Lo que la prensa nos contó… (22)
SELLOS
A KILOS
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
¿Habéis comprado alguna vez sellos en cantidad, de esos
que se suelen ofrecer por kilos, o al menos eso dicen los anuncios que los ofrecen?
No hace mucho, en mi querida Benissa, recibimos un gesto voluntarioso muy de
agradecer, y por parte de un par de coleccionistas, socios ambos y muy
participativos en todo lo que se hace al respecto de la filatelia. Se trataba
de varios paquetes con varios miles de sellos, limpios o por limpiar, que solo
el mero hecho de verlos ya engrandece las pupilas incluso de quién no los va ni
a poder tocar, entre otras cosas porque están únicamente destinados a los más
jóvenes, para que con ellos enriquezcan sus colecciones y aprendan su manejo.
Y esos sellos “a kilos”, me hizo recordar un artículo
que en su momento pude leer, sacado de la hemeroteca que uno guarda con
aquellas noticias que, cuanto menos son de lo más curiosas. El periódico
madrileño La Correspondencia de España, del 1 de diciembre de 1896, nos habla de un clérigo de la región
alemana de Würtemberg, que por el titular de la noticia, afirmamos que fue
coleccionista de sellos. Se trata de un artículo donde más que darnos detalles
de cómo fue aquel coleccionismo filatélico de finales de Siglo XIX, ven más
curioso para el lector dar cifras y cantidades. Si, aquello de sellos a kilos.
El suscitado cura, según el rotativo, llegó a conseguir
en 18 años de intensa actividad filatélica, la nada despreciable cantidad de 13.900 kilogramos de sellos matados. Lo
de “sello matado” es una expresión habitual por la época para indicar que el
sello es usado y lleva su correspondiente matasellos ó parte de él. Pero la
clase de matemáticas filatélica prosigue con el artículo, y el redactor llega a
afirmar que “…suponiendo que cada 13
sellos pesan 1 gramo (…) en los 13.900 kg., de sellos, habría unos 50.700.000
sellos…”. No quiero ni ponerme a pensar en lo que debió ser toda aquella
montaña de sellos de correos, y la de cosas que con ellos se podría haber
hecho.
No deja de ser un artículo curioso, que al lector le
debió parecer tal vez una locura o como se nos solía llamar por entonces, una
“chifladura filatélica”. Lo bueno de todas estas cifras es el carácter benéfico
que de esos sellos hizo el Sr. Párroco alemán, que vendió los casi 14 kg., de
sellos por la importante cantidad de 25.000 francos (de la época), cantidad que
destinó a obras de beneficencia. El sello salió a 0,00050 céntimos de franco
cada uno. Este dato también lo aporta el redactor. Ya puestos, no nos iba a
dejar a media con las cantidades.
Ahora ya sabemos que a finales del Siglo XIX, los
sellos a kilos, o a millones, eran noticia, viniesen de donde viesen, y su
venta siempre una preciosa causa para ayudar al prójimo.
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