27 abril 2024

SELLOS PERFORADOS PARA EVITAR EL ROBO EN LAS EMPRESAS

 

Apuntes Filatélicos

PERFORANDO SELLOS

Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico

 

Perforado autorizado a la editorial ESPASA CALPE

Puede que quién sea ajeno al mundo del coleccionismo de sellos, se pueda sorprender de que hubiera una época en la que los sellos se perforaban, cuando siempre se ha dicho que para conservar un sello, se ha de hacer siempre garantizando su integridad y perfección, pero los filatelistas conocemos y sabemos que han existido sellos “perforados”, y que no por contener pequeñas puntadas de aguja, estos han dejado de ser válidos. Tal vez todo lo contrario.

Pero uno se puede preguntar, que razón se tenía para agujerear un sello a base de puntadas de aguja, y la respuesta es más que obvia. Eran otros tiempos, tiempo en el que se usaba el correo como única forma de comunicación, empresas que usaban grandes cantidades de sellos a diario para mantener esa necesaria correspondencia con clientes y proveedores, y siempre hubo quién tuvo la “mano larga” para ponerla donde no debía, y llevarse para casa sellos que no eran de su propiedad y que a las empresas les suponía una merma importante en la caja de caudales.

Por ello, el inglés Josep Sloper – nuevamente Inglaterra como pionera en estos temas -, inventa una máquina o utensilio al estilo de una grapadora, para perforar los sellos con las iniciales de una empresa o una dibujo representativo, y con ello adherir los sellos a cartas y tarjetas postales con el membrete correspondiente, y de esta forma evitar que los sellos perforados, si eran sustraídos de las empresas no pudieran circular en las cartas sin el correspondiente membrete.

La idea agradó al correo inglés que autorizo estas “perforaciones” en los sellos, y así tenemos que el 13 de enero de 1868, se realizó la perforación y puesta en circulación de los primeros sellos perforados de la historia, sistema que también podemos llamar “anti-fraude”. Pero no solo agradó la idea al correo inglés, sino que poco a poco se fueron estableciendo estos perforados en otros países, hasta el punto de que la Unión Postal de Correos, en su Congreso de Roma de 1906, toma el acuerdo de autorizar el uso de este sistema diciendo que “…los sellos de correos podrán ser señalados por medio de sacabocados, con perforaciones distintivas (…) en las condiciones fijadas por las Administraciones que los emita…”.

España no se quedó ajena a esta moda. La primera autorización se concedió el 13 de enero de 1889, a la sucursal de Barcelona del Banco “Credit Lionnays, que perforaría sellos de la emisión de Alfonso XII con las iniciales “CLB”. Correos les daría la opción, no solo de poder perforarlos sino el usar un tampón en seco sobre los sellos con estas mismas iniciales, optando la sucursal bancaria por la perforación, que ha dado origen a ejemplares muy buscados sobre todo en la época inicial de los mismos.

Durante muchos años, especialmente a finales del Siglo XIX y las primeras décadas del XX, fueron cientos y cientos las empresas y entidades españolas que solicitaron la correspondiente autorización para perforar sus sellos y con ello, evitar que los codiciosos de lo ajeno, vaciaran las cajas de los sellos. No se ha encontrado ninguna empresa la comarca de aquellos años que usará este método, aunque cabría dar con alguna entidad bancaría con oficinas en la comarca que si lo usará. La única que más representativa podríamos considerar en relación a la Marina Alta, es una perforación en la que se usaron las letras “CALPE”, pero que casualmente nada tiene que ver con la Villa del Peñón.

Esta perforación se autorizó el 17 de octubre de 1925 a solicitud de la empresa editorial “ESPASA CALPE”, justo el año en que se fundaría la empresa unión de 2 editoriales – 31 de diciembre -; por un lado “Espasa” fundada en 1860 y por otro lado “Calpe”, fundada en 1918. Y es significativo que cuando Correos les autoriza al perforado de los sellos y el uso de estos en su correspondencia comercial y empresarial, deciden usar las siglas CALPE, frente a Espasa, cabe que por ser una letra menos en el caso de CALPE, y dado el tamaño de los sellos de entonces, cabría mejor en el interior del sello, aunque la normativa al respeto era muy clara: “…siempre que dichas iniciales ocupen un espacio total de 18 mm., en sentido horizontal, y 10 mm., en sentido transversal, para que no perjudique la integridad del sello…”.

Destacar que solo eran admitidas, en el caso de Espasa-Calpe, aquellas cartas con estos sellos que eran depositadas en la Administración de Correos de Madrid.

Carta circulada con sellos perforados con el anagrama GRAUSS y copia de la autorización otorgada a este experto filatelista

El coleccionismo de este tipo de sellos, desde su aparición, tuvo sus más y sus menos. El coleccionista, puritano donde los haya, no veía con muy buenos ojos incorporar sellos que “desperfectos” causados por la mano del hombre intencionadamente. Incluso algunos artículos en prensa, apuntaban que los sellos eran taladrados por sucursales bancarias y empresas, a propósito para que no fuesen revendidas una ver utilizados en la correspondencia. Hoy soy verdaderas joyas de la filatelia, especialmente si todavía conservan el soporte – carta ó tarjeta -, original.

Su coleccionismo tuvo un auge en 1992 a raíz de la investigación y posterior plasmación en un catálogo, de todos esos “perforados” que se autorizaron en España. Pero todo aquello que resulta interesante, también resulta tentador de falsificar, o de realizar ciertos montajes especulativos, como ya denunciamos desde Calpe hace algún tiempo.

En 1982, el Grupo Filatélico y Numismático de Tenerife, retomaría esta costumbre de perforar los sellos, pero en esta ocasión de manera conmemorativa, solicitando para su exposición filatélica poder perforar sellos con las iniciales “TF-88” (B.O.C. Nº 7, de fecha 22.01.1988), durante la exposición, naciendo una fiebre por estas nuevas “perforaciones” que durante años ha originado nuevos anagramas que el coleccionista ha incorporado a sus colecciones.

Es una materia muy específica dentro del coleccionismo de sellos, que si abarcamos no solamente un país, puede volverse inagotable. Una lástima que en la comarca no tengamos constancia de que su uso fue una realidad, o cabe que cualquier día, futuras investigaciones y hallazgos nos digan todo lo contario.


Fuentes consultadas:

·        San Filatelio web. AFINET. www.sanfilatelio.afinet.org

·        Blog Ifac Filatélico

·        Diario Oficial de Comunicaciones

No hay comentarios:

Publicar un comentario