10 junio 2021

COMPARTIR VIAJE EN EL SIGLO XIX A TRAVÉS DEL CORREO.

 

LA POSTA: EL BLABLACAR DE LA ÉPOCA


Por José Ivars Ivars /Divulgador e Investigador Filatélico

 

¿Quién no ha oído hablar hoy en día de la red social “BlaBlaCar”, que une a conductores y pasajeros en una especie de colaboración para compartir vehículo en un desplazamiento o viaje? Algo que ha cambiado la forma de desplazarnos sin duda alguna, y en la que la forma de contactar entre ambas partes, suelen ser las redes sociales. Pero esto que en pleno Siglo XXI es algo habitual y establecido, no es para novedoso. Ya en el Siglo XIX existía un tipo de “BlaBlaCar”, pero muy diferente: La Posta.

Diligencia para la correspondencia a mediados del Siglo XIX: Un “BlaBlaCar” de época


Viajar en la Posta durante el Siglo XIX, fue una de las más cómodas y rápidas formas de transporte con que contaron los ciudadanos españoles de aquella época, en la que pasajeros y cartas compartían trayecto por aquellos polvorientos caminos que componían los Itinerarios de Postas.

Era habitual que el mismo carruaje que transportaría la correspondencia, llevase a su vez pasajeros de una ciudad a otra, y la prensa de la época nos describe un caso de ese “BlaBlaCar” de principios del Siglo XIX. Concretamente el Diario Mercantil de Cádiz de fecha 22 de abril de 1819 lleva inserto un breve anuncio en la que se puede leer “…Un sugeto que necesita pasar a Madrid en silla de posta desea encontrar un compañero a partir gastos…”. Si los usuarios actuales de este sistema de movilidad, se comunican a través de grupos de redes sociales, en la época se sirvieron de la prensa para dar a conocer sus intenciones de “compartir” viaje, y evidentemente gastos para hacer más económico un trayecto entre Cádiz y Madrid, como es el caso, que no debió resultar nada económico. Las posibles personas interesadas, debían dar respuesta directamente en la vivienda del anunciante que en este caso era la de la Calle del Ángel Nº 194, primer piso.

Anuncio publicado en el periódico Diario Mercantil de Cádiz de fecha 22 de abril de 1819 donde se ofrece compartir “Viaje en La Posta”, entre Cádiz y Madrid


Y no se trata de un anuncio puntual puesto que cotejando este mismo periódico gaditano, encontramos numerosos de estos anuncios, redactados casi todos de una misma forma, breve y concisa, donde en todos se busca ese compañero de viaje que hiciese el trayecto más ameno y llevadero.

Hoy quién opta por viajar en “BlaBlaCar”, casi busca vehículo para hacerlo de inmediato. A principios del Siglo XIX, aquellos anunciantes programaban sus viajes con mucha antelación, tanta que incluso el anuncio no llevaba fecha de partida, sino que seguramente lo haría al encontrar acompañante. Otros casos sí que le ponen fecha al desplazamiento, e incluso con un margen de varios días para así poder facilitar que haya más gente interesada en la propuesta.


Relación de la distancia existente a finales del Siglo XVIII y principios del XIX entre Madrid y Cádiz. (Fuente: Carmen Rodríguez González. “Los Viajes a la Ligera”)


A principios del Siglo XIX, viajar no debió ser algo habitual, y mucho menos entre Cádiz y Madrid. La mayoría serían desplazamientos cortos que hacían a pie. Quién tenía posibles usaría el caballo, y para grandes trayectos se recurría a los carruajes, siendo el “calesín” el modelo más habitual para desplazamientos más bien cortos, aunque con toda seguridad la Diligencia, por su mayor capacidad de usuarios, sería el coche elegido en el trayecto Cádiz-Madrid. Y por norma establecida, estos vehículos de tracción animal que servían para el transporte de la correspondencia, y a su vez de pasajeros, realizaban el trayecto a la razón de “30 leguas diarias” (unos 170 km.). En 1803 entre Cádiz y Madrid había alrededor de 111 leguas, con 43 paradas de posta, recorrido que de cumplirse lo establecido se realizaba en 3 días y medio aproximadamente.

El uso de este tipo de transporte postal, estaba sujeto por parte de los usuarios a una serie de requisitos legales y formalidades que no hacía nada fácil el “Viajar en la Posta”. El viajero debía obtener previamente el correspondiente permiso o pasaporte en el que constasen detalles del mismo como nombre y domicilio, y lo mismo en caso de que algún criado viajase con ellos. Una vez aportada dicha información, se les entregaba a los viajeros su correspondiente “guía” ó “parte”.

Detalle del anuncio publicado en el Diario Mercantil de Cádiz (03.01.1818) para un viaje en “Silla de Posta”, detallando los días en los que sería posible viajar


Viajar siempre ha sido una necesidad del ser humano, en la época que fuese. Y el abaratar los costes de esta necesidad humana es algo que como vemos no solo se lleva a cabo actualmente. También con La Posta se compartía el vehículo.

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