Apuntes Filatélicos
DESINFECTAR EL
CORREO
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
Un buen día sin casi
tiempo de asimilarlo, nos vimos envueltos en una situación que nos era
desconocida. Al menos desconocida por tratarse de una pandemia causada por un
virus, el Covid-19, que la ciencia aparentemente no tenía controlado. Nuestro día a día cambió radicalmente y
tuvimos que poner en práctica remedios para que esta virulenta pandemia no
fuese más dañina de lo que está siendo.
Al principio la
incertidumbre nos hizo acometer acciones como la desinfección de todo cuanto
teníamos en las manos, y aquella situación nos recordó lo que la historia nos
ha contado de tiempos pretéritos. Porque la humanidad, desde que lo es, ha
tenido que batallar contra muchas epidemias y pandemias, y en todas ellas, al
menos las vividas entre los siglos XVIII y XIX, el efecto de la desinfección,
ayudó en gran medida a controlar las descontroladas epidemias que asolaban
países enteros.
Carta con marcas de desinfección. Circulada a Barcelona.
Y el Correo no se libró
en ninguna de ellas, de esta “desinfección”. En lo referente al correo en
nuestro país, encontramos que las primeras órdenes para desinfectar el correo
se promulgan en el año 1720 en el Principado de Cataluña, donde se dice
textualmente que “…que los correos y extraordinarios que viniesen de Francia ó
Italia…que hubiera entrado o podido entrar por cercanía de Marsella, se le obligase
a hacer cuarentena…”. Se trata pues de la conocida como Gran Peste de
Marsella, provocada según los historiadores por la llegada del Buque Gran San
Antonio que atracó en el puerto francés de Marsella el día 25 de mayo de 1720,
cuyo cargamento estaba contagiado por el bacilo de Yersin. Esto dio pie a que
se expandiese rápidamente por toda Francia y resto de Europa, lo que hizo tomar
medidas ante la gravedad del asunto.
El origen, real o de
leyenda, del porque se empieza a creer en la necesidad de desinfectar la
correspondencia, la encontramos en Portugal, donde el Rey Eduardo I
(1391-1438), huyendo de la peste negra se refugió en un convento portugués,
donde recibió una carta que al parecer estaba contaminada, y que lo contagió
mortalmente. Y la primera normativa que se dicta para que se desinfecte el
correo, la encontramos en la República de Siena donde en 1463, se dictan “…medidas
precautorias sobre la salud para los correos (portadores de las cartas o
pliegos)…”.
España vio necesario
incluir la correspondencia que viajaba en esos barcos, como objeto de posible
trasmisión de virus, epidemias y pandemias, y su tratamiento llevaría implícito
métodos que no dañasen en absoluto ni la carta en sí, ni su contenido. El valor
de la correspondencia en esos tiempos, era algo de suma importancia.
Carta desinfectada contra el Cólera.
Fuente Diario de Burgos. Andrés Galarón.
A partir de estas
primeras normas que el correo español estableció, todas las siguientes
epidemias que se conocieron, tuvieron un mismo o similar control de la
correspondencia que salía o llegaba a territorio español. La peste amarilla de
1800 y 1821, o la de cólera de los años 1833 y 1839, e incluso la mal llamada Gripe Española de 1918, son claros
ejemplos de que estas situaciones tuvieron consecuencias en el tráfico de la
correspondencia. Y los filatelistas, en ocasiones, son desconocedores de estas
situaciones, donde las cartas o pliegos que circularon en esas épocas y que se
vieron afectadas por estas “cuarentenas” o controles sanitarios, fueron
tratados de una forma muy especial. Por darle la importancia y rareza que estas
piezas postales pueden llegar a tener, cabe citar que de la Gran Peste de
Marsella de 1720, tan solo son 5 las cartas desinfectas con destino España que
se conservan.
La mayoría de estas
cartas, que hoy son testigos directos de la historia, nos han llegado con unos
cortes realizados sobre el propio pliego, cortes que se realizaban para
agilizar el tratamiento y no tener que abrir la correspondencia, algo que era
inviolable por la legislación vigente, la inmensa mayoría de estas cartas con
marcas de vinagre que se vertía sobre el papel a modo de desinfectante. Hoy son
muchos los productos que han salido para desinfectar contra el Covid-19, pero a
finales del XVIII y principios del XIX, un producto tan casero como el vinagre
servía para ello. También se usaron en contadas ocasiones, productos como
sulfuros, etc.
El tratamiento de esta
correspondencia que se desinfectaba, solía tratarse en los mismo lugares en los
que lo hacían los pasajeros que iban a bordo de los barcos que debían pasar la
cuarentena, y estos lugares eran los Lazaretos, lo que dio lugar a una serie de
estampaciones en algunas ocasiones que al historiador postal le ha dado pie,
décadas después, a poder estudiar este tipo de correspondencia.
Las cartas y pliegos de
los Siglos XVIII al XX (principios) que llevan estas marcas o mutilaciones que
nos muestran que fueron desinfectadas, son verdaderas joyas de la filatelia,
que el coleccionista avanzado busca y estudia. En algunas de estas epidemias,
las cartas que ha llegado a manos de coleccionistas, en ocasiones son muy
escasas y se convierten en verdaderas joyas filatélicas. Y el estudio de las
mismas, de las marcas e inscripciones manuscritas que llevan, junto a una buena
documentación y estudio del trayecto recorrido, y la epidemia que la afectó, da
como resultado un legado histórico sin precedentes.
De nuestra comarca no
han trascendido ejemplos de cartas que sufrieran cualquiera de las
desinfecciones descritas, si bien si hemos cotejado algunas piezas en manos de
coleccionistas circuladas desde Valencia, Alicante, Alcoy o Cocentaina.
Con el Covid-19, estas
desinfecciones en la correspondencia, se ha vuelto a ver. Tal vez no en la
medida que se hizo siglos antes, pero al “bicho” hay que controlarlo por todos
los medios posibles.
Fuentes consultadas:
·
De la Gran
Peste de Marsella al Covid-19. Notas sobre el correo desinfectado en España.
Esteve Doménech i Baño y Juan Antonio Llácer Gracia. Editado por
FESOFI-CORREOS.
· http://www.filateliadigital.com/origen-del-correo-desinfectado-en-espana/
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