Lo que la prensa nos contó… (62)
UNA
DE CAL Y OTRA DE ARENA
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHp
©Ifac Filatélico
En la vida nos vamos a encontrar siempre con “…una de cal y otra de arena…”, expresión muy coloquial que viene a
decirnos aquello de que a veces se nos junta lo bueno y lo malo, lo positivo
con lo negativo. Y aunque la expresión provenga de cuando no existía el cemento
como tal, y el mortero para la construcción se conseguía a base de esa mezcla
de cal y arena, hoy para lo que la prensa de la época nos contó, nos viene muy
acorde.
Artículo publicado en El Cronista de Correos 776 de fecha 08.03.1915
En muchas ocasiones, revisando alguna que otra caja con cartas
antiguas, siempre nos suelen llamar la atención aquellas que por varias
razones, van repletas de matasellos y marcas, tanto del origen como del destino
de la carta ó misiva, e incluso del tránsito en su transporte. Me viene a la
mente, la colección del gran amigo y también académico, D. Xavier Andreu i
Bartolí, que bajo el título de “Cartas complicadas”, muestra unas cuantas de
estas cartas que para llegar a su destino, tuvieron que recorrer medio mundo.
"Fragmento" de la noticia publicada por El Cronista de Correos del 15.94.1928 |
Él dice que lo racional, lo normal hubiera sido que llegada la carta
a Valencia, y comprobado que la dirección no era correcta, la carta hubiera
debido regresar a su origen. ¡Pero no fue así!. En Valencia se pensó que tal
vez se trataba de Barcelona, y allí que la encaminaron. Pero tampoco allí
dieron con el destinatario, y nuevamente el cartero de turno, en un ejemplo
claro de profesionalidad, tal vez de excesiva profesionalidad, y para no
devolver la carta, creyó que igual era Madrid el destino original que el
remitente quiso poner en la misiva. Efectivamente, Madrid era el destino, y la
carta llegó, recibiendo el remitente un escrito del destinatario con copia de
la carta recibida, lógicamente bastante tiempo después de lo que hubiera sido
normal.
¡Menos mal que con 3 intentos, dieron con la ciudad acertada!
La siguiente noticia es de 1882, pero publicada en 1928 y también en
El Cronista de Correos (Nª1289 – 15
abril), y esta vez parece que la viajera carta no tuvo la misma suerte. Nos
cuenta la revista postal que en la ciudad inglesas de Newcastle, precisamente
en su “Casa-Correo”, se ha encontrado una grieta en una de sus buzones, una
carta que el cartero de entonces, ó no vio, o se despistó en recogerla para
enviarla. Y prosigue la noticia contando que,
la carta para conocer la fecha exacta de su nacimiento o de cuando se
echó en el buzón, ha tenido que ser abierta, o de lo contrario difícilmente se
podría saber que era, como hemos dicho, de 1882.
Una de la hojas de la colección de D. Xavier Andreu Bartolí
La carta, una vez abierta, debió de ir a parar a la basura,
papelera, o simplemente no entregada a su destinatario. La noticia apunta que
se desconocen tantos detalles de aquella carta no entregada, como el no saber
de qué tipo de carta se trataba, la razón exacta de porqué se quedó en aquella
grieta de aquel buzón de finales del Siglo XIX, seguramente de los primeros que
se instalaron en la ciudad, y que la falta de costumbre tal vez fue el
detonante. Fuese lo que fuese, 46 años después, cuando se dio con esta carta,
nada ya se pudo hacer por ella, sobre todo una vez abierta e inviolada su
secreto: su contenido.
Son 2 casos opuestos, diferentes. Una de “Cal” y otra de “Arena”…en
aquello de la entrega del correo. Y no dejéis de contemplar la colección citada
del amigo Xavier Andreu Bartolí, que no os dejará indiferentes.
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