18 octubre 2020

EL CORREO EN EL SIGLO XIX. ¿DONDE PONGO EL SELLO?

 

El Correo y La Filatelia en el Siglo XIX.

 

EL LUGAR DEL SELLO EN LA CARTA


José Ivars Ivars / Divulgador e Investigador Filatélico

En numerosas ocasiones al visualizar cartas españolas antiguas, de aquellas que llevaban los primeros sellos que se pusieron en circulación en nuestro país, me llamaba mucho la atención que no se seguía un estricto orden a la hora de colocar el sello en el pliego o carta. Estamos habituados a que por inercia lo busquemos siempre a la derecha parte superior del sobre, salvo contados casos que con el uso de varios sellos la superficie a utilizar sea la que le es posible al remitente. Pero con los “Clásicos” eso no pasaba, o al menos en una gran cantidad.


A fecha de hoy no puedo afirmar si se trató de una moda que unos copiaron de otros, o simplemente fue la casualidad de una época en la que se pasó de no usar sello alguno como pago previo en el envío de la correspondencia, y con ello tener libertad de espacio sobre el pliego o carta de la época para incluir las señas del destinatario. Aunque cabe la posibilidad de que alguna norma estableciese esa forma de franquear la correspondencia.

España establece el pago previo de la correspondencia por medio de sellos postales, por el Real Decreto de fecha de 24 de octubre de 1849 (Gaceta de Madrid Nº 5526 de fecha 31.10.1849), el cual no entraría en funcionamiento hasta la fecha de puesta en circulación del 1er sello de España, el 1 de enero de 1850. Este Real Decreto iba a dar las instrucciones del novedoso sistema de pago previo en la correspondencia, que basado en la experiencia de países como Inglaterra o Francia tal como se expresa en el propio texto introductorio del R. D., marcaría las pautas a seguir para que la población pudiera dar el paso a mandar la correspondencia franqueada frente “…hábitos envejecidos y profundamente arraigados…” (Cita del R. Decreto), de una sociedad acostumbrada a enviar la correspondencia sin franquear.


Pero el Real Decreto no especifica nada al respecto de la ubicación en el pliego o sobre, de este nuevo elemento en la correspondencia que será a partir de entonces el sello postal. ¿Cómo es que encontramos pues cartas con el sello a la derecha y otras a la izquierda? Tal vez la explicación sea más sencilla de lo que en un principio me imaginaba. Las “Instrucciones” que S.M. la Reina Isabel II tuvo a bien aprobar con fecha 1 de diciembre de 1849, dan cumplidos detalles de cómo va a ser el franqueo de la correspondencia a partir de la fecha de puesta en circulación del sello postal, así como las diferentes tarifas que se aplicarán y los sellos que se pondrán en circulación, a la vez que hace una somera distinción entre carta sencilla y doble, y matizaciones sobre los tipos de correspondencia y destinos a los que está sujeta la normativa que entraría en vigor. Estas “Instrucciones”, al publicarse llevaban un croquis de los “…Modelos para que se vea el sitio en que han de pegarse los sellos, así para franquear como para certificar las cartas…” (Anales de Correos Año 1849), y es en este dibujo donde se explica que los sellos irán situados en la parte izquierda de la carta, ó al menos visualizándolo así se entiende, lo que nos hace pensar que ante la duda que muchos tendrían de la ubicación de aquellos nuevos sellos, la información que se les dio, no tenía lugar a dudas: El sello iba a la izquierda.


Con toda seguridad, con el tiempo, y para unificar y facilitar el trabajo a los empleados de Correos, se dispondría que el sello definitivamente fuese colocado en su habitual lugar, a la derecha en la parte superior, aunque eso tampoco se ha cumplido siempre a rajatabla.

No quiero que este artículo sea un ejercicio de aportación directa de una información que realmente no sabría decir si fue tal como se ha expresado. Es solo una opinión personal a una pregunta que durante mucho tiempo me he hecho al visualizar aquellos primeros sellos en la correspondencia de mediados del Siglo pasado.



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