Lo que la prensa nos contó… (59)
¡…Y
SI ROWLAND HILL HUBIERA SIDO ESPAÑOL!
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
¿Os habéis preguntado alguna vez, que hubiera pasado si Rowland Hill
hubiera sido español? Más que este británico hasta la médula, español, ¿Qué
hubiera pasado si la historia ó leyenda de la invención del primer sello del
mundo, hubiera ocurrido en tierras españolas? La repuesta es difícil y requiere
de mucha imaginación, pero dejadme deciros que tuvimos los ingredientes
necesarios para que así fuese: hubo un remitente y un destinatario, y una carta
que nadie quería pagar por ella, una historia muy parecida a la de la posadera
y el cartero que dieron lugar al sello postal, pero con ciertos años de
diferencia, en el caso español.
Detalle de la noticia aparecida en la prensa
Periódico "El Bien Público" 21.08.1850
El periódico catalán “El Bien Público” del 21 de agosto de 1850, lleva en su
interior – página 3 -, una curiosa historia que de no ser que habían pasado más
de 10 años desde la que dio lugar a la “invención” del sello postal, bien
podríamos decir aquello de que se asemejan y bastante. Este rotativo catalán, cuenta
que cierto señor muy limitado en ingresos y bienes, había recibido
recientemente una sustancial herencia de algún familiar que residía en tierra
cubana. Pero la historia arrancaba 1 año antes, cuando en España todavía no
existía el sello de correos como forma de pago previo en el envío de la
correspondencia.
Detalle de un cartero entregando carta
a su destinataria
Debió de ser una gran cantidad, las cartas y misivas que, en época “pre”
sello postal, se devolvieran por aquello de que si tengo que pagar yo, yo no
pago porque no puedo, ni tengo como hacerlo. Aunque, ese sistema de pagar quién
recibiera, estaba tan arraigado en la sociedad, que hay voces de la época que
tildaban de “mala compostura” ó “malos modales”, remitir una carta ya
franqueada.
Boceto Original del 1er sello
del mundo
Suele decirse que la picaresca española era muy superior a la
británica. Como ejemplo de ello, la literatura nos ha puesto a protagonistas
como El Lazarillo ó Rinconete
y Cortadillo, claro ejemplo de una España que sobrevivía como bien podía.
Al menos, vemos que al contrario de lo que le sucedió a Sir Rowland
Hill, que vio como la picaresca inglesa, engañaba al correo para estar en
contacto con la familia, en el caso que nos ocupa, el destinatario simplemente
desconocía que tuviera tal familiar en Cuba, y no estaba dispuesto a pagar por
una carta que ni tan siquiera iba a saber leer.
Lo que está claro es que, del mismo modo que la posadera inglesa,
devolvió aquella misiva que su familia le envió – siempre que la leyenda que
nos ha llegado, sea cierta -, nuestro protagonista también la devolvió en
sendas ocasiones, y de haber estado presente en el momento preciso, ante este
nuevo rico español, este inglés de pro, seguramente hubiera pensado que era
necesario una reforma para que estos episodios no se repitieran.
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