Apuntes
Filatélicos
EL
SELLO DE LA DISCORDIA
Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac
Filatélico
A
la crispación política que vivimos en estos tiempos, le faltaba un sello para
situación empeorase. A los filatelistas siempre nos gusta que cualquier emisión
de sellos sea noticia en prensa, pero desgraciadamente esto ocurre pocas veces,
y cuando ocurre, en ocasiones nada bueno hay que esperar. Y efectivamente,
recientemente la emisión de un sello postal se ha convertido en noticia viral,
con críticas de muy diversa índole, llegando a convertirse la emisión de un
sello, en un tema político más que un aspecto cultural.
El
sello en cuestión debía haberse puesto en circulación el pasado día 14 de
noviembre, e iba a conmemorar el Centenario del Partido Comunista de España, y
digo “debía”, porque en la jornada del sábado, la justicia española suspendió
cautelarmente la emisión del sello, ante la denuncia interpuesta por el
colectivo de Abogados Cristianos. ¡La polémica estaba servida y un sello se
convertía en noticia!
La
prensa se cebó con el “escandalo” y la puesta en circulación de un sello se
convirtió en asunto político. Las opiniones en contra y a favor del sello, no
se hicieron esperar. Hubo desde quienes defendieron que esta conmemoración
merecía su sello por el papel que este partido político tuvo en la consecuencia
de la democracia en España, hasta quienes criticaron duramente la decisión de
usar el correo para ensalzar a la formación política de la hoz y el martillo, añadiendo
la coletilla de que es como si el correo alemán sacase un sello con la
esvástica.
Hubo
voces como la del ajedrecista Karparov, quién manifestó a través de las redes
sociales su repulsa a la emisión de un sello que ensalce los valores
comunistas, alegando que mejor hubiese sido sacar un sello dedicado a “…los millones
de víctimas del comunismo en el mundo…”.
Desde
el punto de vista filatélico, el sello podrá gustar más o podrá gustar menos, y
seguramente será idea compartida por muchos filatelistas, que dentro de las
cientos de propuestas de sellos que recibe cada año la Comisión Filatélica del
Estado, dependiente del Ministerio de Fomento, se habrán descartado temas o
motivos sugeridos, mucho más relevantes, trascendentes o importantes que esta
efeméride política, que dicho sea de paso, se debió conmemorar en 2021, y el
sello aparece un año después.
Uno
al final no sabe bien que criterios se toma la dicha Comisión Filatélica a la
hora de priorizar y escoger que motivos van a aparecer en los sellos postales.
Si sirve de ejemplo, a la petición de un sello para conmemorar el Centenario
del Hércules C.F., que se cursó con la debida antelación desde la filatelia
calpina (entre otras), la Comisión Filatélica del Estado se negó a que el sello
fuese una realidad, o al menos dentro del periodo de tiempo en el que se festejaron
estos cien años de un mítico club de futbol español. Seguro que, de haberse
emitido el sello, no hubiese reportado tanta prensa y crítica como este de la
discordia.
Porque
ese es otro hándicap que encontramos cada vez que aparece un sello. La prensa
de según que territorios, ni tan siquiera se hace eco de ello, ni cuando el
sello recuerda la figura del ilustre escultor Mariano Benlliure, o cuando el
sello de navidad de este año lleva un emblemático belén que se puede contemplar
año tras año en la ciudad valenciana de Meliana, a pesar del error que comete
Correos al trascribir su denominación, citándolo como “Belén de La Roca” cuando
en realidad es Belén de Roca.
A
lo largo de la historia de los sellos puestos en circulación en España, no
todos han estado exentos de polémica. Los ha habido de todos los colores, que
han podido gustar más o menos, o disgustar en la misma medida. El tema que
ahora tal vez preocupe más al filatelista es el hecho de que estos sellos, que
dicho sea de paso se anunciaron hace mucho tiempo y a nadie se les ocurrió
parar la emisión, ya estaban confeccionados y tal vez repartidos para que se
pudieran adquirir a partir del día 14 de noviembre. Que la justicia los frene
ahora, puede dar lugar que con el tiempo, de no ponerse en circulación por
orden judicial, nos encontremos con que algunos se escaparon del control y
pasan a formar parte de esos sellos a los que el filatelista pone el ojo y el
especulador el precio, y con ello se consigue todo lo contrario a lo que se
pretende.
Nadie
podrá asegurar que, en caso de que se determine que el sello no procede y se
lleve a cabo su total destrucción, algunos pocos ejemplares pasen a formar
parte del grupo de “sellos raros”, teniéndose que, al final, sacar toda la
emisión tal como estaba previsto. Ya pasó en 2004 con un sello que Correos
lanzó “felicitando” a los futuros Reyes de España por su enlace matrimonial, y
donde el texto FELICIDADES solo aparecía en castellano, lo que supuso un
aluvión de críticas y la modificación del diseño de este, pero al tratar de
eliminar el sello de amarras, se observó que ya estaba en manos de los
coleccionistas y con precios de escándalo, lo que hizo a Correos dar marcha
atrás y sacar a la venta ambos sellos por igual.
Estaremos
pues pendientes del avatar de este sello que hoy ha sido noticia, no como
elemento cultural sino por todo lo contrario. Suele decirse que es mejor que
hablen de las cosas, aunque sea para mal, a que se omitan y no se diga nada de
nada, pero la filatelia debería tener otro trato diferenciado por lo que ha
supuesto y supone. Los sellos son un reflejo de la sociedad que vivimos, de los
tiempos que corren, y testigos de un presente que el día de mañana mostraran a
quienes en un futuro se inicien en el estudio del sello postal, del país que sea.
Es
una lástima, que estas noticias empañen el buen nombre de la filatelia y el
coleccionismo de sellos. Pero al menos por un momento un sello se hizo viral,
del que no sabemos cuál será su futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario