26 octubre 2024

Apuntes Filatélicos. LA HISTORIA DEL CORREO Y AQUELLOS ENVIOS "ESPECIALES"

 

Apuntes Filatélicos

¿QUÉ SE PODÍA ENVIAR POR CORREO…?

Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico

 

Hoy en día, todos somos coherentes en la de cosas que se pueden o no remitir por correo. Pero no siempre fue así. El contenido de misivas, cartas y paquetes, ha sido un asunto que ha llevado de cabeza a quienes han tenido en su haber el disponer el funcionamiento de este servicio, no siempre público como ahora. Jesús González Herrera es un estudioso de la filatelia y del correo, que recientemente ha puesto a disposición de los filatelistas, su última creación titulada “Cuatro letras para decirte… El Universo del correo postal”, que bien indica su título, trata sobre el correo, su historia  y sobre todo su vinculación directa con la sociedad dada la importancia de este servicio, que lo fue público a partir del Siglo XVIII en España.

Dentro de esta amplia obra, de casi 500 páginas, hay un capítulo que González titula haciendo una pregunta: ¿qué se puede mandar por correo?, y que para esta sección le vamos a modificar el tiempo verbal para preguntarnos…¿qué se podía enviar por correo?  La respuesta es más que clara: Se podía mandar de todo – bueno o casi de todo como reza el anuncio de una conocida marca comercial -.

Con el nombramiento de la Familia “Tassis”, como Maestros de Postas en España, se dejaba claro que su cargo lo era para “…traer e llevar cartas, e envoltorios e pliegos…”; llevar correspondencia propiamente dicha. Pero esta afirmación, no fue siempre así. Las Ordenanzas de la Cofradía de Hostes de Barcelona de 1445, ya expresa que estos – los mensajeros -, no podían “guardar” dinero que recibían de mercaderes, enviados por carta. El mandar por correo dinero, joyas o alhajas, siempre fue un tema que llevó de cabeza al sistema postal.

En 1805, se establece que “…se prohíbe incluir en los pliegos y las cartas de la correspondencia, dinero, alhajas, ni otra cosa que no sean papeles…”. Es curioso como esta normativa dice que con el tacto de la carta se podrá comprobar el contenido de la misma. En España el tema del envío de dinero por correo se solucionaría de alguna forma con la implantación del “sobre-monedero” en 1900, ó el establecimiento del Giro Postal tal como se conoce hoy en día a partir de 1909.

Y es más curioso todavía como con la invención del sello postal y su posterior uso en España – año 1850 -, lo que daría pie a que naciera esa afición a guardarlos y coleccionarlos, hizo que las autoridades españolas vieran con malos ojos que se incluyeran sellos en el interior de las cartas. Una circular de la Dirección General de Correos de fecha 27 de mayo de 1862, daba cuenta de un posible envío de sellos por correo, cabe que intercambio entre filatelistas en España, y en el que el propio Director de Correos avisaba de que se tenía que hacer cumplir con las normas y leyes, afirmando que se tenía la certeza que se trataba de un “fraude” a los intereses del Estado a gran escala. Ya lo dijo el gran “Thebussem”: “…las leyes españolas siempre han sido enemigas constantes de la Philatelia…”.

Pero si hasta ahora nos hemos ocupado de lo que “No” se podía enviar por correo, vamos ahora a ver que “cosas” – no muy comunes -, si se pudieron enviar por correo. De entrada, nos trasladamos fuera de España, y las noticias son muy conocidas en los diversos manuales que tratan la historia del correo. Por citar los más curiosos, nos encontramos a principios del Siglo XX, donde el gobierno americano tenía ciertas lagunas en su legislación postal, y de esta forma se pudo enviar por correo, desde bebes de muy corta edad, hasta edificios ladrillo a ladrillo. Puede parecer raro, pero resultaba mucho más barato – en el caso de los niños enviados por correo – hacerlo a través del servicio postal, que subirlos a un tren y mandarlos con los familiares.

Uno de estos casos más sonados fue el de la niña “Charlotte May Pierstoff”, de 9 años de edad, que sus padres mandaron por correo en febrero de 1914, de Grangeville a Lewiston, con un peso de 22 kg., y una distancia a recorrer de 117 km., por lo que su padres pagaron en sellos de correos – adheridos a la ropa de la niña -, un total de 53 centavos de dólar. Más sorprendente puede resulta si el envío se hizo con un “bebe” de tan solo 4,9 kg. de peso, que por correo recorrió la distancia de 1 milla y con un coste por el servicio de 15 centavos.

Todo esto nos puede sorprender hoy en día, pero así estaban las cosas. Otro caso insólito fue el protagonizado por el esclavo Henry Brown, quién tras años en una plantación al servicio del “amo”, vio como lo separaban de su familia, y al no poder viajar por su condición de esclavo, ideó un plan en el que se auto-envío el mismo por correo, asumiendo el coste del envío según la tarifa de la época en el correo americano. El trayecto se efectuó el 23 de marzo de 1849 y duró 27 horas, tiempo en el que este esclavo estuvo dentro del cajón como si de un paquete postal se tratase.

Citar todo los casos que se conocen, nos llevaría a rellenar muchas líneas, pero cabe decir que se conocen casos en los que se desmontó un edificio completo y se mando por correo ladrillo a ladrillo, o aquel ciudadano americano que se auto-envío a él mismo por probar que la normativa en materia postal hacía aguas a sí mismo. En este caso, se envío él a su casa, y como llevaba su propia bicicleta para no pagar el sobre-porte que suponía, fue pedaleando al lado del cartero. Cuando comprobó que era tal cual lo de poderse enviar por correo, en un artículo en la prensa neoyorquina, dejó claro que en caso de salir de copas y no ser capaz de encontrar la casa debido a la borrachera “….el cartero te puede llevar a casa…”. ¡Surrealista el tema sin duda alguna!

A lo largo de la historia, el correo ha servido de nexo de unión entre el remitente y el destinatario, bien para una simple comunicación escrita o para hacer llegar objetos tan singulares como los que hemos visto. Un tema que nos puede despertar la curiosidad de seguir conociendo que “cosas” se podían y no se podían enviar por el universal servicio postal.


Para más información:

·        https://ifacfilatelico.blogspot.com/2020/03/correos-y-sus-muchas.html

·        https://ifacfilatelico.blogspot.com/2016/05/curiosas-cosas-enviadas-y-recibidas-por.html

·        https://ifacfilatelico.blogspot.com/2023/07/apuntes-filatelicos-detalles-para-el.html

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