30 abril 2022

Apuntes Filatélicos: LA PEINETA Y LAS TRISTES GUERRAS.

 

Apuntes Filatélicos

SELLO COMO PROPAGANDA DE GUERRA

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
 

En pleno siglo XXI nos ha tocado volver a vivir otro conflicto bélico. Siendo realistas, parece que las guerras nunca terminan. De una pasamos a otra. Será naturaleza humana. Ya lo decía Miguel Hernández: Tristes guerras…si no es amor la empresa…tristes, tristes. Pero esta guerra entre Rusia y Ucrania, nos ha dejado un componente filatélico que se ha vuelto viral con los días. En la guerra parece que todo vale para amedrentar al enemigo. Y ese parece que ha sido el objetivo de uno de los últimos sellos que el correo ucraniano (ukrphosta) ha puesto en circulación.


El sello en cuestión ya se conoce como “el sello de la peineta”, y se trata de una emisión postal en la que se ha usado una imagen, icónica ya, de la resistencia que el ejército de Ucrania está ofreciendo a la invasión de su país por parte de su vecina Rusia. Una imagen en la que se ve a un soldado ucraniano haciendo el gesto internacional de la “peineta” a un buque ruso, el Moskva, fondeado frente a él. Se trata de una escena que tuvo lugar frente a las costas de la Isla de las Serpientes en el Mar Negro, isla defendida del invasor por parte de 13 soldados ucranianos, uno de los cuales tuvo la reacción de realizar este gesto que fue captado por las cámaras y reproducido ahora en un sello postal.

Dígase de paso que el gesto de hacer una peineta, es un gesto obsceno que viene de muy antiguo, ya en la Roma de Calígula se empleaba, el cual lo usaba frecuentemente cuando tenía que ofrecer la mano a alguien a quién él consideraba afeminado. Otros atribuyen su inicio en la Grecia Clásica cuando Aristófanes lo incluyó en una obra de teatro, como forma de protesta frente a los filósofos de la época. Un gesto que se usa además en todo el mundo y que no será necesario reproducir literalmente su significado.



Sea cual sea su origen y significado, la verdad es que este nuevo “sello de guerra”, que nace como “Propaganda frente al invasor”, no sabemos si dio el resultado esperado, pero en el mundo filatélico está creando un auténtico furor. Demasiado diría yo. El sello a los pocos días de ponerse en circulación, ya estaba siendo el sello más buscado actualmente, alcanzando cifras en la reventa y subastas que parecen surrealistas, no porque los sellos no se puedan revalorizar, sino porque a veces estas técnicas de venta nos hacen pensar que las cosas se hacen para la especulación y sacarle rédito a algo tan grave como vivir una guerra.

Y este fervor por un sello ha llegado a que coleccionistas llegasen a pagar cerca de 1000 $ por un ejemplar en su correspondiente sobre conmemorativo y firmado por el propio soldado que realizó el gesto de la famosa peineta, Roman Hyrbow de apenas 31 de edad, que además mientras levantaba el dedo frente al buque ruso, deslizó por su boca una frase que también se reproduce en el sello (o en el sobre), diciendo “Buque de Guerra ruso…vete a la mierda”. Del sello se han vendido ya más de 1 millón de ejemplares, y esto tiene pinta de no terminar, puesto que el correo de Ucrania se está planteando ya ampliar la tirada, o hacer otros tipos de elementos postales con esta icónica imagen.



Pero no solo han sido los filatelistas los que han puesto el ojo en el sello de amarras. Nunca antes la prensa escrita y no escrita, había hablado tanto de un sello postal como lo ha está haciendo ahora. Ni con las grandes rarezas de la filatelia mundial cuando salen a subasta por esas cifras tan estratosféricas, se han publicado tantos y tantos titulares. Y eso que esto de usar el sello como propaganda de guerra no es de ahora. Los hubo en guerras anteriores.

Los historiadores postales, suelen afirmar que el origen del uso de sellos como atractivo propagandístico, de espionaje o sabotaje, se remonta a la guerra franco-prusiana de 1870, fue en la II Guerra Mundial  donde este tipo de emisiones postales, más proliferaron. Hitler con Francia ya tomada y sus tropas desfilando por París, preparó la invasión de Inglaterra, y para motivar mucho más a sus soldados, llegó a preparar sellos con el mismo formato y color que los que usaba el correo inglés de la época, sustituyendo la imagen del soberano de Gran Bretaña, por su propia imagen. Los sellos que estaban preparados para iniciar su circulación cuando Inglaterra hubiera caído, evidentemente no llegaron a circular pero si con el tiempo los filatelistas han podido recuperarlos. Muchos de estos sellos, tan semejantes a los “válidos”, si fueron introducidos clandestinamente en Inglaterra, y dada su similitud, el objetivo también fue el de que se usaran para el envío de la correspondencia y con ello mermar los ingresos del gobierno británico.

Y como en la guerra dicen que todo vale, ingleses y americanos se pusieron manos a la obra para darle al enemigo con sus mismas argucias. Estos se centraron en ridiculizar a Hitler, y pusieron en marcha un complejo sistema postal consistente en hacer llegar a la población alemana, cartas debidamente circuladas con sellos que le daban a Hitler un carácter ridículo (rostro cadavérico y texto “futsches reich”), usando además matasellos y marcas de censura iguales a los que el correo alemán estampaba en la correspondencia, para con ello conseguir que las cartas circulasen sin levantar la más mínima sospecha de que procedían de las filas enemigas. Y aquella trama que se bautizó con el nombre de “Operation Cornflakes”, se llevaba a cabo bombardeando trenes postales para que con la explosión quedase esparramada por los alrededores toda la correspondencia, y era entonces cuando se aprovechaba para, entre todo aquel caos postal, colocar las miles de cartas fraudulentas que iban a dar un toque propagandístico a la misión.

Otro de los casos que encontramos en este tipo de “sello de guerra” (argot filatélico), es el caso de unos sellos de Marruecos que los ingleses sobrecargaron con la impresión Deutsche Reichspost in Marokko”, con el que los británicos quisieron sembrar las dudas sobre la capacidad del régimen de Pétain, para mantener la soberanía francesas en los territorios coloniales.


Más directos fueron los británicos con el sello “francés” de 1942, en el que fraudulentamente usaron la imagen del General Pétain, y de fondo se ve la silueta de Pierre Laval, Primer Ministro francés con una clara y demostraba ideología pro-nazi, mensaje que venía a decirle a los franceses que Hitler tenía claro quién sería en un futuro su Primer Ministro en la Francia ocupada.

Son muchos los ejemplos que podemos encontrar de este tipo de sellos usados en plena II Guerra Mundial, que no teniendo un fin postal, si pretendía servir como punto psicológico frente al enemigo. Se emplearon muchos esfuerzos en conseguir que los sellos fuesen idénticos a los originales, esfuerzos que vienen a corroborar la importancia que el correo tenía en una época en la que no había los medios de hoy para comunicarse con nuestros familiares o amigos.

La imagen es una “arma” poderosa, y quién controla la imagen, controla el mensaje. Y no solo en tiempo de guerra. En el año 1944 cuando se crea en España la Oficina Filatélica del Estado por la Orden Ministerial de 9 de julio, el primer artículo de esta O. Ministerial refleja claramente el objetivo de los motivos de los sellos: “…seleccionar aquellas imágenes que encarnen valores positivos y permanentes de la realidad y de la historia patria…”.


Los de Ucrania no han inventado, como vemos, esto de los sellos como propaganda de guerra, pero sin duda han encontrado una arma más para combatir la injusticia que el conflicto está teniendo con la población. Nuevamente vemos que el sello, es mucho más que ese trocito de papel por el que los filatelistas sentimos pasión. El sello, fue, es y será siempre un testigo mudo de la historia, y debería ser una auténtica arma pero a favor de la cultura.

No hay comentarios:

Publicar un comentario