Apuntes
Filatélicos
EL
DENTADO DE LOS SELLOS
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Sello de 4 Cuartos de 1855 (sin dentar) con dentado "Privado" 9 1/2 de Valencia (Visto en Subastas Sevilla Mayo 2023) |
Echando la vista atrás, sabemos que los primeros sellos
en todo el mundo, tanto el primero inglés en 1840 o incluso el español de 1850,
nacieron como sellos, sin llevar esa característica que tantos quebraderos de
cabeza conlleva al filatelista: el dentado. En España los primeros sellos a los
que se les dotó de trepado o dentado, aparecen en 1865, emisión con la efigie
de la Reina Isabel II que también se encuentra sin dentar, y tiene una sencilla
explicación. En España, como bien nos decía el estudioso filatélico J. Mª Sempere, somos muy dados a improvisar, y al parecer eso es lo que el gobierno
quiso hacer con esta emisión de la que fue del todo imposible dentar los sellos
que aparecerían el primer día del año, y se optó por dentar únicamente el valor
de 4 cuartos. El resto de sellos irían apareciendo poco a poco con su
correspondiente dentado.
Los primeros sellos tenían el engorro de que para
separarlos uno a uno, o en conjunto, de las hojas matrices, era imprescindible
el uso de la tijeras, hasta que en 1847 un irlandés, Henry Archer, tuvo la
brillante idea de inventar un artilugio que perforaría los sellos para que con
mucho menos esfuerzo y sin necesidad de tijeras, la venta de los sellos
resultase más cómoda. Tal vez, Archer no supo nunca que su invento dotaría al
filatelismo de una herramienta digna de estudio, y que en ocasiones dota al
sello de características especiales e incluso un valor añadido. Desde que
aparecen los sellos dentados, el coleccionista debe observar bien que estos
“dientes” filatélicos estén en perfecto estado. De lo contrario el sello pierde
su valor o validez para como elemento coleccionable.
Sello y viñeta con dentado desplazado |
Con el tiempo, el dentado se iría estableciendo en la
fabricación de los sellos, e irían apareciendo diversos sistema de trepado de
los sellos, ocasionando un estudio que el coleccionista experto ha de conocer,
para poder diferenciar tanto los sellos como las diferentes emisiones que sobre
un mismo sellos se hace. El hecho de que estas tiradas de sellos, se hagan en
varios años, a veces da pie a que los dentados hayan cambiado.
Pero a simple vista conocer estos dentados no es tarea
fácil. En 1886, un médico y filatelista francés, Augusto Legrand, quién
firmaría sus estudios filatélicos como Dr. Magnus, idearía un sistema para
poder medir estos dentados, con un simple dispositivo al que en el argot
filatélico se le conoce como Odontómetro, que consiste en una simple lámina de
cartón, plástico, metal, etc., que lleva impresa una serie de puntos y rayas
que acercando el dentado del sello que estemos estudiando, nos dirá a que
dentado pertenece. Estas medidas universales corresponden al número de
perforaciones que hay en 2 cm., y varían en función del país emisor del sello,
e incluso como hemos dicho, de la emisión del sello. Hoy en día, la tecnología
nos ha llevado a encontrar en el mercado odontómetros electrónicos
(perfotronics) que facilitan al coleccionista la tarea de visualizar los
dientes al sello.
Este dato, la medida de los dientes de los sellos, es
tan importante, que incluso la catalogación de los sellos lleva, además de
datos como fecha de emisión, valor facial etc., el dentado correspondiente, e
incluso si la publicación es muy especializada, indicará que tipo de dentado es
(de peine, en línea, etc.).
Y la importancia de conseguir el sello perfecto, la
encontramos como curiosidad filatélica, en algunos recortes de prensa de la
época que en 1906 (Las Provincias y La Defensa), llevan en su interior un
curioso anuncio titulado “Médicos para Sellos”, en los que hablan de una nueva
profesión que ha surgido en vista del auge que la filatelia está adquiriendo, y
donde minuciosos y pacientes profesionales, se encargan de reparar cualquier
sello defectuoso, incluso faltándoles alguno de sus dientes.
Bloque de sellos Serie Básica Juan Carlos I (1987) con dentado desplazado |
Con los años, estos dentados han ido modificándose, y
las nuevas tendencias en cuanto a fabricación de sellos, hace que hayan
surgidos nuevas medidas y tipos de dentados, datos que el estudioso filatelista
ha de conocer para poder identificar los sellos de sus colecciones. Incluso, se
da la característica de que incluso en el perforado de los sellos, es fácil
encontrar errores o variedades como pueden ser los perforados desplazados, los
dobles perforados, y un sinfín de variedades que hacen de la filatelia esa
ciencia tan atractiva que hoy millones de personas cultivan en todo el mundo.
Así que, a partir de ahora, a los sellos hay que
mirarles los dientes, al estilo de los tratantes de caballos (para conocer la
edad del animal), y así saber de la salud del sello que tenemos entre manos.
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