HABLEMOS DE MAXIMOFILIA
LA DIOSA CIBELES Y LA CARRERA DE ATALANTA E HIPÓMENES
(Artículo publicado en
la Revista APUNTES DE MAXIMOFILIA 56. Diciembre 2018)
POR JOSÉ IVARS IVARS
Uno de los grandes dilemas a los que a veces nos
enfrentamos los filatelistas, sea cual sea la modalidad que ejerzamos, es
siempre el saber si la “pieza” que queremos usar, tendrá cabida en una
colección determinada. Es evidente que las hay que poca duda generan pues a
simple vista se sabe donde tienen ó no cabida. Y eso en Maximofilia también
pasa.
En el caso que hoy nos ocupa, puede que de entrada a
muchos les parezca que esta T.M. que aquí comentamos merezca ser “peritada” por
manos expertas por aquello de que en España por aquellos años de principios del
Siglo XX alguien (o varios) les dio por falsificar algunas Tarjetas Máximas,
aunque no queda nada claro si fue en el momento ó años después “a posteriori”,
pero sea como fuese el tema de si es o no “Falsa” lo dejaremos cuando tengamos
el veredicto experto. Hoy nos sirve de hilo conductor y al observar esta T. M. (Imagen 1), uno de entrada sabe que por
lógica filatélica, la “Diosa Cibeles” la podemos usar en una colección de
“Mitología”, ó bien en alguna que hable de “Monumentos”, incluso aquella que
describa rincones y paisajes de Madrid. Los más atrevidos e imaginativos
incluso podrían con un plan correcto, usarla en una colección de “Deportes” ó
más bien de “Fútbol”, por aquello de que a sus pies la hinchada merengue suele
celebrar los triunfos deportivos. Pero, ¿y en “Atletismo”? ¿Tendría cabida este
monumento madrileño en una colección sobre este deporte? Veámoslo.
Esta T. M., se confecciona con el sello emitido con
motivo del III Congreso de la Unión Postal Panamericano, que tuvo lugar en
Madrid en el año 1931. La emisión consta de un total de 10 sellos para correo
ordinario, y otros 6 para correo aéreo,
de los cuales el usado en esta T. M. es el de valor facial 0,50 Ptas., que
corresponde al suplemento aéreo aprobado por el Gobierno y publicado por la
Dirección General de Correos de fecha 9 de marzo de 1931 (D.O. de C. del
17.03.1931). El sello se realizó en Londres, pero fue grabado por D. José López
Sánchez-Toda, y reproduce una imagen de la fuente madrileña de Cibeles. El
sello está confeccionado por el sistema de la calcografía con un dentado de 12
en línea, y se pone en circulación el día 10 de octubre de 1931, fecha en el
que se inauguró este Congreso que duró hasta el 11 de noviembre del mismo año.
De la tarjeta postal no podemos aportar mucha información
salvo decir que está editada por “J. B. Editor”. El matasellos que se uso sobre
la T. M. es el hexagonal de Correo Aéreo, fechado en 20 de octubre de 1931, que
como curiosidad no aparece la nomenclatura MADRID, que es sustituida por la de
CORREO CENTRAL.
Si nos centramos ahora en conocer más a fondo este
monumento madrileño, su significado mitológico y alguna que otra leyenda que
envuelve a esta diosa romana, seguro podremos decidir si podemos ó no usar la
T. M. en alguna colección sobre “atletismo”. Del monumento decir que se
construye en el año 1782, situada en la plaza del mismo nombre, representando a
la diosa romana Cibeles, símbolo de la tierra, la agricultura y la fecundación
(más temáticas en las que podría entrar), sobre un carro tirado por 2 leones de
nombres, Hipómenes y Atalanta. Y es en estos 2 personajes mitológicos en los
que nos vamos a centrar.
Estos 2 leones que tiran del carro, no se miran entre
ellos, y dicen que no lo hacen por haber ofendido a la diosa. Hipómenes fue un
joven que se enamoró de la ninfa llamada Atalanta, de la cual se decía era una
gran cazadora que destacaba por su velocidad y por una belleza que tenía a
todos los pretendientes enloquecidos. La ninfa, convencida de que nadie podría
ganarle por su velocidad, reto a los pretendientes a una carrera, tras la cual
si alguien conseguía vencerla, se convertiría en su amante, pero quien no lo
lograse conseguiría la muerte.
Hipómenes, ayudado por la Diosa del amor “Afrodita”,
urdió un plan para lograr vencer en la carrera y así Afrodita entregó a
Hipómenes 3 manzanas de oro de su jardín, que el pretendiente debía dejar caer
durante la carrera para distraer a Atalanta. A pesar de ello, Atalanta que
había ya recogido dos de las tres manzanas, consiguió darle alcance, pero la
tercera manzana estaba hechizada, lo que hizo que aun con trampas, Hipómenes
ganase la carrera.
La pareja de enamorados vivieron su amor apasionadamente
hasta el punto de que tuvieron relaciones en un templo dedicado a la Diosa
Cibeles, algo que enfadó a esta y por ello convertidos en leones y obligados a
tirar de un carro para la eternidad.
Leyenda ó relato mitológico, el hecho es que este
monumento madrileño, como imagen de un sello y de ahí a formar parte de una de
las muchas T. M. que con la fuente Cibeles hay (Imagen 2), tiene muchas opciones temáticas que el coleccionista ha
de saber aprovechar. La pregunta de sí la podíamos incluir en una colección de
Atletismo, queda en el aire. Seguro que con un plan bien estructurado, alguien
tendrá en cuenta este relato.
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