12 marzo 2023

Lo que la Prensa nos contó (Nº 21). SINGULARES BUZONES EN ESTAFETAS IMPROVISADAS

 

Lo que la prensa nos contó… (21)

BUZONES Y ESTAFETAS EN TIERRAS    REMOTAS

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

Es habitual, en cualquier publicación actual, que al tratar asuntos relacionados con el correo y su historia, el autor introduzca algún que otro capítulo o texto haciendo referencia a eso que tanto nos agrada como puedan ser las curiosidades, que en este mundo postal y a lo largo de la historia, han sido muchas las habidas. Lo curioso, extravagante, raro o poco usual, siempre atrae al lector.

Eso mismo debió pasarles a los lectores de la prensa de finales del Siglo XIX, a tenor de lo visto en sus hojas y que, incluso hoy, ha despertado mi curiosidad. De “Buzones” y “Estafetas”, en tierras remotas, había leído algo, pero en esta ocasión, lo aparecido en prensa, en aquella prensa que tanto nos cuenta, nos da detalles fantásticos de un buzón en medio del océano, y de una oficina postal muy peculiar.

Nos situamos frente al periódico, en esta ocasión El Menorquín de fecha 18 de julio de 1867, el cual describe a sus lectores la que considera “Noticia curiosa”, y que no es otra que la descripción de una estafeta situada en medio del Estrecho de Magallanes, y que según el rotativo mahonés, se trata de “…un poste situado sobre la misma roca, en el cual se lee la palabra Correo, al pie hay, suspendido por medio de una cadena de hierro, un barril cuya tapa, que es de visagra, se abre fácilmente…”. Y resulta ser que ese barril descrito es un buzón, tal vez el buzón de correos más singular del mundo (en aquella época).

Lo bueno de la noticia, de la curiosa noticia según el periódico, es que te da una detallada explicación de su funcionamiento: cada buque que llega a ese punto, se acercaba en bote hacía donde estaba el peculiar buzón de correo, y depositaba en el las cartas que fuese en dirección contraria al destino del buque, y recogían aquellas cartas que llevasen la dirección que el barco llevase. Con ello, y sin otra intervención que la de los propios marinos, convertidos esporádicamente en carteros, se establecía un eficaz sistema postal entre ambas partes del mundo. Y tengamos en cuenta la seriedad de este sistema, por el cual la correspondencia entregada o depositada, jamás sería nunca abierta hasta llegar a su destino.

Lo curioso de estas noticias, vista desde la perspectiva de hoy, es que si lo dictado anteriormente que fue publicado en julio de 1867, nos lo encontramos en otro periódico, El Constitucional, pero publicado 14 años después. La noticia reaparece curiosamente en un ejemplar de este periódico de fecha 9 de agosto de 1881. Seguramente ambos periodistas sacaron la información de alguna publicación de la época que hablase del correo marítimo, y a ambos les hizo gracia esta remota y alejada estafeta postal con tan singular buzón en forma de barril.

De buzones curiosos, antiguos y singulares, tenemos mucho que contar. Seguiremos buceando entre las hojas amarillentas de aquellos periódicos que de forma espontáneas contaron las cosas, sin saber que cien años después, alguien volvería a sacarles partido a aquella información tan valiosa.

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