15 abril 2022

LA SUMADORA "IFACH" Y SUS TARJETAS POSTALES. DATOS PARA LA HISTORIA POSTAL DE CALP.

 

Apuntes Filatélicos

DE CUANDO LAS TARJETAS NOS HABLAN…

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

El coleccionismo es una arte que se adentra en el pasado. Por lo general, y aunque lo coleccionado sean objetos actuales, es seguro que de este mismo material, lo habrá con cierta antigüedad que convertirá la colección en un viaje en el tiempo.

Y dará lo mismo si el coleccionista lo es de grandes cantidades, o simplemente atesora puntuales objetos que despiertan en el individuo, bien recuerdos o bien añoranza de lo que fueron y para lo que sirvieron. Algo parecido lo pudimos ver el pasado domingo cuando el programa de À Punt, “Tresors amb Història”, que se grabó en Dénia y por el que discurrieron una serie de objetos antiguos, que bien podrían formar parte de una más amplia colección, o ser simples objetos que se conservan como oro en paño, pero todos ellos encierran su propia historia.

Uno de estos objetos con historia propia, y del que Canfali Marina Alta ya habló en su momento, es la conocida “Sumadora Ifach”, perteneciente al coleccionista y arqueólogo de lo cotidiano, Joaquín Vázquez Boronad, calpino apasionado de la historia local, que durante décadas ha ido atesorando una de las más amplias colecciones de objetos que en su día fueron relevantes, y hoy son parte viva de la historia.

 


Esta máquina de sumar, que no calculadora, se fabricó en la década de los años 40 del siglo pasado, y es una joya para los coleccionistas de este tipo de instrumentos de calcular. Al estudiarla a fondo, que es lo que deben hacer los coleccionistas diferenciándolos de quienes simplemente atesoran objetos como algo decorativo, nos damos cuenta de que esta sumadora, fue mucho más que un simple aparato para calcular sumas. Su comercialización se inicia en el año 1943, a través de una empresa creada apropósito, “Calatayud-Avargues S.L.”, que con posterioridad paso a ser únicamente “Industrias Avargues”, y esta venta generó una serie de tarjetas postales comerciales (cartofília), que se remitían a toda España, sirviéndose para ello de aquellos listines telefónicos de donde obtenían las direcciones que pudieran estar interesados en la compra de la sumadora.

Tal fue el número de postales enviadas, que sirviendo además como “tarjeta pedido”, donde los interesados devolvían la misma con el correspondiente pedido, que cabe la posibilidad de que esta “Sumadora” fuese, en parte, la culpable de que en Calpe se estableciera la 1ª Estafeta “Oficial” de Correos en el año 1946. Y matizo lo de “tal vez”, porque no hay constancia por escrito de que la decisión de la Dirección General de Correos y Telecomunicaciones de fecha 15 de abril de 1946, anunciando la creación de esta Estafeta de Correos, se debiese a ese volumen de correspondencia que experimentó Calpe con la venta de la sumadora, añadiendo además el correo que generaría sin duda alguna El Paradero de Ifach.

Esta Estafeta, la primera de que disfrutaría Calp con esa importancia, fue anunciada en Sesión Plenaria del consistorio calpino de fecha 7 de julio de 1946, que acuerda “…autorizar al Sr. Alcalde para legalizar un contrato de arriendo (…) para instalar la Estafeta o Administración de Correos y vivienda para el funcionario…”. Se conoce pues que esta primera estafeta se ubicó en la Calle Paternina Nº 76 (otros autores la sitúan en el Nº 35), casa que pertenecía a la “Tía Magdalena la Xocolatera” (Dña. Magdalena Sala Pérez), y al consistorio abonaba por ella 125 pesetas al mes, durante un periodo de 5 años. Se nombró como 1er Administrador de la misma a D. Vicente Márquez.

De las tarjetas postales que editó la empresa que comercializó la “Sumadora Ifach” y que se han podido cotejar y estudiar, tenemos que estas se pusieron en circulación entre 1943 y 1950 (aproximadamente), y que fueron variando con el tiempo, a la vez que mejoraban la información del producto e iba cambiando el precio de venta de la sumadora, que pasó de las 25 pesetas iniciales a las 105 pesetas finales (anuncio en el ABC de fecha 10/08/1950).


Su estudio cartofílico nos aportan 4 tipos diferentes, que seguramente fueron muchas más, todas ellas con unas características muy similares, donde en el anverso todas ellas llevarán un dibujo de la sumadora con el eslogan “Nuevo modelo de gran lujo”, y que en función de la época podemos ver el cambio antes mencionado del nombre de la comercializadora. Es el reverso, principalmente, el que conlleva las grandes diferencias en cuanto al formato. Todas llevan un único texto que se encabeza con el enunciado “INVENTO MARAVILLOSO”, pasando a describir la sumadora, con sus características, funcionabilidad, y precio.

Es de destacar que como estas tarjetas se mandaban a direcciones como si de un “mailing” actual se tratase, la empresa comercializadora tuvo a bien destacar frases del estilo de “…agradecemos, caso de no interesar, entregue este impreso a persona a la que pueda serle útil…” que aparece en el reverso, e incluso en alguno de los modelos existentes, en el anverso se puede leer “…agradecemos al Sr. Cartero, caso de no hallar al destinatario, entregue este impreso a otra persona a la que pueda serle útil…”. Esta última frase nos viene a demostrar que en el envío de estas tarjetas comerciales, lo que menos importaba era el destinatario que aparecía en el impreso, sino que llegase a las manos de quien pudiera interesar el “Invento Maravilloso de la Sumadora Ifach”.

Una vez en buenas manos, las tarjetas tenían en el reverso, ese pequeño apartado de “Boletín de Pedido”, donde radicaba el éxito de este proceso, tan novedoso para la época, y que como hemos visto seguramente generó tal cantidad de correspondencia entrante y saliente en Calp, que Correos optó por dotarla de Estafeta.

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