Apuntes
Filatélicos
DE
MILITAR A CARTERO
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
Cuando empecé a bucear en los archivos y hemerotecas en búsqueda de datos que nos adentrasen en la historia del correo en la Comarca, fruto de lo cual son algunos de los artículos publicados en esta misma sección, Apuntes Filatélicos, del Semanario Canfali Marina Alta, una de las cosas que más llamativas encontré fue que al conocer con nombres y apellidos algunos de aquellos primeros carteros y peatón-conductores, muchos de ellos habían sido militares, acabando por ocupar cargos en el correo español.
Era una constante que se repetía en muchas de las
convocatorias que se presentaban, y evidentemente no podía ser una casualidad.
Debía existir una razón lógica e histórica para ello. Encontramos una primera
pista que nos pone sobre-aviso en el periódico “El Eco de Alicante” de fecha 12 de marzo de 1869, el cual habla de
un concepto, “las clases pasivas”, por las que el gobierno ha de plantearse
reducir ese gasto incluido en los presupuestos y que al parecer asciende en ese
año de 1869 a 64 millones de pesetas.
Las Clases Pasivas las podemos entender como los haberes consignados en los presupuestos del Estado por razón de servicios activos prestados á éste, que se conceden al propio interesado, á su viuda y á sus hijos. Su origen ó fundamento se halla en la cortedad de sueldos con que el Estado retribuye á sus servidores y el desamparo en que á su muerte quedaban sus pobres familias, como así se consigna en la creación del primer montepío civil, autorizado por real decreto de 12 de enero de 1763. En definitiva, y en el caso concreto que nos atañe, estas clases pasivas a las que se les otorgarían funciones postales, entre otras, se componían de militares retirados a los que el Gobierno les otorgaba una plaza en compensación de los servicios prestado durante sus años de servicio.
El propio periódico citado, El Eco de Alicante (12.03.1869), da cuenta de esas intenciones que tuvo el Gobierno Español de mediados del Siglo XIX: “…sometemos a la aprobación de las Cortes lo siguiente: Artículo único. Se nombrará una comisión de Cortes que, oyendo al Gobierno, señale los destinos de correos, aduanas y demás servicios públicos que deberán proveerse exclusivamente y especialmente en retirados de Guerra y Marina…”.
Hasta que se tomó esta decisión, los retirados de Guerra y Marina, solamente recibían compensaciones económicas por “…los servicios prestados…”, normativa que viene de un Reglamento fechado el 28 de mayo de 1761, ya que con anterioridad a este, las únicas gratificaciones que los militares recibían eran siempre “…por gracia especial…”.
Si partimos pues de que en el año 1869, el Gobierno estudia otorgar ciertos puestos relacionados con el correo y su transporte y entrega, a militares retirados, podemos entender que por ejemplo la primera noticia que tenemos en la comarca, fechada en 1874, y que publica el periódico “El Constitucional” de Alicante (24 de noviembre), en el que se anuncia el cese del Administrador Jefe de la Oficina de Correos de Dénia, D. Rafael Madrid, y en su lugar se nombra para el cargo a D. Martín Cardona y Cardona, ya se debió acoger a esta normativa, aunque la noticia no de ese detalle.
La primera noticia, localizada hasta la fecha,
que haga referencia en la comarca a los beneficios que se otorgan a licenciados
del ejército, la encontramos publicada en la fecha del 22 de julio de 1882,
publicada por el Eco de la Provincia (Alicante), donde se dice: “…Se
anuncia la vacante de la plaza de peatón conductor de la correspondencia de Ondara a Beniarbeig, Benimeli, Sanet y
Benidoleig, dotada con un haber anual de 350 pesetas…” La
noticia hace hincapié en que los aspirantes tienen preferencia si tienen la
condición de “…licenciados del ejército y armada, y cuerpos de voluntarios…”,
citando las leyes que amparas estas plazas a la rama de correos (ley de junio
de 1876)…”.
Anuncio publicado en la revista El Ibero de 1 de octubre de 1898 en el que se anuncia la propuesta para Cartero de Calp, al Sargento 2º D. Miguel Bordes Ausina.
Nuevos cargos postales en la comarca por personal
retirado del ejército lo encontramos en agosto de 1886, cuando el periódico “El
Liberal” nos dice que “…ha sido cesante
del cargo de peatón conductor de la correspondencia de Pedreguer á Llosa de
Camacho, Alcalalí, Jalón y Lliber, D. Antonio Ballester Castelló, nombrándose
para reemplazarle á D. Miguel Salvá y Noguera…”, el cual se incorpora a su
nuevo puesto al licenciarse del ejército.
Este mismo rotativo alicantino, publica una noticia
sobre el nuevo Administrador de la Estafeta de Pego, D. Eduardo Ferrándiz,
quien accede al cargo “…por no haberlo
solicitado ningún sargento en el tiempo que la ley previene…”. Ese mismo año de 1886, según la relación de
destinos civiles que publicó el Boletín Oficial de fecha 07 de agosto , hecha
por la Junta calificadora de aspirantes del Consejo de Redacción y Enganches,
se ha “…provisto con esa clase los
destinos de peatones de Vergel a Benidoleig, con 500 pesetas anuales…”.
Son diversas las publicaciones que a finales del Siglo
XIX harán referencia a ese beneplácito que se les otorgará a los militares
retirados. Así por ejemplo encontramos que en octubre de 1890 se otorgarán las
plazas de “Peatón-conductor” de la correspondencia entre Vergel y Ondara, así
como las plazas de cartero de Vergel y Pedreguer. En 1892, la vacante que se
solicita es la de cartero para Teulada que ha de salir de los aspirantes a
destinos civiles, y en 1893 se convoca la plaza de cartero para Calpe, Vergel,
y un peatón para la conducción de la correspondencia entre Pego y la Absubia.
El puesto que debía ocuparse para cartero de Calp,
quedó desierta y se volvió a convocar en agosto de 1898 (Diario de Avisos Nº
215), que también anuncian los Boletines Oficiales de Murcia (09 agosto) y de
Orense (18 de agosto). Finalmente la revista “El Ibero” de fecha 1 de octubre
de 1898 anuncia para Calpe que “…Por la
Junta de destinos civiles del ministerio de la Guerra, ha sido propuesto para
la plaza de cartero de Calpe, con el haber anual de 100 pesetas, el sargento
segundo Miguel Bordes Ausina…”.
Con la entrada del Siglo XX, este proceder prosiguió
con los casos de los puestos de cartero de Teulada (1904) y Benissa (1907) que
resultó ocupada por D. Juan Bautista Escribano Chust.
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