Apuntes Filatélicos
LA
“A” PREFILATÉLICA DE DÉNIA
Por José Ivars Ivars
Académico de la RAHFeHP
©Ifac Filatélico
Dibujo de la marca "A" usada en Dénia, según el filatelista Pedro Monge |
De estudiar estas marcas que se usaron en la correspondencia
española con anterioridad a la emisión del primer sello, se ocuparon
filatelistas de la talla de Monge, Guinovart, Sempere, Tizón, y tantos otros
que fueron publicando sus estudios, investigaciones y hallazgos. Hoy en día,
ese estudio prosigue pero de la mano de nuevos investigadores y filatelistas de
la talla de Jesús Sitjá, Juan Llácer, David Corchado, Eugenio de Quesada, etc.,
y en especial un importante trabajo en este campo, que se viene desarrollando
desde la Real Academia Hispánica de Filatélica e Historia Postal.
Carta o Plica Judicial circulada desde Dénia, remitida por el Juzgado de 1ª Instancia de Dénia, con la estampación de la "A" de Abono de Dénia.
Dénia 7 de abril de 1858
Pero la Prefilatelia es
compleja; una ciencia que todavía sigue dando nuevas sorpresas, nuevos
hallazgos. Una ciencia que si no fuese por los filatelistas, seguramente ningún
historiador se hubiera ocupado de ella. En ocasiones esos hallazgos vienen a
reescribir lo hasta ahora conocido, esa información que nos legó la anterior
generación de filatelistas. Y siguen habiendo campos de la prefilatelia, que
crean esas discrepancias entre historiadores postales.
Una de esas incógnitas de las que tanto se ha debatido y estudiado,
son una marcas en forma de “A” mayúscula que aparecen en cierto tipo de
correspondencia, y que los especialistas la denominan como “A de Abono”. Una
marca que ya estudió en su momento el gran filatelista D. Pedro Monge (1), - y tantos otros -, y que
posteriormente otro especialista en Historia Postal, D. Isidro Silos Martínez (2), la definiría como “…marca postal denominada de Abono o
Franquicia, que durante gran parte del Siglo XIX las Administraciones de
Correos estampaban en determinados sobreescritos (sic) y plicas judiciales para
invalidar los portes, principalmente por gozar de franquicia…”. En definitiva se trataba de una marca que
estampaban las Oficinas de Correos y alguna Estafetas, sobre cierta
correspondencia que habiendo sido “porteada”, indicando el valor del porteo de
la misma, se anulaba el mismo para que quién la recibiera, como era preceptivo,
no tuviera que abonar nada por ella.
En el Diccionario Filatélico de F. Javier Padín
Vahamonde, describe esta marca como “…Marca típica del correo español que,
estampada sobre un pliego o carta, indicaba que su porte se abonaría o anotaría
en cuentas especiales establecidas como consecuencia de acuerdos entre la Renta
de Correos y determinados organismos especiales. Las marcas de abono son
identificables porque en ellas figura la inscripción abreviada A, As u otra
semejante…”.
Aunque se trata de una explicación somera, se puede entender el uso
que de esta “A” – mayúscula -, se hacía en cartas procedentes de estamentos
judiciales, u otros organismos que gozaban de franquicia postal, y que a
posteriori, el organismo encargado de la recaudación, ya dictaminaba si se
abonaba o no el porte de la misiva o carta.
Históricamente hay precedentes del uso de estas marcas, ya en 1820
en Cádiz, o en Administraciones de Correos como la de Valencia en 1842 – entre
otras -, y cuyo estudio y comprensión tuvo en jaque a muchos historiadores
postales del pasado siglo, buscando una interpretación que les sacase de toda
incertidumbre. Existe sin duda, un
precedente que suelen citar los que se han ocupado de estudiar esta marca, que
nos sitúan en la Administración de Correos de Valencia, donde una “Instrucción”
fechada el 14 de abril de 1792, indica que “…aquellas
cartas que no corresponda despachar, deben darse de baja de la relación inicial
y descontarse su importe del listado mensual, con el que se rendían cuentas al
organismos fiscalizador…”. Además se indicaba que “…se ordenaba estampar en el reverso el sello que se ha hecho con el
distintivo ABONADA…”.
Con la interpretación de algunos de los Reales Decretos,
especialmente aquellos de 1845 (3),
se pudo ir comprendiendo mucho más el porqué de estas singulares marcas sobre
la correspondencia.
Circular de Correos de 4 de abril de 1854 |
Los diferentes estudios al respecto de estas marcas prefilatélicas,
han dado lugar a una relación muy variada de estas letras mayúsculas, en
función del origen de las mismas, dándose la peculiaridad que ya Monge en su
artículo “La Marca de Porte A. Signo de Abono o Franquicia”, describe la que se
usó en la Estafeta de Dénia. De ella da los detalles de que su uso se inició en
el año 1858, cuando esta dependía directamente de la Administración Principal
de Correos de Valencia, y estampada sobre la correspondencia en color “Azul”.
Al respecto de ese dato del año de uso, el catálogo de marcas
prefilatélicas “Tizón” (4), pone
como año de inició de su uso en la estafeta de Dénia, el año 1855, e incluso no
solo describe una de estas marcas, sino que cataloga 3 distintas – por la forma
o por el color -, usadas en la Estafeta de Dénia, entre 1855 y 1858 (azul), la
primera de ellas usada durante estos años, pero otras 2 que se usaron
respectivamente en 1855 (negro), y la tercera en azul entre 1856 y 1857.
Como destacable, hay que citar que en algunas estafetas, como fue el
caso de la vecina localidad de Altea, al no disponer de esta marca en forma de
cuño, se ha podido ver estampada manuscrita en la correspondencia,
especialmente entre los años 1856 y 1860 (5).
Otro capítulo de la historia postal de esta comarca que debería ser
estudiado, y que por falta de cartas y documentos con origen “Dénia”, y que
lleven estampada esta “A”, no podemos saber muchos más detalles que, de
conocerlos, enriquecerían sin duda nuestra Historia Postal.
Notas:
1. La Marca de
porteo “A”. Signo de Abono o Franquicia. Pedro Monge. Revista de la Exposición
Conmemorativa del Sello Español. Dirección General de Correos y Comunicaciones.
1950.
2. Isidro Silos
Millán. “Aproximación al porqué de las denominadas Marcas de Abono”. Federación
Española de Sociedades Filatélicas. Cuadernos de Filatelia Nº 15.
3. Real Decreto de
12 de agosto de 1845 y 3 de diciembre de 1845, respectivamente, y también la Circular de Correos de fecha 4 de abril de
1854.
4. Manuel Tizón.
“Prefilatelia Española”. EDIFIL.
5. Pedro Monge.
“La Marca de porteo A. Signo de Abono o Franquicia”. 1950.
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