24 diciembre 2022

NAVIDAD. TIEMPO DE FELICITACIONES. ORIGENES DE LA PRIMERA TARJETA NAVIDEÑA

 

Apuntes Filatélicos

AQUELLA PRIMERA TARJETA NAVIDEÑA

Por José Ivars Ivars
Divulgador e Investigador Filatélico
©Ifac Filatélico

 

Días pasados, en Benissa se vivió una de esas muchas actividades en las que desde la filatelia benissera se pretende recuperar una tradición navideña que parece se ha perdido: el envío de tarjetas navideñas por correo postal. También en Calp, y con motivo de su anual exposición filatélica, se incluyó dentro de la programación de EXFICALP 2022, una actividad en la que se pretendía que por un momento la gente, especialmente la más joven, dejasen de lado las nuevas tecnologías, y volvieran bolígrafo en mano, a felicitar estas entrañables fiestas a sus más allegados, como se ha hecho toda la vida.

Pero la pregunta más bien sería, si tenemos la guerra perdida frente a la rapidez y comodidad de las nuevas tecnologías, o se conseguirá que no se pierda del todo aquello que enviar y recibir tarjetas navideñas. Tal vez, la batalla esté perdida, pero la guerra todavía no.

Los inicios de esta tradición centenaria, se remontan al Siglo pasado y a la Inglaterra de entonces. En 1846, dicen las hemerotecas que nació la costumbre de escribir y enviar tarjetas o felicitaciones navideñas. Si tenemos en cuenta que en 1840, en Inglaterra aparece el primer sello del mundo, y con ello un abaratamiento en las tarifas postales, podemos afirmar que este hecho contribuiría a que felicitar las navidades con tarjetas postales, fuese un hecho.

Primera Tarjeta Postal Navideña de la historia.

Pero la primera vez en la historia que alguien tomo la decisión de felicitar la Navidad a un amigo o familiar, se remonta a mucho tiempo antes. Concretamente fue en 1534 cuando el Obispo y Cardenal inglés, John Fisher (1469-1553), envío en una misiva a su amigo Thomas Cromwell, en la que incluía un texto que decía “…y este, nuestro señor Dios, te envíe una Feliz y agradable Navidad, según el deseo de tu corazón…”. Posteriormente, la historia nos dice que en 1611, tendría lugar el envío al Rey James I de Inglaterra de algo parecido a un manuscrito grande en el que se le felicitaba al monarca y a su hijo por las navidades y el próspero año nuevo.

Pero si regresamos a lo que hoy nos trae aquí, tal como se ha dicho, en 1846, fue el británico Henry Cole quién introdujo de alguna forma la costumbre de felicitar mediante tarjetas postales específicas llegadas estas fiestas. No es que anteriormente a 1846, los británicos no felicitases a sus allegados, unas tan señaladas fechas. Lo que Henry Cole ideó fue la impresión de una especie de tarjeta postal (oficialmente todavía no se conocía nada parecido como elemento postal), que encargaría al ilustrador John Calcott Horsley, quién dibujo la primera de todas y de ella se realizaron 1000 ejemplares.

Henry Cole

La razón no fue otra que la de la falta de tiempo que Henry Cole disponía por ser una persona polifacética y muy ocupada, y que tenía un gran número de amigos a los que felicitar las navidades de aquel año. La solución fue ingeniosa, y a su vez productiva, puesto que las tarjetas restantes, las que no utilizó, las pusieron a la venta por la cantidad de 1 chelín cada una de ellas. Es decir no solo aparece en la historia la primera tarjeta postal ilustrada navideña, sino que además nace el comercio en torno a ella.

La primera tarjeta navideña de la historia, lleva una ilustración en la que se describe una escena familiar de celebración, así como dos escenas muy típicas del sentido de la navidad: el dar de comer a los necesitados, y ropa a quién no tiene. Pero como todo en la vida, sobre todo cuando algo es novedoso, la tarjeta no gusto a todo el mundo. Hubo quién en su puritanismo social, y más en la Inglaterra de mediados del Siglo XIX, tildó la tarjeta de fomentar la bebida y la embriaguez, al aparecer escenas de gente bebiendo, copa en mano.

Esta tarjeta se imprimió por el procedimiento de litografía, incluyendo un texto en el que se puede leer “…Merry Christmas and Happy New Year to you…”. Ni que decir que hoy, dicha tarjeta es una de las más codiciadas entre los coleccionistas de esta materia. Solo se conocen 30 ejemplares y en 2020 se subastó una de ellas.

Pero la tarjeta llegó para quedarse. Tras aquella primera, la tradición empezó a extenderse. Países como Francia adoptaron el sistema entre la población. Pero la tarjeta navideña llevaba camino de globalizarse, y culpa de ello se lo debemos al caricaturista germano-estadounidense Thomas Nast, creador de la mítica figura de Santa Clauss, quién en 1860 realizó la primera venta a gran escala de tarjetas navideñas ilustradas, donde aparecía la inscripción “Feliz Navidad”.

En España hay un precedente a todo esto. Tal vez no en el formato de tarjeta navideña enviada por Correo, como es la razón de estas líneas, sino el saber que tras la primera felicitación navideña masiva, había una empresa, concretamente un periódico catalán, el Diario de Barcelona, cuyos trabajadores en 1831, decidieron felicitar a sus lectores, papelito en mano, esperando por dicho acto, recibir unas perras de gratificación. Algo así como ese aguinaldo que también era una tradición y parece acabará por perderse del todo.

Hoy la tarjeta navideña sigue estando en el comercio. Hay nostálgicos que no renuncian a ella. Entienden que, al menos una vez al año, hay que felicitar y desear felicidad de puño y letra, y a su vez que el destinatario lo reciba vía postal. Los hay que toda esta euforia de escribir y enviar tarjetas navideñas, lo han convertido en colección. Se conoce como Cartofilia o también Deltiología.

Detalle de la subasta de una de las pocas "primera" tarjeta navideña que se conocen.

Las tarjetas postales, sea cual sea su motivo o finalidad, son meros espectadores de la historia, testimonio directo de una época y reflejo de costumbres y tradiciones. Han ido evolucionando con el tiempo, y el progreso pretende acabar con ellas. Que lo consiga o no dependerá solamente de nosotros.

Y llegado a este punto del año, desear a todo el equipo de CANFALI MARINA ALTA, y a sus lectores, unas Felices Navidades y un Año 2023, donde la Filatelia siga siendo protagonista indiscutible de la cultura en la comarca.

 

 

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