Apuntes Filatélicos
EL “SINSENTIDO” DEL SELLO DE ONDARA
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Este tema, el de lucrarse a costa del coleccionista, es un tema que
viene desde los propios inicios de la filatelia, casi con el nacimiento del
sello postal, y nos daría para muchas líneas exponerlo todo. Pero hay casos que
son de fácil entendimiento ya que se aplica aquello de que “…una imagen vale
más que mil palabras…”.
Nos encontramos en pleno periodo de la Guerra Civil Española, esa
guerra sin sentido que enfrentó a vecinos contra vecinos, a veces hermanos
contra hermanos, en definitiva españoles contra españoles; una guerra que a
unos benefició y a otros los catapultó a la ruina total e incluso a la muerte.
Se suele decir que antes de la guerra del 36, la filatelia en España estaba
estancada o en retroceso, y que durante la Guerra Civil, el coleccionismo de
sellos en España, aumento considerablemente y con ello también el número de
negocios de compra-venta de sellos. Es algo inexplicable, pero así lo afirman
los entendidos en la materia. ¿La razón?
La razón solo puede ser una: la gran cantidad de sellos,
pseudo-sellos, viñetas, y otros inventos que tanto un bando como el otro,
pusieron en circulación – ó más bien en manos del coleccionista -. Las
circunstancias propias de un periodo y un país sumido en la guerra, dio lugar a
todo un cambio de la rutina postal que hasta entonces se disfrutaba. Se crearon
nuevas normas para el correo, se censuraba la correspondencia, se modificaban
el valor de los sellos en uso con Sobreportes o sobrecargas, y especialmente se
pusieron en circulación una cantidad ingente de emisiones, de los llamados
“Sellos Locales”, algunos de los cuales si se usaron correctamente en la
correspondencia, pero otros fueron simplemente meros objetos realizados ex
profeso, con la única finalidad de sacar al filatelista de entonces – y del de
ahora -, los “cuartos” que en ocasiones, no tendría.
Uno de esos miles de sellos locales que no se les conoce usado en
carta alguna, lo tenemos muy cerca; concretamente en Ondara. En la comarca,
fueron algunas las poblaciones que pusieron en circulación sellos locales, en
la mayoría de los casos a beneficio de algo o alguien; sellos que podemos
catalogar como “benéficos”, y que en otras ocasiones fueron simplemente una
herramienta de propaganda política. Poblaciones como Benissa, Pedreguer,
Vergel, Dénia, Teulada, Xaló, Pego y Absubia, contaron con alguno de estas
emisiones, y de todos ellos, tan solo podemos decir que se han visto circulados
postalmente – sin montajes ni nada que se le parezca -, alguna carta con los
sellos locales de “Benisa”, “Jalón”, y “Pego”.
Pero de todos ellos, hay uno que a un servidor no le deja de
sorprender. Me refiero al emitido en Ondara, que no fue uno solo, sino que
quienes tuvieron la idea de sacar esta emisión, eligió el formato de “Hoja
Bloque”, con 4 sellos que nada tienen que ver con la población, y que lleva un
claro mensaje patriótico contra la guerra, en el que se pueden ver 4 viñetas,
una por cada sello, donde un avión en la primera de ellas sobrevuela una ciudad
– desconocida -, lanzando bombas con lo que se genera la destrucción de la
ciudad, cuando en cambio, en los otros 2 sellos, el mismo avión lanza sobre la
población una cantidad de lo que parecen cartas, que lleva a mostrar esa misma
ciudad repleta de fabricas, y donde se ve un rotulo que dice “PROGRESO”.
Los sellos locales de Ondara descritos, lleva cada uno un valor
facial, que aunque no tenían poder de franqueo, de haberlos usados, hubieran
servido para alguna causa civil o militar. Los valores son de 0.05, 0.15, 0.25
y 0.55 ptas., - los 4 suman 1 ptas. -, valores similares a otros que hemos
podido ver de otras poblaciones y similares emisiones.
El sello no lleva detalle alguno que nos posicione la emisión en
alguna año concreto, por lo que es difícil aventurar si se emitieron al inicio
de la Guerra Civil, o si fue una emisión de las que salieron casi al final de
la contienda bélica. En cambio, investigaciones
publicadas al respecto en diferentes medios, sitúan estas emisiones a lo largo
del año 1937. El no haberlas visto nunca sobre carta, donde el fechador nos
daría esa información, resulta difícil dar una fecha como la de emisión.
Harían falta estudios más profundos sobre el tema para conocer el
origen de estas “pseudo emisiones” – vamos ya a darles el nombre que se merecen
-, pero se suele dar como origen de las mismas la imprenta del valenciano Pedro
Ruíz, quién catálogo propio en mano, vio en estas “viñetas” y su puesta en
circulación, un verdadero negocio, yendo de ayuntamiento en ayuntamiento – por
entonces llamados Comités Municipales -, para ofrecerles un producto que ni el
Gobierno de la República avaló en su momento. Un Decreto de fecha 27 de febrero
de 1937, recordaría a los Administradores de Correos la necesidad de cumplir
las normativas vigentes en materia postal, al tiempo que informaban de la
prohibición de colocar estas “viñetas” junto a la dirección.
La propia Dirección General de Comunicaciones del Gobierno de la
República, en un comunicado fechado el 12 de julio de 1937, da cuenta y
recuerda que “…las viñetas de comités,
ayuntamientos (…), no tienen poder de franqueo…”.
Pero el sinsentido de esta emisión de Ondara, la encontramos en el
hecho de que se hiciera con la inscripción “CORREO AÉREO”, detalle que si
sabemos que a partir del 26 de diciembre de 1936 quedó suspendido el correo aéreo
interior en España (Decreto del Mº de Marina y Aire. 26.12.1936), dudo que la
idea de crear sellos en Ondara para cartas circuladas por avión al extranjero,
fuese el objetivo principal.
Si además, encontramos que el formato en Hoja Bloque se duplicó, con
una emisión dentada y número de serie, y otra sin dentar, solo cabe pensar que
Ondara emitió estos sellos pensando más en el filatelismo español del momento y
de quienes llegarían a posteriori, que en asuntos propios del periodo de guerra
que se vivió.
No fue el único caso, parecido que encontramos en la comarca. “Pseudo-sellos”
en forma de Hoja Bloque, también se pusieron en circulación en Teulada y Pego,
y tampoco llegaron a circular por el correo.
Seguro que en algún archivo municipal o provincial, existe una
factura o pago que nos haga ver cuántos de estas viñetas se emitieron, y a
quién se le encargo tal barbarie filatélica.
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