“LA NIÑEZ”
LA PRIMERA
PUBLICACIÓN FILATÉLICA DEDICADA A LOS NIÑOS
(Artículo publicado en la Revista "El Eco Filatélico y Numismático". Nº 1324. Enero 2023)
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
Uno nunca sabe si creer en las casualidades, o si
pensar que existen por alguna razón, pero cuando vives intensamente un fin de
semana de actividad filatélica centrada en dar a conocer a los jóvenes esta
pasión filatélica que sentimos los que la vivimos intensamente, y tras ello cae
en mis manos un ejemplar de una revista de época de la que nunca había oído hablar,
y observas fascinado, que ya en 1879 hubo quién tuvo la brillante idea de
hablarles de sellos a los niños, uno se alegra enormemente de hacer lo que
estamos haciendo por darle un futuro al coleccionismo de sellos.
No estamos ante una publicación, en forma de revista,
dedicada única y exclusivamente a hablar de coleccionismo de sellos. En 1879,
el filatelismo en España estaba en pañales todavía. Empezaba a despegar con el
deseo de acercarse a sus homólogos europeos que ya llevaban cierta delantera en esto de la Filatelia. Según
nos contó en su momento el ilustre D.
José Mª Sempere (1), las
primeras citas filatélicas que aparecen en la prensa española, no nos trataban
de la mejor forma posible. Algunas de estas publicaciones ponían en duda si
quienes empezaban a recoger aquellos primeros sellos, tenían algún tipo de
“manía” ó “chifladura”.
Según el propio Sempere, será a partir de 1890 cuando
España experimenta un cambio positivo para que la filatelia alcance un
desarrollo más rápido, y esto fue debido a la aparición de las primeras
sociedades filatélicas, e incluso de la publicación de los primeros catálogos y
revistas que se consolidarían como referencias literarias para aquellos
pioneros de la filatelia española. Las primeras revistas filatélicas españolas
de las que se tiene constancia, aparecen en 1870 y 1871 (2). Todas ellas dirigidas a un filatelista adulto, que empezó a
ver el coleccionismo de sellos como lo que fue, es y será: Cultura por todas
partes.
Detalle del inicio del artículo titulado “Viaje de Placer sobre un álbum de sellos de Correos”, posiblemente la primera publicación editada y publicada en España dedicada a los jóvenes futuros filatelistas. Madrid 1879
El haber encontrado esta publicación, motivo de estas
líneas, que se titulaba La Niñez. Revista de Educación y Recreo,
reorganiza de alguna forma el concepto que uno tenía de la filatelia de finales
del Siglo XIX, puesto que esta revista que se editó en Madrid entre 1879 y
1882, también habló de filatelia, de sellos, de álbumes y de la importancia
cultural de este “nuevo” pasatiempos surgido años antes. Y lo mejor de todo
ello, es que los artículos que sobre sellos se publicaron en varias de estas
revistas, iban destinados a los niños, a esos jóvenes que con “La Niñez” cabe
que empezaran a conocer lo que era el coleccionismo de sellos, y todo ello a
finales de la década de los 70 del Siglo XIX. ¿Tal vez estemos ante la primera
publicación filatélica, o con contenido filatélico, dedicado a la juventud
española? Seguramente sí, y por ello se debería tener en cuenta de cara a
reescribir la historia filatélica española.
“La Niñez” fue una revista fundada y dirigida por el
periodista D. Manuel Ossorio y Bernard (3),
que en su primer número (enero de 1879) la define como alternativa a la árida
lectura al libro didáctico, mediante una enseñanza más amena (…) e ilustrada
con dibujos xilográficos. La revista se publicaba 3 veces al mes en cuadernos
de 16 hojas, vendiéndose en diversos puntos de Madrid, e incluso provincias, y
también remitiéndose a puntos de Europa y Ultramar, según anunciaba la propia
revista.
En la revista nº 5 (Tomo I) de febrero de 1879,
encontramos un artículo o relato titulado “Viaje de Placer. Sobre un álbum de sellos
de Correos”, relato que tiene dos protagonista, el propio narrador y
Arturo, que parece ser es un niño al que le apasiona coleccionar cosas y que su
desparpajo e impertinencia, hace que pidiendo, consiga casi de todo. El
narrador se sorprende por todo aquello que atesora en forma de colección, y se
asombra de verlo llegar con un gran libro del que Arturo le cuenta que se trata
de su álbum de cajas de fósforos, y tras mostrarle la belleza de ellas, el
narrador (seguramente un filatelista consumado), le expone que su colección es
bella pero…”…es necesario que dediques tu tiempo a otra cosa tu afán
coleccionador…”. Entonces salta la sorpresa para un servidor. Arturo
dice que también colecciona sellos. Lo expresa como quién no quiera la cosa
diciendo que “…también reúno sellos, pero papá no quiere darme dinero para comprar
ejemplares diciéndome que eso no sirve de nada…”. Una vez más
comprobamos la idea que se tenía en la época sobre el reunir sellos de correos, la idea de estar perdiendo el tiempo.
Este artículo se público durante meses en la revista La Niñez, en forma de entregas, y fue dando a conocer aspectos del coleccionismo de sellos, según los conocimientos de la época
El narrador en una exclamación lógica deja ver que hay
que hacerle cambiar al padre de Arturo el concepto que actualmente tiene y para
ello le pone como ejemplo que si la numismática es una ciencia formalmente
reconocida y estudiada, “…la filatelia no se queda muy atrás en lo
de ser una instrucción…”. Sorprende incluso el hecho de que esta
publicación de 1879, ya emplease el término “Filatelia”, en una época en la que
no era muy habitual (4), aunque en
varias partes del relato, el término utilizado es timbro-filia ó timbrología.
Tanto el narrador como Arturo se enfrascan en una conversación interesante con
el objetivo único de convencer al padre de este, de que los sellos son cultura.
Este relato prosigue en números de la revista
posteriores (5), en forma de
entregas. Así tenemos que en la 2ª parte hablan entre ellos de la importancia
de la filatelia, donde ambos hablan de la historia reciente y de la que a
través de los sellos se puede conocer. Incluso, el narrador le hace una confesión
a Arturo al hablarle de “Sociedades de Timbrología”, diciéndole que él es “...socio
fundador de la de Paris y corresponsal de la National filatélica de
Nueva-York…”, prometiéndole que en futuros días le mostrará los
boletines que estas sociedades filatélicas editan, donde Arturo se va a
sorprender de ver que la filatelia es un gran mundo desconocido para él, donde
incluso… ¡Se editan periódicos!
Con la 3ª entrega, este narrador que al final vamos
comprendiendo es una reputado y veterano filatelista francés, le hablará a
Arturo de la historia del sello, de los antiguos correos, del nacimiento del
sello, de Rowland Hill (6) y su
reforma, e incluso nos cuenta una “nueva” versión de la leyenda del nacimiento
del sello (de la que ya hablaremos en otra ocasión). Incluso le habla de que en
España hay sellos desde 1850, pero que en Filipinas dos años antes ya tuvieron
idea de implantar este sistema de previo pago en el envío de correspondencia,
pero que no se estableció por no aprobarlo la metrópoli.
Tras estas 3 partes en las que nuestros dos
protagonistas hacen un viaje “De Placer” a través de los sellos, se adentran en
sucesivas publicaciones (de las que no he encontrado los originales), en viajar
a través de los sellos por diferentes países del mundo.
Y todo este relato en forma de artículos, los firma un
tal E.
Thuillier, apellido que aunque filatélicamente no nos suene mucho, la
búsqueda de información al respecto, nos lleva a ver que fue un apellido muy
común en la época, especialmente en tierras andaluzas, donde una primera
hipótesis nos situaba al redactor de tan especial artículo, en la ciudad de
Málaga, donde un ingeniero de minas de origen francés y apellidado Thuillier,
irrumpe en la sociedad malagueña de la época. La ayuda siempre estimada del filatelista
D. José F. Suarez Honrubia (7), al
que hemos consultado como gran experto de la filatelia malagueña que es, nos
dio como resultado que quién pensábamos sería autor de estos artículos, no lo
fue.
Fotografía de D. Manuel Ossorio y Bernard. Director de la Revista La Niñez
Prosiguiendo con la búsqueda de nuevos datos, esta vez
leyendo otras revistas de la época, de mediados del Siglo XIX, del estilo de “La
Niñez”, hayamos otra bajo el nombre de “Los
Niños. Revista de Educación y Recreo” (1870-1876), revista de un trazo muy
similar a “La Niñez”, y análogo título, y donde el director de esta última,
participó activamente en ella, y donde además encontramos ya en 1870 (Tomo II.
Pág. 260-271), un artículo firmador por Eduardo Thuillier, que lo sitúa en
el Puerto de Santa María (así lo hace constar al firmar), y que será sin duda
alguna nuestro protagonista de hoy.
El apellido Thuillier en el Puerto de Santa María, está
asociado ya desde el Siglo XIX, al comercio de vinos. Esta familia de origen
anglo-francés, inicia su estirpe con el padre de este, George Thuillier Burrow,
llegado a tierras porteñas desde Exeter (Inglaterra) a mediados del Siglo XIX.
Tendría 6 descendientes, de los cuales uno de ellos sería quién en un futuro se
convertiría en profesor y director de su propia institución de enseñanza
llamada “Colegio Portuense”.
Que nuestro personaje ejerciese la docencia, explicaría
con creces su forma de escribir para los
niños y sus textos tan amenos y explicativos que encontramos en el artículo por
entregas “Viaje de Placer”. Si además, como bien dice el mismo en sus relatos,
fue filatelista (este dato sigue sin poderse cotejar y confirmar), más se
entiende que aprovechase su “don” comunicador para hacer llegar a los pequeños
lectores de “La Niñez”, acerca de su pasión filatélica. Es decir, sin pensarlo
tal vez, el tal E. Thuillier se convirtió en el primer monitor filatélico
español.
La España de la 2ª mitad del Siglo XIX, fue una España
en la que la filatelia, que por entonces ya empieza a llamarse así, fue
consolidándose lentamente, y donde con toda seguridad ni fue un coleccionismo
aceptados por todos, ni mucha gente debió tener los medios para ir adquiriendo
y guardando los sellos que iban viendo la luz, ya no solo los de impronta española,
sino también los que en el resto del mundo iban poco a poco haciéndose. Es
lógico pues que no encontremos muchas referencias de la época, que nos indiquen
que el coleccionismo de sellos también fue un asunto de “críos”, y reacciones
imaginarias como la del papá de Arturo, negándose a adquirir sellos más allá de
los necesarios para el franqueo de la correspondencia, debieron ser de lo más
habituales.
Detalle de la firma que plasma Eduardo Thuillier en su primer artículo, “La Luna”, publicado por la revista “Los Niños”, y donde añade además su ciudad de residencia, El Puerto de Santa María
Esto haría mucho más interesante esta publicación, “Un
viaje de Placer”, por tratar de acercar un mundo nuevo y desconocido por
entonces, el de los sellos y su coleccionismo a los más pequeños, además con
una visión filatélica, y con razonamientos muy convincentes de porque debía
un/a joven de aquellos años, priorizar entre sus colecciones, la de sellos. En realidad
coleccionar es algo innato en el ser humano y especialmente en la más tierna
infancia.
En definitiva se trata de una publicación que habla de
sellos, de filatelia, de coleccionismo, y que, como todo el contenido de “La
Niñez”, iba destinado a ser un periódico para niños, una revista que les
hablase de forma entendible de cultura en general y de temas muy particulares,
como es el caso que nos ocupa. Al fin y al cabo, una publicación que en los
manuales filatélicos consultados no consta como tal, y que podríamos y
deberíamos (salvo error u omisión) considerarla como la más antigua publicación
filatélica dedicada a la juventud que se publicó en España. Estamos hablando de
1879 cuando la filatelia española, podemos decir que empezaba. Va siendo hora
ya de reescribir la historia de este apasionante coleccionismo que como muy
bien titulaba Eduardo Thuillier…ES UN VIAJE DE PLACER.
Notas:
1.
José Mª Sempere. “La Filatelia de hace un
siglo en la prensa diaria” (I y II). Filatelia Digital. Diciembre 2016 y Abril
2017.
2.
En julio 1870, editada en Madrid, sale a la
venta la revista “El indicador de los Sellos”, de la que se hizo solamente un
único número, y entre febrero y marzo de 1871 se edita también en Madrid la
revista “El Coleccionista de Sellos”, de la que el aficionado filatélicos solo
pudo leer 4 números.
3.
Manuel Ossorio y Bernard nació en Algeciras
en 1839. Compaginó su trabajo como funcionario con su pasión por la literatura
y el periodismo. Era asiduo columnista de todos los periódicos madrileños de la
época, ciudad a la que llegó con 12 años de edad y donde fallecería en
septiembre de 1904.
4.
El término “Filatelia” lo adapta la Real
Academia de la Lengua y lo incorpora a su diccionario en 1922. Ni tan siquiera
las primeras revistas ni las primeras sociedades usaron el término
“filatélica-o”.
5.
Además de la revista ya citada, la 2ª parte
se publica en el Nº 8, tomo I, en marzo de 1879, y una 3ª parte la encontramos
en el Nº 11, tomo I, publicado en abril de 1879. Hay constancia de que sean
alguno más de los que no he podido encontrar los originales.
6.
El autor lo escribe como “Rouland Heill”.
7.
José Francisco Suarez Honrubia, es un
malagueño historiador postal y estudioso de la filatelia malagueña desde sus
orígenes, sin el cual, esta investigación que hoy plasmo aquí, no hubiera
podido tener lugar.
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