EL TIEMPO ES COSA DE NUMEROS…
Cuando los pequeños detalles nos dan información temática
Por José Ivars Ivars
Divulgador e investigador Filatélico
Queridos lectores/as.
De entrada van mis
disculpas anticipadas, por meterme en asuntos tan minúsculos que uno no sabe si
le dan ó no calidad a la colección cuando se plasman en nuestras joyas
filatélicas.
Sello emisión 2013
Serie Navidad. Reloj
Puerta del Sol
(Madrid)
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Cuando uno pintaba
menos años y tuvo la inmensa fortuna de trabajar con colecciones juveniles,
privilegio que además me ayudó a aprender a marcha forzosa para poder enseñar
lo aprendido, una de las temáticas que siempre me llamaron la atención fue la
de “La medida del tiempo”. Incluso en la sociedad filatélica que presido,
tuvimos a uno de nuestros asociados, que ahora cambió la filatelia por el arte
del bonsái, que siendo relojero de profesión, decidió plasmar filatélicamente sus
conocimientos en relojería. Y el tema si se estructura bien con un buen plan,
da para mucho y más.
De lo que hoy vamos a
hablar, a muchos les parecerá que es rizar el rizo en la búsqueda de
información temática, incluso al final de este escueto escrito, tal vez nos
quedemos sin saber realmente que parte es histórica ó cual es simplemente una
leyenda, pero quienes cultivan el arte de la filatelia temática y se ha
especializado en alguna versión del tema “Tempus fugit” (el tiempo vuela),
puede que lo que vamos a contar le sirva para darle un pequeño y diferente
enfoque a su colección.
He querido titular
este pequeño artículo diciendo que el tiempo es cosa de números, porque de eso
vamos a hablar, de las numeraciones que aparecen en los relojes. No hace mucho,
ojeando algunas revistas de temas generales, hubo un artículo que por la
pregunta que hacía me dejo muy curioso, y en un filatelista la curiosidad es lo
que peor le puede pasar a uno. Así que, os la hago a vosotros para ver si soy
el único que no se había dado cuenta de ello.
Comparativa de las
esferas numéricas de los relojes
Big Ben de Londres y
Plaza del Sol de Madrid
Cada uno con un número
4 escrito de diferente manera
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¿Por qué la numeración
que aparece en el reloj de la torre del Big Ben de Londres, escritos en
numeración romana, tiene el 4 escrito como “IV”, y en cambio nuestro reloj de
la Puerta del Sol de Madrid, el 4 está escrito como “IIII”? ¿Desde cuándo el
número 4 en numeración romana se escribe así?
Lo primero que hice
antes de buscar una respuesta coherente, fue ver si realmente era así
comparando ciertas fotografías, pero además y conocedor que ambos relojes aparecen
en diverso material filatélico postal, quise ver si esa diferencia también
aparecía en los sellos. ¡Y aparece….! A continuación me puse a buscar una
razón.
Marca aérea del Primer
Vuelo Goteborg – Londres
Vuelo de la Cía SAS.
15.06.1955
Entre las imágenes vemos
el Big Ben
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Lo primero que he de
decir a quienes estén haciendo alguna temática relacionada con lo que estamos
hablando, es que miren con una buena lupa los sellos en los que los relojes
aparezcan con la esfera de las horas escrita en numeración romana, porque son
muchos los que usan “IIII” en vez de “IV”. Y son muchas las hipótesis que dan
esta anomalía como válida.
Emisión Mónaco. 2009
Reloj del Big Ben
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La primera de las
respuestas halladas dice que en el caso del reloj madrileño, el uso del 4
escrito con los 4 palitos, se debe a cuestión de estética simétrica, dado que
este número queda mejor así por estar frente al 8 que se escribe como “VIII”
(los 2 en este caso tienen 4 digitos). Los ingleses debe ser que a ellos el
tema de la estética no les preocupa porque el Big Ben lleva escrito el número
correctamente.
Hay otra teoría un
poco más histórica pero que no he podido corroborar como se merece, en la que
se dice que el uso de esta numeración con “IIII” se debe a la forma inicial que
tenían los romanos de escribir sus números, los cuales provenían de la antigua
numeración etrusca que usaba un sistema “aditivo”, es decir, se añadía un “palito”
al número anterior. Y así tenemos que tras el “III” venía el “IIII”, y tras el “V”
venia el “VI”, y así sucesivamente, cambiándolo posteriormente con el sistema “sustractivo”,
que consistían en simplemente restar 1 al número siguiente.
Hay una versión que
por cómo se cuenta parece como más creíble, y nos dice que en el año 1370 el
relojero francés Henry de Vick
recibió un encargo del entonces Rey de Francia Carlos V para realizar el reloj
que se encuentra en la torre del Palacio Real de Francia, y este al hacer las
inscripciones numéricas de las horas, escribió el 4 correctamente en cifras
romanas, “IV”, a lo que el Rey le recriminó que lo escribiera mal afirmando que
el número debía escribirse “IIII” y diciéndole la célebre frase “El Rey nunca se equivoca…” (Carlos V
llevaba el apodo de El Sabio). Al parecer los relojes siguieron fabricándose según
aquel Rey Sabio dijo.
Tarjeta Máxima editada
por ASEMA
Sello emisión Navidad
2013
Matasellos Primer Día
Circulación. 06.Nov.2013
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Algo parecido debió
pasarle a otro relojero suizo que con un encargo para la confección de un reloj
que le llegó de un noble de la época, cometió el grave error de escribir el 4,
mal escrito (lo escribió como “IIII”, lo que le valió que fuese ejecutado por
torpe. Desde aquel día y como señal de protesta de los relojeros suizos, estos
han fabricado las esferas de los relojes con el “IIII”.
Hoja Bloque emitida en
el año 2004
Serie Patrimonio
Nacional. Relojes
En el montaje podemos
apreciar como cada
reloj usa una
numeración distinta
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Al final como os dije,
seguimos sin saber cuál será la versión de esta historia que podemos dar como
válida. Leyenda, realidad,…., ó simplemente cuestión de estética y elegancia al
realizar un reloj. Dejo que cada uno de quienes han leído este pequeño
artículo, de su opinión particular. Lo que sí es claro y evidente es que cuando
llevamos a cabo una colección temática, a veces los pequeños detalles son los
que marcan la diferencia.
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