Bajo mi Lupa…
UN SELLO QUE SE RESISTE PARA UNA VOZ INOLVIDABLE
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico
Del primero sabemos a ciencia cierta ya, que el próximo
día 7 de febrero, Correos pondrá en circulación un sello postal que conmemore
la celebración. Del centenario del fallecimiento del pintor valenciano,
desconozco si filatélicamente hablando, alguien tuvo la brillante idea de
acordarse de solicitar el sello (aunque estas cosas no tendrían que solo
ocurrírsenos a los filatelistas), y del tercero, del Año Nino Bravo, uno se
sigue preguntando a que espera Correos para anunciar su sello a bombo y
platillo.
Y digo anunciar, porque esta efeméride lleva tiempo detrás de un merecido reconocimiento en cuanto a lo postal. La génesis de este sello
deseado, comienza hace mucho, pero mucho tiempo; cuando tal vez nadie pensó que
en el año 2019, Luis Manuel Ferri Llópis hubiera cumplido 75 años. Un servidor
si se acordó. En tiempo y forma solicité a la Comisión Filatélica de Correos,
que tuvieran a bien emitir dentro de la programación filatélica de 2019, un
sello que además de recordar la efeméride, encumbrase al cantante al Olimpo de
la Filatelia.
Méritos no le faltaban. Eso es indiscutible.
Pero al parecer, mi modesta intención no fue suficiente
para convencer a quiénes deciden qué motivos llevaran los sellos año tras año. La
respuesta recibida, aunque esperanzadora, me resultó incomprensible: “…su propuesta se estudiará en una próxima
reunión de la Comisión Filatélica…”. Todo no estaba perdido.
Lejos de desfallecer en el intento y propósito, llegó
una nueva ocasión que no podía dejar escapar. En 2023, se iba a cumplir el 50 aniversario
del fatal accidente que sesgó su vida para siempre y nos dejó sin su voz, al
menos en directo. Yo personalmente, soy del pensar que es mejor conmemorar un
cumpleaños (aunque no se cumpla) que rememorar el fallecimiento. Pero es solo
una opinión personal.
Para esta nueva oportunidad, se volvió a instar a
quienes deciden que sellos saldrán, a que volvieran a recapacitar y tener en
cuenta que Nino Bravo merece su sello, como lo han merecido y tenido otros
cantantes del panorama artístico español, de la talla de “La Faraona”, Rocío
Jurado, La Caballé, Paco de Lucia etc. Y para esta ocasión conté además con una
ayuda impagable de la mano de su biógrafo Darío Ledesma.
A Darío tengo que decir que la idea le fascinó, y aun
desconociendo como funciona esto de pedir un sello con un motivo determinado,
siguió todos los pasos que le indiqué. Gracias a él, esta vez el apoyo recibido
vino de la mano de la familia de Nino Bravo. Su viuda e hijas, se adhirieron a
la solicitud y enviaron el correspondiente documento firmado de puño y letra,
instando a la Comisión Filatélica del Estado a que para 2023, el cantante
valenciano tuviera su sello. Se hizo lo mismo desde los ayuntamientos de Ayelo
de Malferit (Valencia), ciudad donde nació, e incluso el de Villarubia (Cuenca),
lugar del fatal accidente. A todo esto, Darío consigue que el Ayuntamiento de
Valencia, promotor del “Año Nino Bravo”, apruebe en pleno la solicitud de dicho
sello. Más y mejores apoyos no podía tener. Esta vez parecía que sí, que el
sello sería una realidad.
Pero a la Comisión Filatélica del Estado parece que no
le pareció suficiente las solicitudes presentadas. Nuevamente, recibimos un
escrito en el que se nos decía que “…se
pospone el estudio de su petición para la próxima reunión…”, que esta, ya será
en el primer cuatrimestre de 2023. Es decir, nuevamente el sello para Nino
Bravo tendrá que espera, incluso aunque salga ya fuera de celebraciones como
las que se van a llevar a cabo dentro de su “Año”.
Una génesis de lo que esta costando este sello, este
homenaje, génesis que no me invento porque de ello tengo documentación precisa,
que seguramente algún día, algún otro biógrafo del cantante tendrá que incluir
en su libro.
Pero es inevitable hacerse la misma pregunta que
siempre me hago cuando veo que no sale el sello. ¿Qué más necesita la Comisión
para dar el sí quiero? A uno le consta que son muchas las peticiones de sellos
que se reciben año tras año. No ha de ser nada fácil ejercer esa función de
escoger cuales si y cuáles no. Tampoco hay, que yo sepa, unas directrices sobre
las cuales, un personaje ha de reunir según qué criterios para ser merecedor
del sello. Pero si las hubiera, Nino Bravo seguro pasaría con nota este examen.
Una voz inigualable, un bagaje artístico que perdura en el tiempo, un artista consolidado en su tierra y fuera de ella, un
repertorio de canciones que aún hoy en día, 50 años después de su
fallecimiento, sigue escuchándose y disfrutándose, un reconocimiento por parte
de cantantes surgidos en épocas musicales posteriores que es patente y
evidente, el reconocimiento de un pueblo, el valenciano, su tierra, que no
tiene discusión posible, el reconocimiento de las instituciones públicas y
políticas. Nunca antes una petición de sello, seguramente, contó con toda este
compendio de cualidades a favor… pero el sello se resiste.
Tengo la firme convicción de que el sello saldrá, y que
Correos nos dará la sorpresa. Será el sello que Nino merece, el sello que
gustará a filatelistas y no filatelistas, que encantará a sus fans más
acérrimos, ese sello del que uno, que desde hace año trata de que forme parte
ya de la filatelia española, se sentirá orgulloso de haber tenido la idea, y
que haber perseverado en conseguirlo.
Pero para ello, la Comisión Filatélica del Estado, ha
de dar el visto bueno. Mejor que sea en 2023, y no en 2024, aunque cuando
llegue, porque va a llegar, lo vamos a celebrar por todo lo alto.
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