EL
COLECCIONISMO, ALGO INNATO EN EL SER HUMANO
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Estos días en Puerto Lumbreras (Murcia), escuché decir que “…nos
hacemos mayores porque dejamos de jugar…”. Quién la dijo se sentía
enormemente orgulloso de su colección de “Playmobil”, expuesta en la IX Feria
Nacional de Coleccionismo, en forma de diorama. Me confiesa que empezó casi de
broma, y hoy ese mundo que hay detrás de las figuras de esta legendaria marca,
ya es una pasión. Y uno se da cuenta que en realidad el coleccionismo, en la
vertiente que sea, es eso: pasión por unos objetos que en el mejor de los casos
dejaron de tener un uso cotidiano, y el coleccionista le ha sabido dar una
segunda vida.
Y es que el ser humano por naturaleza es coleccionista. Es posible
que sea una cualidad humana que adquirimos desde la más tierna infancia, y que
vamos desarrollando a la largo de nuestra vida. Algunos la abandonaran en algún
momento. Otros todo lo contrario; con el paso de los años, irán adquiriendo más
y más conocimientos, y el coleccionismo les llevará a cotas que ni podría
imaginar cuando empezaron.
No sé si os habéis preguntado alguna vez que es lo que se puede
coleccionar. La respuesta es sencilla….¡¡¡¡TODO!!! En Puerto Lumbreras se pudo
comprobar – como lo podemos comprobar casi a diario allá donde miremos -.
Centenares de coleccionistas y algún que otro curioso, buscando aquello que no
tienen, lo que tanto tiempo llevan buscando, tal vez algo que nunca
encontraran, pero así es el coleccionismo, nunca acaba, siempre hay o habrá
algo que buscaremos. Pins, coches en miniatura, muñecas, postales, sellos ó
monedas, billetes de todos los tipos y épocas, documentos antiguos, naipes,
cámaras fotográficas, objetos del buen fumador, y así hasta una lista
interminables de objetos, razones o motivos que hacen del ser humano ese innato
coleccionista.
Pero las ferias a veces se convierten en algo más, una actividad
social que en los días que corren son de agradecer. Las ferias, mercadillos de
coleccionismo, exposiciones, etc., son puntos de encuentro de amigos, amigos
que llevas años casi sin ver, pero de los que no perdiste la amistad,
simplemente porque la amistad que se crea a través del coleccionismo tiene ese
nexo de unión que lo hace perdurable por mucho tiempo.
Buscar los orígenes del coleccionismo es una tarea que puede
llevarnos muy atrás. En antropología hay estudios que revelan que aquellos
primeros homínidos ya tuvieron es don de “guardar”, de “recoger”, de casi
coleccionar utensilios y otros elementos del entorno donde habitaban.
Seguramente no fue con el mismo fin que hoy tenemos quienes atesoramos tesoros.
Y el futuro parece que es halagüeño. Organizar un tipo de evento como este de
Puerto Lumbreras – y los cientos y cientos que se celebran casi semanalmente
por toda España -, y observar que la gente acude en masa, es cuanto menos
esperanzador de que el coleccionismo tiene vida.
Bienvenidas sean estas ferias, y todas aquellas que consolidadas o
no, sigan ofreciendo esos objetos a los que los coleccionistas hemos aprendido
a darles una segunda vida. Quienes piensen que el coleccionismo está
finiquitado, es que no ha vivido estas jornadas, donde el pasado se junta con
el presente. ¡REVIVE TUS RECUERDOS!, rezaba el slogan de este año en Puerto
Lumbreras. Nunca mejor dicho.
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