofilatelia, será únicamente de rusos y
americanos, pero la evolución de esta ciencia, ha dado ya lugar a que países
como España, dentro de la Agencia Espacial Europea – ESA -, están aportando su
importante granito de arena. Sin ir más lejos, y con tecnología alicantina,
creada en la Universidad Miguel Hernández de Elche, donde en el año 2011, se
inauguraba el Parque Científico Empresarial Fundación QUORUM, donde a lo largo
de estos años se ha ido trabajando e innovando en tecnología que ha dado lugar
al “Miura I”, proyecto espacial que el pasado 7 de octubre de 2023 surcaba los
aires, dando lugar a que de este se pudiera incluso hacer material para
colecciones de Astrofilatelia.
Puede parecer que esta modalidad filatélica es complicada, pero en
sí la filatelia ya lo es. Pero hay que tener en cuenta que con la
Astrofilatelia, unimos 2 pasiones, 2 ciencias, que bien llevadas son tan
apasionantes como cada una por su cuenta. Solo hay que tener muy claro que se
trata de una especialidad muy “específica”, en la que encontraremos
desinformación que no nos ayudará en nada. El consejo es simple: siempre hay
que ponerse en contacto con quienes saben del tema.
Ahora ya sabemos que hay correo que voló en aviones, y otro correo
que incluso llegó al espacio. Y nosotros los filatelistas le dimos una 2ª vida:
lo estudiamos y lo coleccionamos.
Envío un merecido aplauso al académico José Ivars Ivars, porque ha elegido un tema que sigue nadando en la confusión y desconocimiento de muchos coleccionistas, y lo que es peor, en las mentes de innumerables jurados, nacionales e internacionales, que se consideran aptos para valorar colecciones de Astrofilatelia, ignorando manifiestamente los reglamentos específicos de esta modalidad de filatelia, admitida por la FIP como clase de competición desde 1985.
ResponderEliminarEs una pena que los repetidos errores de los juzgadores en las exposiciones, acaben espantando a los astrofilatelistas de pro, dejando un lamentable hueco en las vitrinas de tantas exposiciones.
Un hurra por el académico José Ivars.
José Manuel Grandela
Académico de la RAHFeHP
J. M. Grandela. Gracias por tus palabras. Y cuanta razón llevan. A veces hay quienes quieren juzgar aquello que ni entienden, y así son los resultados. Esperemos que este artículo y muchos otros que puedan llegar, animen a los futuros astrofilatélicos a apasionarse de este mundo.
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