25 octubre 2025

Apuntes Filatélicos: DATOS Y DETALLES DEL CORREO EN CALP DURANTE LOS AÑOS 1931 A 1939.

 

Apuntes Filatélicos

EL CORREO EN CALP (1931-1939)

Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico

 

Una de las características por las que podríamos definir al correo, es que ha sabido adaptarse en todo momento a las circunstancias y a la época vivida, siempre tratando de mejorar el servicio, para bien de la comunidad en general, poniendo de manifiesto la importancia que la trasmisión de noticias ha tenido desde siempre.

La llegada de la 2ª República a España en 1931, y el desenlace de la posterior Guerra Civil entre 1936 y 1939, fueron para la historia de España un periodo de mucho cambio social y político, a pesar de que se tratase de una época corta en el tiempo. Estos cambios que llegaron de la mano de la proclamación de la 2ª República, también afectaron al servicio postal que estaba establecido en España, cambios que trataron de mejorar no solo el servicio postal en sí, sino también el buen hacer de los funcionarios postales.

Si nos adentramos en la historia del correo en la comarca – como llevamos tiempo haciendo -, observaremos que los cambios generalizados que en estos años tuvieron lugar, afectaron a muchas poblaciones y localidades, pero también en cada una de ellas se dieron circunstancias propias, que han determinado el devenir en aspectos postales. En general, uno de los grandes cambios que tuvo lugar en la comarca y que afectaría sustancialmente al devenir diario de la población, tuvo lugar en el año 1915 con la finalización y puesta en servicio de la línea férrea Alicante-Dénia, y que igualmente afectaría a la forma en la que se llevó a cabo la conducción del correo en la comarca desde entonces.

De esta forma por ejemplo, el cartero de Calpe, dejó de esperar a la conducción en la carretera, para pasar, a partir del 18 de julio de 1915, a “…entregar y recoger en la estación de ferrocarril de la localidad…” (Boletín Oficial de Correos de fecha 03 de mayo). Por entonces, en la localidad de Calp, ejercia de cartero D. Miguel Bordes Ausina  - que lo era desde 1898 -, también conocido como “Tio Miquel Calvo”, y que fallecería en el año 1927, siendo sustituido por D. Pedro Sala Rodrígo, también conocido como “Pedro La Cooperativa”, y que en los primeros años tenía una haber anual por su función de cartero de 312,50 pesetas.

Con la llegada de la II República a España, se crearía por primera vez un Ministerio dedicado a las “Comunicaciones”, que albergaría a Correos, Telégrafos, e incluso la telefonía, y se darían los pasos necesarios para establecer unos cambios generales, que especialmente en las pequeñas poblaciones, se harían notar, aunque muchas de estas modificaciones del sistema postal, se quedarían en simples intenciones. En Calp, por poner un ejemplo, se anunciaría la creación de una “Estafeta Técnica” con fecha 16 de octubre de 1931 (BOC del 20 de octubre), pero esta no entraría en funcionamiento hasta la década de los años 40. Esta mejora que se pretendía establecer en Calp, fue debido a la ampliación en temas de comercio e industria que sufre la localidad, y que hace aumentar el tráfico de correo establecido anteriormente.

A finales del año 1932, se anuncia una nueva convocatoria para dotar a Calp de un cartero con la obligación de subir a la estación para recoger y entregar la correspondencia al paso del ambulante entre Alicante y Dénia, en cuanto se cree la plaza de peatón que haga este trabajo. Esta vez se le aumentaría el haber anual que percibía el cartero de Calp hasta las 1.642,50 pesetas anuales. Esta nueva conducción, empezaría a funcionar en el año 1933.

Desde la Administración Principal de Correos de Alicante, se establece la necesidad de “…reorganizar  el servicio rural de la cartería de Calpe…”, y establecera “…una conducción de correo en carruaje entre la oficina de correos de Calpe y su estación férrea…”. Esta nueva conducción establece que se llevará a cabo cuantas veces fuesen necesarias, y tendría un coste máximo de 1.000 pesetas anuales – finalmente se otorgaría por 950 pesetas al año -, para lo cual se convoca concurso. Sin poder confirmarlo tajantemente, quién asumirá dicha conducción fue el calpino D. Francisco Escales Giner, quién en el año 1938 fue llamado a filas en plena Guerra Civil, y su incorporación al ejército dio lugar a un comunicado y publicación de la Dirección General de Correos y Transportes, anunciando el cese del servicio en la conducción, ahora ya en automóvil, desde la oficina de Correos de Calp, todavía Cartería, hasta la estación del “Trenet”.

Para suplir esta importante conducción para el desarrollo del correo en Calp, Correos creará en julio de 1938, la figura del peatón-conductor con el fin de “…reorganizar la demarcación postal de Calpe y caserios adyacentes…”, y para ello este nuevo funcionario postal se encargará de llevar el correo de la cartería hasta la estación, 2 veces al día, además de “… servir las partidas de Benicolada y Las Canutas…”, un trayecto de cerca de 9 km, que este cartero de Calp recorrerá diariamente, “…por una haber anual de 1.275 pesetas...”.

Los datos que se disponen para detallar como fue el correo en Calp, en estos años convulsos de la historia de España que nos metería en una incivil guerra, son más bien escasos. Calpe como toda la comarca, se mantuvo en terreno republicano durante toda la contienda bélica, por lo que siempre se regiría por las normativas establecida por el Gobierno legítimo de la República, hasta finalizada la Guerra Civil.

El 5 de mayo de 1946, llegaría por fin el esperado cambio de la Cartería a la Estafeta, aquella que ya se anunció en el año 1931 pero nunca se llegó a materializar. Esta necesidad imperiosa fue solicitada 4 años antes por el propio Ayuntamiento de Calp, y su primer Administrador Jefe fue Vicente Márquez, estando la misma situada en la, por entonces, Calle Paternina núm. 35 de Calp. Posteriormente la Oficina de Correos de Calp, pasaría a la Plaza de Miguel Roselló núm. 7, y posteriormente a la Avda. Ifach hasta 1986.

El correo y su gente, a lo largo de los tiempos, siempre han sido notables personajes en la historia de los pueblos, fieles conocedores de cada uno de los moradores y verdaderos profesionales en su cometido diario, a pesar de los exiguos sueldos, que han sabido siempre adaptarse a los cambios sociales y políticos que les han ido llegando.

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