15 noviembre 2024

ASTROFILATELIA: EL INTASAT Y UN OLVIDO IMPERDONABLE

 

INTASAT – Se olvidaron de mí (otra vez)

 

Por Antoni RIGO

Presidente de la Comisión de Astrofilatelia de FESOFI

 

Aún recuerdo con orgullo, y con nervios, por qué negarlo,  aquel 15 de noviembre de 1974 cuando estaba dentro del cohete Delta a punto de despegar desde la base aérea de Vandenberg, en California.

Mis compañeros de viaje eran otros satélites, como el NOAA-4 (qué grande que era ese satélite meteorológico norteamericano) y el satélite AMSAT P2B para radioaficionados, pero a mí eso no me importaba. Es más, ascender acompañado me obligaba a tomar una postura de dignidad, aunque ocupara un hueco libre que había quedado entre ese gran satélite y la estructura de la cofia del cohete.

15.11.1974 Greenbelt, MD – Goddard Space Flight Center.

Aquí me veis en la ilustración, con el emblema de la misión y la firma del Dr. José María Dorado, jefe del proyecto y uno de mis creadores.

Allí a oscuras, a punto de salir, ya poco importaba que no fuese un satélite de pago y que mi país me hubiese “colado de rondón” en este lanzamiento. Estaba allí, y eso era lo más importante.

Cuando se encendieron los tres motores del cohete Delta 2310 específicamente diseñado para lanzar por primera vez tres satélites creo que me engrandecí tanto que el NOAA-4 ya me parecía incluso de mi propio tamaño. Mis paneles solares pegados a mí se estremecieron con el empuje de los motores y no dejaron de hacerlo durante todo el ascenso, tanto en la primera etapa del Delta, como en la segunda etapa, y luego casi como en un murmullo en comparación con los anteriores, se encendieron los dos motores de la tercera etapa para situarnos en la órbita que debíamos transitar.

Nada puede compararse a la sensación de verse libre después de abrirse la cofia y notar como empezaba a flotar en el espacio, con la Tierra bajo mis sensores y antenas. No sabía muy bien qué hacer, si mirar al vasto espacio, frío y negro, inmenso, o a mi bella Tierra, azul.

Qué guapo estoy en esta tarjeta máxima creada durante la 
exposición Aviación y Espacio 89 en Cádiz.
¡Y que me decís del matasellos!

Alargué mis antenas y me instalé en mi nuevo “hogar” para inmediatamente empezar a buscar mi patria. La reconocí enseguida, mi península ibérica y mis islas. Hola, hola decían mis mensajes. Hola, ¿me escucháis? Ya estoy en mi lugar. Soy el primer satélite español en órbita. Me llamo INTASAT. Mi nombre proviene de las palabras INTA (Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial) donde nací gracias a las manos expertas de mis técnicos españoles y SAT, abreviatura de SATélite.

Desde mi posición pasé miles de veces por encima de las cabezas de mis compatriotas. Y a cada paso más orgulloso de mi contribución científica y de ser el primer satélite español en hacerlo. A veces fantaseaba con lo que escribirían de mí los libros de historia, y cómo los futuros niños españoles me estudiarían y recordarían.

Pero, tras apagarme entre el 5 y el 6 de octubre de 1976, casi dos años después de mi lanzamiento, mi querida España se instaló en la transición, en la instauración de una democracia, en la integración posterior a la Unión Europea, y en muchísimas otras vicisitudes. Y así, entre una y otra, dejaron de pensar de mí. Sencillamente se olvidaron de mi existencia.

En el año 1989, me pusieron en este Aerográma junto al autogiro de Juan de la Cierva
¡Cómo debe ser!

Ni en 1984 en mi décimo aniversario, ni en 1994 en mi vigésimo aniversario, ni en 1999 en mi vigésimo quinto aniversario, en ninguna de estas fechas, nadie se acordó de mí. Sin honores y sin reconocimiento público. Nadie parecía acordarse, y lo más triste, nadie parecía querer acordarse.

A pesar de que nunca tuve un sello de Correos, gracias a mis queridos astrofilatelistas españoles empecé a verme representado en sobres, tarjetas y matasellos, algunos de los cuales pueden verse aquí.

Algún "osado" me puso en este "Tu Sello" para mi 40 Aniversario.
Muchas Gracias por acordarse de mi

Pero ahora, llegado mi quincuagésimo aniversario, en 2024, ahora sí. Ahora sí que me iban a dedicar mi merecidísimo reconocimiento oficial, a que fui yo, INTASAT el primer satélite español, pero NO, NO, NO, se olvidaron de mí (otra vez).

 

Nota: Todas las ilustraciones reproducidas son propiedad del autor de este artículo.

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