19 agosto 2023

Apuntes Filatélicos. EL MARQUÉS DE CAMPO Y SUS BUQUES-CORREOS

Apuntes Filatélicos

LOS BUQUES CORREOS DEL MARQUES DE CAMPO

Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico

 

Portada del libro fruto de este artículo

En su día, en esta misma sección (27.08.2022), presenté una carta con una estampación hecha a bordo de uno de los buques del Marqués de Campo, buque que hacía el cometido de llevar la correspondencia, además de pasajeros y carga, entre España y las posesiones que se tenían en Ultramar, concretamente en tierras caribeñas. De paso, se dieron unas pinceladas de cómo funcionaba aquel servicio postal, a bordo de buques privados.

Pero estos barcos-correo que surcaban los mares propiedad del ilustre Marqués de Campo, no solo llegaban hasta el caribe español, sino que incluso existió una –o varias-, línea que unía España con una de sus posesiones más alejadas: Las Filipinas. Y hasta allí llegaría el correo evidentemente.

Pero es conveniente profundizar en este tema, el del transporte del correo marítimo, y para ello nos vamos a servir de una publicación fechada en 1883 titulada “Vapores-Correos del Marqués de Campo. Servicio de conducción de la correspondencia entre la península y las Islas Filipinas”. Esta publicación viene a dar a conocer los decretos y condiciones por los que el estado, a través del Ministerio de Ultramar, otorgaba a la empresa arrendataria del  servicio, la potestad de ser la conductora de la correspondencia.

Estas condiciones publicadas nos indican entre otras cosas que “…el contratista que tome a su cargo este servicio se compromete a conducir la correspondencia… (Art. 1ª)...”. Era condición imprescindible dada la importancia del correo y su transporte en la época.

La periodicidad de estos viajes marítimos, eran de 1 cada 30 días realizándose al año 12 viajes redondos, es decir partiendo de los puertos de la península (sic) hasta Manila y regreso. La partida oficial de los buques del Marqués de Campo se realizaba desde Barcelona, aunque previamente el buque había partido de Cádiz y hecho escala en Cartagena, y el recorrido que realizaba hasta Manila, tocaba los puertos de Port-Said (Canal de Suez), Garbón, Singapur y Manila, trayecto que se llevaba a cabo en 40 días, y otros 43 días de regreso a España, datos estipulados según el contrato vigente.

Esta publicación citada, tiene un capítulo expresamente detallando como ha de ser la conducción de la correspondencia y de las personas encargadas de su custodia, donde el gobierno español matiza el celo que hay que tener para que esta llegue a su destinatario en perfectas condiciones. Así se indica que, se tendrá en cuenta un mismo trato tanto para la correspondencia oficial como para aquella que sea privada, toda ella tratada sea cual sea su origen o destino. Se cita igualmente que el trato que se le dará a la correspondencia a bordo de estos buques, será la fijada por la legislación del ramo de correos.

Entre la correspondencia admitida, se citan cartas e impresos, paquetes, periódicos, libros, así como caudales y valores sin coste adicional para el estado. Es decir buques que eran muy gustosos para la piratería del momento y que por ello obligaba al armador a tener los barcos dotados de defensas contra estos hecho delictivos.

Vapor "Viñuelas" que tras adquirirlo en 1879 la naviera del Marqués de Campo, sería usado para el servicio 
marítimo entre España y Filipinas.

El proceder de cómo llegaba el correo a bordo, consistía en una entrega que se hacía desde la oficina de correos de la ciudad portuaria, siendo el propio  Capitán del barco el que se desplazaría a la misma para recoger las sacas del correo, que debería entregar a la Administración de Correo de destino, incluso a los consulados españoles en los puertos de tránsito si hubiera correspondencia para esos destinos. En el caso de la correspondencia certificada, igualmente el capitán se haría cargo en todo momento de ella, firmando tanto la recepción como la entrega.

Existía la posibilidad de que a bordo de los buques-correo, si así lo consideraba la Administración Central de Correos, viajes uno o varios funcionarios de Correos, para de esa custodiar la correspondencia, para lo que el armador del buque facilitaría viaje y alojamiento gratuito para estos funcionarios postales, en cabina de primera clase, así como habilitar un espacio seguro para el depósito de las sacas que vayan a bordo con correspondencia.

En muchas ocasiones se habla, y filatélicamente también, de que estos buques-correos, fuese el trayecto que fuese el que llevaban a cabo, solían llevar correspondencia “fuera de valija”, es decir aquella que sin pasar por la Administración de Correos y llevar en ella las tasas (sellos) correspondientes, viajaban a destino por una módica cifra que percibían, los tripulantes de a bordo. Existen ejemplos de ello, aunque la normativa era muy tajante al respecto: “…queda prohibido el transporte de toda clase de correspondencia que la que proceda de la Administración pública…”. Las penas por el incumplimiento de esta eran severas.

Para el transporte de la correspondencia entre la península y Manila, se presentaron hasta 4 propuestas de precios, siendo la del Marqués de Campo la más beneficiosa para el gobierno. Una feroz competencia entre armadores para hacerse con la línea, cuyo contrato comprendería 10 años desde su firma y que el Marqués de Campo adquirió por la cifra propuesta por él mismo de 49.500 pesetas, según consta en la documentación estudiada: “…el que suscribe se compromete a hacer el servicio de la conducción de la correspondencia (…), entendiéndose siempre por viaje redondo, es decir de ida y vuelta…”.

Hay que tener en cuenta que esta cifra es la que se le propone más ventajosa al gobierno, únicamente para la conducción de la correspondencia, dado que el tema de pasajes y mercancías era asunto que gestionaba la propia naviera adjudicataria de la línea.

Retrato del Marqués de Campo (1814-1889)

Conocer más y mejor esta línea marítima y su influencia en el correo marítimo español durante el Siglo XIX, nos ayudará a conocer parte de nuestra historia postal. Será cosa de ponernos a buscar si quedaron restos filatélicos de aquellas andaduras marítimas a bordo de los buques del Marqués de Campo. Seguramente en alguna colección especializada existen esas cartas que en su día cruzaron el ancho mar y fueron entregadas en uno u otro destino.

Queda pues mucho todavía que conocer de la Historia Postal relacionada con la Marina Alta.


No hay comentarios:

Publicar un comentario