Apuntes Filatélicos
OTRO
ALICANTINO PARA LA HISTORIA DEL CORREO
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Y esta obra recopilatoria, se la debemos a un alicantino que la
historia debería tener más presente, o al menos la filatelia española, darle el
reconocimiento que se merece. D. Gregorio Cruzada Villaamil,
siendo Director General de Correos y Telégrafos, tuvo la brillante idea de
llevar a cabo tal magna obra que nos ha llegado hasta nosotros como fuente de
información muy precisa y valiosa. Tal vez, no fuese él mismo quien redactase
todo este trabajo, pero si fue quién avaló la idea. Y no fue solo este gesto el
que lo encumbró en la historia del correo en España.
Gregorio Cruzada Vilaamil, nació en Alicante en 1832, - vamos camino
de su bicentenario -, y fue un prolífero hombre de su época, considerado como
un “Renacentista en el Siglo XIX”, donde ejerció como historiador, crítico de
arte, periodista e incluso político. Fue un gran conocedor de la obra de Diego
Velázquez y Francisco de Goya, Sin duda alguna se gano el apelativo de “Hombre
más interesante y activo del Siglo XIX”.
Como político, fue Diputado en Cortes por Alicante entre 1871 y
1876. En 1872 lo haría por el distrito de Villena, pero en las elecciones de
abril de 1879 se volvería a presentar a la circunscripción de Alicante por el
Distrito de Dénia (La Unión Democrática de Alicante. 22.04.1879. Archivo
Ministerio de Cultura), saliendo elegido en primer lugar por 1083 votos por
delante de Leopoldo Laussat y Lorenzo Fernández, aunque ya no ocuparía su
sillón en Madrid. En su papel político no debió destacar mucho dado que en la
Revista de Telégrafos en la que aparece su obituario, se le describe como “…político inactivo y más bien callado…”,
por sus pocas intervenciones en la cámara.
Pero su impronta más significativa, cabe que más para el filatelista
de hoy que para los coetáneos del Sr. Cruzada Villaamil, fue la consecución de
aquellos “Anales” ya citados, que en forma 6 volúmenes, agrupan toda la
legislación que se iría creando a los largo de los años desde 1283, y cuyo
prólogo - 20 de noviembre de 1880 -, también a cargo del propio Gregorio
Cruzada Villaamil, es todo una clase de historia del Correo, que ni en las
mejores universidades se imparte tal materia, desde lo más remoto de la
humanidad y su empírica necesidad de trasmitir información y noticias entre los
suyos. En este prólogo ya se indica la finalidad de la obra que no es otra que “…coleccionar cronológicamente las órdenes
que se han dictado en España para establecer y organizar el servicio de Correos
terrestres desde la fecha que lleve el documento más antiguo…”.
Una de las primeras citas que estos “Anales de las Ordenanzas de
Correos” hacen sobre el Correo en el Reino de Valencia, es una referencia a una
carta Real fechada en Lérida el 29 de septiembre de 1314 por la que se le
“…manda…” al Baile del Reino de Valencia entregue un vestido al correo Pedro
Roig, vestido que estaba compuesto de “…capa
y túnica de bifa – tela de 2 caras -, y calzas blancas de paño de Narbona…”.
Años antes de su fallecimiento, tuvo a bien organizar y poner en
marcha el Museo Postal y Telegráfico de Madrid, al que dotó de muchas de las
reliquias y objetos históricos que hoy en día forman parte de sus grandiosos
tesoros, así como el inicio de la Biblioteca que posee el museo, y que tantos filatelistas
consultan a diario.
Falleció en Madrid el 29 de noviembre de 1884, a los 52 años de
edad, fallecimiento que se produjo mientras dormía, al parecer por una “hemotisis”,
o neumonorragia.
Estos personajes que la historia nos ha dado, sea cual sea su
legado, pero sí lo es notorio e importante con más razón, merecen no ser
olvidados. A ellos debemos mucho de lo que hoy disfrutamos en materia postal y
de coleccionismo. Sirva pues decir que el bicentenario de su nacimiento, no
pase desapercibido, y más siendo otro ilustre alicantino vinculado a la
historia del correo en España.
Se le recuerda más por su papel como hombre de historia y arte, y
sus muchos estudios que dejó escritos, que por la labor desarrollado como
Director General de Correos y Telégrafos, y aquí tenemos un campo de
investigación todavía por explorar. Pero la filatelia española se olvidó de su
figura. Hasta la fecha ningún sello catapultó al “Olimpo filatélico” su figura
y con ella su legado. Fue un hombre de Correos y dio a los futuros filatelistas,
las herramientas de investigación necesarias para que la historia del correo
sea hoy una ciencia en auge. No cometamos el mismo error que se ha cometido con
esos grandes personajes de la historia y del correo que han sido olvidados por
completo. El año 2032 está casi ahí ya.
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