13 febrero 2021

PANDÉMIAS Y CORREO EN LA COMARCA DE LA MARINA ALTA

 

Apuntes Filatélicos    

 

LA EPIDEMIA QUE DETUVO EL CORREO EN LA COMARCA


José Ivars Ivars / Divulgador e Investigador Filatélico

Puede que esta situación que estamos viviendo a día de hoy con el Covid-19, parezca algo nuevo. En realidad lo es, pero para muchos de nosotros que nunca hubiéramos podido imaginar, ni por asomo, que nos veríamos inmersos en una situación de pandemia, con unos efectos dramáticos y un cambio en nuestra cotidiana vida, que nos está costando acostumbrarnos.

Pero estas situaciones de cambios sociales y restricciones a consecuencia de pandemias y epidemias (o viceversa), no es algo nuevo. A lo largo de la historia tenemos ejemplos muy parecidos a los que hoy en día nos ha tocado vivir, tal vez con otras circunstancias pero con una analogía muy patente. Y uno de esos ejemplos lo tenemos en la epidemia de cólera morbo que sufrió España en el año 1885, que incluso llegó a detener el correo que se despachaba desde Denia procedente de toda la comarca.


En realidad esta epidemia de cólera que asolo España, llegó en el verano de 1854, y por los estudios de la misma que hay, en Europa entró a través de los puertos franceses de Marsella y Tolón. Y la comarca no se libró de ello, siendo muy virulentos los efectos que sufrieron poblaciones como Calp, Xabia ó Pego. En el caso de Benissa, algunos autores matizan que también se dejó sentir con numerosas defunciones, pero en cambio el dianense Roc Chabas en su revista literaria “El Archivo” (13.05.1886) hace referencia a las muchas epidemias de cólera que sufrió la comarca (1834, 1854-55, 1860, 1865 y 1855) donde destaca que Benissa se vio libre de esta enfermedad al haber realizado plegarias a su Patrona, la Purissima Xiqueta. Al parecer la realidad fue otra y mucho más cruel de lo que el presbítero dianense nos cuenta.


La prensa de la época nos detalla que, al igual que hoy, la vida cotidiana del momento se vio muy truncada. Incluso cierto sector de la prensa apunta que las gestiones que desde los respectivos gobiernos se estaban llevando a cabo, no eran las más adecuadas. ¿Os suena de algo? Así por ejemplo el Diario de Gandía de fecha 18.06.1885 hacía esta consideración al respecto diciendo “…protestamos y acusamos al gobierno de impotente para imponer orden y concierto en la cuestión sanitaria, que es un caos y nada más que un caos…”.

Uno de los servicios esenciales para la sociedad que se vio interrumpido a causa de esta epidemia, fue la única línea de ferrocarril con que contaba la comarca por aquel entonces: la Carcagente – Dénia, y con ello el correo que a través de esta línea y procedente de toda la comarca, se cursaba para todo el mundo. El problema radicaba principalmente a que la línea transcurría entre las provincias de Valencia y Alicante, y entre ambas existía lo que hoy hemos conocido como “confinamiento perimetral provincial”. El periódico “El Constitucional” de Alicante, daba cumplida cobertura a la situación que vivía la gente de La Marina.

Incluso una vez restablecida esta línea, la frecuencia de estos trenes sufrió igualmente cambios y con ello de igual forma le afecto a los trenes correos que partiendo de la estación de Dénia llegaban hasta Carcagente y en esta ciudad enlazaba el correo con la línea Valencia-Almansa para encaminar la correspondencia hacía Madrid y otros puntos de España.

Esta línea férrea que gestionaba la Compañía de Ferrocarriles de Almansa, Valencia y Tarragona (AVT), empezó a servir como ambulante ferroviario justo un año antes, por Real Orden de fecha 30 de marzo de 1884, una vez concluida la totalidad de la línea. Con anterioridad a esta disposición, el correo tan solo podía circular a bordo del ferrocarril entre las estaciones de Gandía y Carcagente (Real Orden de fecha 29.02.1879), a la espera de que Dénia por fin viese llegar su ansiado ferrocarril. Esta mejora en el servicio postal de la comarca, creó además una conducción “a caballo” entre las localidades de Oliva, parada del ferrocarril, y la estafeta de Pego, con lo que esta última población pudo sin duda beneficiarse enormemente del servicio.

La historia nos demuestra una vez más que los ciclos se repiten y seguramente se volverán a repetir. Lo que hoy nos tiene a todo el mundo en jaque, ya a lo largo del Siglo XIX lo vivieron nuestros antepasados. El correo se detuvo a causa de una terrible enfermedad que se llevo por delante a numerosas víctimas. Hoy nos está tocando vivir algo similar, con restricciones de otra índole, y con la esperanza de que entre todos, esta pandemia un día será historia.

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