18 junio 2022

EL BEISBOL CON RAICES BENISSERAS EN EL COLECCIONISMO

 

Apuntes Filatélicos

SAL YVARS EN EL COLECCIONISMO

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

El mundo del coleccionismo es un pozo sin fondo. No hay límites que determinen que se debe coleccionar o no, ni patrones que determinen porque nos atrae algo tanto que nos lleva a recopilar, estudiar, atesorar, ordenar y disfrutar de aquello que llamamos colección. La excusa puede ser cualquiera para ponerse a ello, involucrarse en un proyecto que nos llevará a conocer más y mejor aquello que tenemos entre manos.

Uno puede encontrar coleccionistas de todo, o especializados en algo. Pero todos tienen algo en común. Esa atracción por algo que nos atrae sin un motivo aparente, o por todo lo contario, por una razón de peso. Y esa razón puede ser cualquiera. Nos puede gustar un tipo de coleccionismo de los arraigados en la sociedad, o simplemente podemos iniciarnos en un coleccionismo muy personalizado. Y el ejemplo de hoy puede valernos para cualquier otra situación, en la que la pasión por un pueblo te haga guardar, recoger, atesorar e investigar todo aquello que tenga relación directa o no con esa población que llevas dentro de tu cuerpo, en el corazón.


Sal Yvars podría decirse que reúne todas las condiciones para ser parte de esa colección que todos ansiamos llegar a hacer. Una colección que reúna miles de objetos relacionados con Benissa. Y lo es, porque este estadounidense, tiene una vinculación muy directa con Benissa. De ello lo sabemos porque el investigador Juli Esteve, en su libro “L´emigració valenciana als Estats Units i el Canada: el somni americá contra el caciquisme i la fil.loxera”, nos habla de este deportista americano de la década de los años 40 y 50 del siglo pasado, de orígenes benisseros cuando sus padres huyendo de una situación como la que vivió la comarca a finales del XIX y principios del XX, decidieron probar fortuna en América.

Y Canfali Marina Alta, se adentró en la vida de este jugador de beisbol profesional, contándonos aspectos de su vida y su carrera deportiva, y de su vinculación con los descendientes que todavía quedan en la comarca. Salvador Anthony Yvars (1924-2008), como fue bautizado, fue un destacado receptor de beisbol de la liga norteamericana (Major League Baseball), que jugó en los equipos de New York Gigants, y en los St. Louis Cardinals. Y todos conocemos la pasión que por este deporte sienten muchos ciudadanos, americanos ó no. Es por tanto que a través del Beisbol, este descendiente de benisseros, ha entrado en el vistoso grupo del coleccionismo.



¿Quién no ha coleccionado de pequeño cromos de sus deportistas más apreciados? Posiblemente no de beisbol, pero sí de otros deportes. El cromo siempre es y será, ese coleccionismo que puedes iniciar de pequeño y no abandonarlo, ni entrado ya en años. Sal Yvars no se libró de ello. Su fama le hizo ser motivo de muchos cromos que hoy son verdaderas reliquias para el experimentado coleccionista de este deporte.

A veces pecamos de desconocimiento. Gracias a Juli y a Canfali, hemos sabido más sobre este personaje que ahora ya queremos incluir en la colección que sobre Benissa llevamos tiempo recopilando. Ahora cuando lanzamos una búsqueda sobre este deportista enfocado al ámbito del coleccionismo, nos damos cuenta que lo teníamos muy cerca y no sabíamos de su cercanía. En cualquier portal de venta de material para coleccionistas, encontramos que sus cromos son muy codiciados, con precios asequibles algunos y astronómicos otros. Lástima no disponer de un buen catálogo americano de cromos de beisbol para comparar los que Sal Yvars aparece.

Pero si dejamos de lado los cromos y nos centramos en otros objetos que los fans de este deporte atesoran, encontramos que existen algunas de la pelotas de beisbol que Sal firmó, tal vez a algún fan de su época, pelota que con el tiempo ha ido pasando de mano en mano, como suele pasar con las colecciones cuando quién las inicia deja de continuarlas. Pelota de beisbol que precisa en ocasiones de autenticidad para que empresas especializadas nos certifiquen que la firma estampada en ella es la auténtica, firma que un deportista con raíces benisseras, que si bien su familia al emigrar a Estados Unidos no lograría aquellos sueños que tenían, él pudo nacer en una tierra que lo acogió como uno de ellos que fue, y que practicó un deporte que mueve masas enormes, y muchísimos fans dispuestos a todo por algo de sus ídolos.


Tal vez si Sal Yvars hubiese nacido en Benissa, o cualquiera de las poblaciones de la Comarca, el Beisbol le hubiera sido desconocido. Puede que se hubiera decantado por otros deportes, y convencido estoy que hubiera sido motivo de alguno de los cromos que futbolistas, tenistas, etc., han protagonizado.

Filatélicamente hablando Sal no ha tenido todavía la suerte de ser motivo de un sello del correo americano. No es extraño el hecho, aunque en los sellos postales de U.S.A., el beisbol de uno de los motivos más recurrentes que encuentran los filatelistas. Pero su fama tal vez no fue suficiente para ello. En la búsqueda de material filatélico sobre este “benissero”, tan solo hemos encontrado un sobre conmemorativo dedicado a la 5ª Convención Anual de Coleccionistas Deportivos, celebrada en New Jersey en agosto de 1984, y donde el sobre lleva como ilustración un dibujo de Sal con el típico traje de jugador de beisbol y su correspondiente gorra.

Esta reunión anual de Coleccionistas de “Deportes”, se celebra anualmente desde 1980 que tuvo lugar la primera en Los Ángeles, y a ella concurren tanto coleccionistas como comerciantes de cromos, sellos, autógrafos, etc. En la edición de 1984, al parecer Sal Yvars estuvo presente y firmó algunas tarjetas recuerdo que hoy en día son verdaderas joyas entre los coleccionistas de este tipo de material.

Tal vez ha llegado el momento de que en el Centenario de su nacimiento que será en el año 2024, desde la tierra que no viéndolo nacer, sí lo recuerda, se mueva ficha para que el Correo U.S.A. filatelice a este benissero jugador de la mejor liga de beisbol del mundo.

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