Apuntes Filatélicos
CUATRO
SELLOS PARA UN VALOR
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Hay que reconocer que cuando nos adentramos en saber más de esta
afición llamada Filatelia, que en ciertos aspectos podemos considerarla como ciencia,
nos vamos a encontrar con detalles de cómo fueron, desde Correos, adaptando el
uso del sello a las necesidades propias de la sociedad de la época. Hoy puede
resultar más fácil, al menos sobre la práctica, entender que tarifas, o valor
facial, se aplica a cada emisión, siempre con razones justificadas por
necesidad o simple interés comercial. Pero en la 2ª mitad del siglo XIX, cuando
el sello ya estaba implantando en muchos países europeos, y comenzaba a
implantarse en España, era muy frecuente comparar las tarifas de otros países y
estudiar su rentabilidad, especialmente con Inglaterra, cuna del uso del sello
como pago previo en el envío de la correspondencia, y que tan buenos resultados
económicos mostraba su gestión postal desde la implantación del sello postal.
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2 Bloques de 4 sellos de 1/4, de las emisiones de 1872 y 1873, con la diferencia de la Corona utilizada en el diseño: la Real en 1872 y la Mural en 1873 |
Si ojeamos cualquier catálogo de sellos españoles, nos vamos a
encontrar que en 1872, con el Reinado de Amadeo I, y también en 1873 (I
República Española) y 1876 (Reinado de Alfonso XII), se puso en circulación 1
curioso sello que en realidad son 4, y que a pesar de que en los catálogos
siempre suele aparecer en su conjunto, luego en cartas es más frecuente verlo
separado de su bloque inicial. Este sello tiene su propia historia, curiosa
como tantos otros sellos emitidos en España, y se trata del “sello de ¼ de
céntimo”.
Aunque la peseta en España se implanta, como unidad monetaria, el 19
de octubre de 1868, estos de 1872 serían los primeros sellos que se emitirán ya
con la nueva moneda (1.10.1872), sustituyendo a los anteriores que todavía llevan
la anterior moneda, el escudo y sus equivalencias. Estos sellos de “cuatro
cuartos” de céntimo de peseta, que era el valor facial de los sellos, al
dividirlos en 4, nos resultaba ¼ de céntimo de peseta cada sello, aunque su
venta se debía hacer por el bloque de 4 completo por la sencilla razón de que
por entonces (1872), el límite de moneda fraccionaria que existía en España era
la de 1 céntimo de peseta. Es decir, o se compraban los 4 sellos en conjunto
que sumaban 1 cts. de Ptas., o no te deban cambio.
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Parte de una hoja completa de 50 sellos de 1 céntimo de peseta (200 de 1/4)de la emisión de 1876, ya con la Corona Real de nuevo |
Las crónicas de la época nos cuentan que en 1872, con una España
queriendo cambiar su perspectiva socio-económica y dar una sensación más
progresista frente a países más avanzados, trató no solo de equiparar las
tarifas postales a las que se mantenían en otros países, sino que se procuró
mejorarlas para bien de la ciudadanía. Se equipararon las tarifas con las que
ofrecía Inglaterra a su gente, y en lo que respecta a los “Impresos”, ya que
Inglaterra no usaba de este tipo de correspondencia, se pensó que mejor sería
aplicar una tarifa muy ventajosa para el usuario del correo.
Como “Impreso” se entendía, toda aquella correspondencia que no iba
cerrada, generada por empresas, incluso algunos envíos de periódicos, etc., y a
estos se les dotaría de una tarifa de “¼ de céntimo de peseta”, por cada 10
gramos máximo. Pero surgió un problema, y era el que confeccionar sellos
individuales de esa tarifa salía más caro que el propio facial por el que se
vendería. Había que buscarle una solución, y la encontró el oficial de Correos
D. Francisco de Semir, gran dibujante y calígrafo, ideando un sello de 1
céntimo de peseta, pero como hemos visto subdividido en 4 partes iguales, cada
una de las cuales podía usarse independientemente y con poder de franqueo para
esa nueva tarifa para impresos ideada.
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Detalle del sello de 1857 emitido en el estado alemán de Brunswick, del que parece surgió la idea para confeccionar el español |
Como hemos dicho, de este curioso sello existen 3 tiradas bien
diferenciadas, debido a los cambios sufridos en el gobierno de España entre
1872 y 1876. El diseño es análogo para las 3 emisiones, donde podemos ver según
descripción de los mismos por parte de D. Antonio Fernández Duro, “…sello
cuadrado de un céntimo de peseta, dividido en cuatro cuarteles: en el centro de
cada uno de estos un óvalo con la cifra ¼; encima, corona real…”. Y es
en esto último donde fueron cambiando las siguientes emisiones de este mismo
sello, ya que la siguiente emisión que aparece el 1 de julio de 1873 (Circular
de Gobernación del 23.06.1873), y al haberse proclamado la I República en
España el 11 de febrero de ese año, en el diseño se sustituyó la Corona Real
por la “Mural”. Finalizada la I República el 29 de diciembre de 1874, y
teniendo estos nuevos sellos validez hasta el día 30 de junio de 1874, ya no se
volvería a poner en circulación una nueva serie de estas características hasta
pasado unos años, ya con el Rey Alfonso XII en el trono español. En esta
ocasión se copió el dibujo de la emisión del año 1872, figurando de nuevo la
“Corona Real”, y puesto en circulación en la fecha del 1 de junio de 1876.
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Carta circulada a Valencia, como impreso, con el sello de 1873(Corona Mural). Mucha de esta correspondencia no era matasellada al circular como impreso y en envios masivos |
Otra de las características principales de esta emisión es la falta
de dentado en los sellos de las 3 emisiones, siendo necesario separarlos uno a
uno de las hojas con la utilización de tijeras u otro medio mecánico de la
época. Eso hace que los ejemplares que se encuentran tanto nuevos como usados o
en carta, no tengan los bordes perfectos.
Por parte de los filatelistas, para diferenciar claramente cada una de estas emisiones, tenemos que fijarnos en el color del sello. Los emitidos en 1872, se realizaron en color azul, mientras que la emisión de 1873 se hizo en color verde (aunque la característica principal del sello es la corona mural), y nuevamente en verde, se haría la emisión última de 1876. Para el filatelista más experto, estas emisiones suelen ser siempre un filón por la cantidad de variedades que del mismo se pueden encontrar, donde diferentes tipos de papel utilizados en su fabricación, así como tonalidades de color, junto a variedades en la impresión de los sellos, dan lugar a una especialización cuyo resultado siempre será digno de contemplación.
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Carta circulada de Tarrasa a Zaragoza, con sello 1/4 Coronal Mural y matasellos aplicado de Rombos. Fuente: Soler y Llach |
Un sello, que se fue adaptando a los diferentes cambios políticos,
primero monarquía, luego república para retornar finalmente de nuevo con la
monarquía, y que ayudó en parte a que el envío de cierto tipo de
correspondencia, así como periódicos, resultase más asequible a la población
española de entonces.
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